jueves, 14 de octubre de 2010

Halo


Título: Halo
Autor: Alexandra Adornetto
Año de publicación: 2010
Editorial: Roca Editorial

Como hacía mucho que no le hincaba el diente a ninguna novela juvenil, he decidido hacer lo propio con una de las novedades de este otoño: Halo. ¿Y por qué me decidí por esta novela con título de canción de Beyoncé? Bueno, aparte de una portada preciosa para mi gusto (sí, a veces me da la vena cursi), la protagonista es un ángel, y francamente, las obras de ficción en las que aparecen ángeles y demonios me encantan. Además, en esta época en que el auge de los antihéroes convierte en protagonistas a los demonios y en enemigos a los ángeles, me hace hasta ilusión que la heroína sea de naturaleza celestial.

Gabriel, Ivy y Bethany son tres ángeles enviados a un pequeño e idílico pueblo llamado Venus Cove con la misión de integrarse en la comunidad y ganar terreno en la pugna por la Tierra que mantienen el Cielo y el Infierno desde tiempos inmemoriales. Así, los tres ángeles se dedican a extender buenos sentimientos de formas diversas. Bethany, las más joven e inexperta, acude bajo la apariencia de una adolescente cualquiera al instituto del pueblo, llamado Bryce Hamilton. Allí, además de familiarizarse con las costumbres de los jóvenes de su edad, conoce a un atractivo chico llamado Xavier, del que se enamora perdidamente, rompiendo una de las normas de los ángeles: sustituir el amor a la Humanidad por un amor individual hacia una sola persona.

La premisa es bastante convencional, pero como siempre, intento que esos detalles no me arruinen la perspectiva de un buen libro: a veces da mejor resultado un argumento típico pero bien llevado que una trama rompedora que el autor no sabe resolver debidamente. Por esa razón comencé a leer Halo. Lo primero que me dio mala espina al abrirlo fue la información de la autora, Alexandra Adornetto, una australiana de dieciocho primaveras. Halo no es su primera novela, pero sí la primera que escribe de temática juvenil, y es cierto que hay pasajes en los que parece más un fanfic que una novela como tal. O a lo mejor es que, como el tema de los ángeles me gusta tanto, su visión de los mismos no encaja de ninguna de las maneras con la mía.

Iré paso a paso. Lo primero es el escenario donde se desarrolla Halo: el ficticio pueblo de Venus Cove. Francamente, no sé en qué país se desarrolla la novela, pero sólo la descripción de la población podría provocar hiperglucemia. Es demasiado bonito, casi como uno de esos "pueblos con encanto" de la Toscana, pero Adornetto lo puebla con gente cien por cien norteamericana, como la de las teleseries (y los etiqueto de estadounidenses porque desconozco cómo son los australianos). El resultado es extraño, y no conseguí involucrarme tanto en el entorno en el que se desarrolla la novela como, por ejemplo, el Forks de Crepúsculo, que al menos resultaba creíble como pueblo americano cutre que es, vampiros aparte. Venus Cove intenta condensar de tal manera las dos facetas opuestas que tiene como resultado un decorado de cartón piedra, más que un escenario auténtico.

Luego están los personajes. Dejando de lado a los humanos, que actúan como simples extras a excepción de Xavier, son todos bastante reales, incluido éste. Bueno, tiene sus momentos de héroe adolescente protector de la princesa (cosa bastante absurda teniendo en cuenta que Bethany es un ángel y, por definición, mucho más poderosa que él), pero tiene algunos puntos de gran realismo. Bethany es la que sale peor parada, ya que a la pobre le sucede como al propio Venus Cove: la autora intenta unir en la protagonista la naturaleza celestial con la naturaleza humana adolescente, y le sale un churro. Se nos explica que Bethany es la más joven de los ángeles, pero aún así lleva existiendo centenares de años, y su encarnación mortal no es más que un contenedor de la esencia espiritual que son los ángeles en el Reino de los Cielos. La pobre Bethany debía ser un ángel de tercera porque sus poderes son más bien escasos, y encima cede alegremente a los impulsos típicos de los adolescentes tan rápido que olvidaríamos que es un ángel si no fuera porque ella misma o los demás personajes nos lo recuerdan constantemente: es caprichosa, respondona, egoísta, irreflexiva y, por si fuera poco, humillantemente ingenua. No tiene sentido que, si la autora nos explica que los ángeles han estudiado meticulosamente el comportamiento humano, luego se quede Bethany a dos velas mientras sus amigas hablan de sexo. ¿En serio lleva existiendo cientos de años? Sus hermanos Ivy y sobre todo Gabriel se ciñen mucho más a la imagen clásica de ángeles encarnados, pero su único papel consiste en a) hacerle de conciencia a Bethany (algo que va seguido de los clásicos "¡Nadie me comprende!" y portazos) y b) sacarle las castañas de fuego a Bethany.

En resumen, que Halo es un compendio de incoherencias y tópicos aderezados con una gruesa capa de caramelo demasiado dulce. Tiene buenos momentos, pero en general no es un gran libro. La buena de Adornetto ha tenido mucha suerte de que el boom de la literatura juvenil romántica va a hacerle vender muchos libros, pero en mi opinión, todavía tiene mucho que aprender si quiere pasar de vender fanfics impresos a novelas de verdad.

Puntuación: 6

miércoles, 13 de octubre de 2010

Los Pilares de la Tierra

Imagen de deseries.com
Título: Los Pilares de la Tierra (The Pillars of the Earth)
Director: Sergio Mimica-Gezzan
Intérpretes: Ian McShane, Rufus Sewell, Natalia Wörner, Matthew Macfadyen, Eddy Redmayne, Hayley Atwell, David Oakes
Emisión: 2010 (en The Movie Network y Movie Central la emisión original, en Cuatro en España)
Número de episodios: Ocho


Muchos esperaban con impaciencia la versión en celuloide de uno de los libros más celebrados de la literatura contemporánea. Desde su publicación en 1989, Los Pilares de la Tierra es una de los best-sellers que más adeptos se ha granjeado a lo largo y ancho de todo el globo. Y dado que todos los grandes libros se ven adaptados al cine, ¿cómo es que han pasado veintiún años desde su publicación hasta que esta versión ha visto la luz? La respuesta es sencilla: Los Pilares de la Tierra es una obra tan monumental que el cine se le queda pequeño. El formato de miniserie es mucho más adecuado para esta historia, que narra una epopeya donde el amor, el odio, la traición, la venganza y la ambición moldean a los numerosos personajes. No obstante,las personas que han leído el libro aseguran que ocho episodios se quedan cortos, y una adaptación más literal de la novela habría dado para una serie de dieciséis, como mínimo.

Los Pilares de la Tierra se desarrolla en el convulso siglo XII en Inglaterra. Dos dinastías luchan por la corona después de que el rey Esteban se apodere del trono en vez de cedérselo a la hija de su predecesor, Matilde. Una importante familia noble, los Hamleigh, le apoya, y a cambio el nuevo rey les cede un condado, toda una victoria para los ambiciosos William y Regan, su madre, tras el despecho de Aliena, primogénita del conde, que rechaza la propuesta de matrimonio de William. Mientras, un honesto pero empobrecido maestro de obra, llamado Tom, presencia junto a sus dos hijos la muerte de su esposa al dar a luz y conoce a una enigmática mujer en el bosque junto a su hijo, Jack, que se unen a ellos hasta llegar a la población de Kingsbridge, cuyo prior le hace un grandioso encargo: la construcción de una catedral.

Son muchos los personajes que desfilan por las cerca de ocho horas que engloba la serie en su totalidad, que en tiempo ficticio equivale a varias décadas desde que se inicia la construcción de la catedral hasta su consagración. No obstante, el espectador no tarda en familiarizarse con ellos y con sus aventuras, de manera que no resulta confuso integrarse en Kingsbridge. Existen numerosas diferencias entre la adaptación y la novela (las comparaciones son odiosas, pero inevitables), pero como resumen da una visión muy certera de los acontecimientos narrados en las más de mil páginas de la obra de Ken Follett. Destaca la excepcional interpretación de los actores, especialmente las de los pérfidos Waleran y Regan de Hamleigh, increíblemente certeros. El doblaje es muy bueno, pues acentúa las personalidades de los personajes.

Sin embargo, el punto fuerte de Los Pilares de la Tierra es la ambientación. Los productores, Ridley y Tony Scott, se lucen destinando una sorprendente suma a este formato que, aun no siendo cinematográfico, logra unas calidades de imagen y de la mencionada ambientación que los distintos escenarios en los que se desarrolla la trama. Suelo decir de broma que en esta serie "hasta la roña es real", y es que estamos acostumbrados a ver a los personajes limpísimos y radiantes en las películas de época, sin tener en cuenta que la higiene es un invento reciente. Los Pilares de la Tierra se desarrolla en una Inglaterra empobrecida y azotada por la guerra, y no hay nada de lo que yo llamo glamour histórico: hasta los palacios se ven deslucidos, y los nobles llevan el pelo sucio. En resumen: que Los Pilares de la Tierra tiene un realismo muy de agradecer. Tanto para propios como para extraños de la novela, se trata de una serie altamente recomendable.

Puntuación: 9

martes, 12 de octubre de 2010

Año uno


Título: Año uno (Year One)
Director: Harold Ramis
Intérpretes: Jack Black, Michael Cera, David Cross, Oliver Platt
Año de estreno: 2010

La vida tiene sus pequeñas decisiones. Coges una película asumiendo que va a ser malísima y tan sólo verla en el contexto adecuado, es decir, haciendo el bobo con los amigos, nos hace valorarla como si de una obra maestra se tratase. Tomando como base que la comedia está infravalorada (nunca me cansaré de decirlo), Jack Black y Michael Cera protagonizan una historia alocada al cien por cien en la que se mezclan indiscriminadamente el desarrollo de la Humanidad en la Prehistoria, los pasajes más tempranos del Génesis y los clásicos chistes de comedia americana con descacharrantes resultados. Vale, no es una película de óscar, pero tiene muchos, muchísimos puntos.

Zed y Oh son dos inseparables amigos que viven apaciblemente en su aldea paleolítica. El primero trata de ser cazador pero fracasa miserablemente tanto en eso como en sus intentos de acostarse a la atractiva Maya, mientras que el segundo es un recolector tímido, sensible y virgen que bebe los vientos por la hermana de Zed, Eema. Después de que el irreflexivo Zed coma uno de los frutos del Árbol de la Ciencia del Bien y del Mal, es expulsado de la aldea, y sólo Oh decide acompañarlo. Más allá de las montañas que creían límite del mundo se encuentran con numerosos y bizarros personajes: los hermanos y enemigos Caín y Abel, el nómada Abraham y su repelente hijo Isaac... El desmadre máximo comienza cuando la pareja llega a Sodoma, capital del vicio y la corrupción, en la que se encuentran Maya y Eema, y toman la decisión de rescatarlas pase lo que pase.

Sí, Año uno es un despropósito de principio a fin, pero si la tomamos como lo que es, léase un absurdo total, descubriremos que tiene grandes momentos gracias a los personajes, que a pesar de estar basados en tópicos, evolucionan hasta el absurdo más absoluto. Jack Black y Michael Cera se ciñen a sus papeles estrella hasta hacerse entrañables (sobre todo Oh, que desde que aparece convertido en estatua dorada tiene sus momentos estelares), pero los más auténticos de toda la película son el caradura de Caín y el escatológico Sumo Sacerdote de Sodoma.

Año uno merece MUCHO la pena en DVD gracias a los numerosos extras que ofrece, desde escenas eliminadas y alternativas hasta el imprescindible pseudo-trailer Sodom's got 'em (que añado al final de la crítica), pasando por los clásicos making-off, tomas falsas (no tienen desperdicio) y comentarios del director (todavía no conozco a nadie que haya visto una película con los comentarios del director de fondo. Aunque a lo mejor en Año uno tienen hasta gracia y todo).



Puntuación: 7

Shutter Island


Título: Shutter Island
Director: Martin Scorsese
Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Mark Ruffalo, Ben Kingsley, Michelle Williams
Año de estreno: 2010

El bueno de Leonardo DiCaprio es como el vino: mejora con los años. Tuvo una etapa dorada en su juventud gracias al campanazo de Titanic y convirtió en taquillazos algunas películas regulares o directamente malas antes de reciclarse y convertirse en "muso" de Scorsese, que le ha proporcionado una serie de papeles con los que ha logrado demostrar que es buen actor. Shutter Island es, de momento, la última película que ha realizado con su cuasi mentor Scorsese, y la que más me ha entretenido con esta combinación.

Nos encontramos en el año 1954. El policía y veterano de guerra Edward Daniels, alias Teddy, y su compañero Chuck Aule son enviados a un islote conocido como Shutter Island en el que se ubica un centro psiquiátrico donde se interna a los criminales con enfermedades mentales. La misión de los dos policías en hallar el paradero de Rachel Solando, una asesina peligrosa que ha escapado sin que nadie sepa cómo. Teddy se hace cargo del caso por motivos personales, pero no tarda en sentir inquietud ante la sospechosa y hermética actitud de todos los trabajadores e internos del psiquiátrico. La asfixiante atmósfera en torno a él saca a la luz sus propios demonios del pasado: sus asesinatos en la II Guerra Mundial y la muerte de su adorada esposa, que se le aparece constantemente.

El personaje de Teddy Daniels tiene inevitables ecos a Dom Cobb de Origen, de hecho en mi opinión se trata de películas similares pese a la ambientación completamente opuesta. La diferencia es que Cobb contaba con la ayuda de numerosos personajes mientras que Teddy se va viendo más solo a medida que avanza el metraje y la atmósfera de la isla, ya de por sí poco acogedora, se va volviendo más inhóspita. DiCaprio realiza una interpretación notable, demostrando una vez más lo bien que se le dan los personajes atormentados, rodeado por algunos nombres muy interesantes en sustanciosos papeles menores: Jackie Earle Haley, Rorscharch en Watchmen, borda al interno Noyce, mientras que el veterano Max von Sydow demuestra que aún le queda fuelle para rato como el psiquiatra alemán Jeremiah Naehring.

Aunque en diversos puntos la trama se vuelve algo predecible (me recordó muchísimo a la novela Los renglones torcidos de Dios, de Torcuato Luca de Tena, y a Origen), Shutter Island es una película muy interesante que se pasa en un santiamén, y que logra trasladar al espectador sin apenas esfuerzo a la opresiva isla titular, que no deja de ser inquietante ni un solo segundo de la trama.

Puntuación: 9

jueves, 7 de octubre de 2010

Revisión: Juno


Título: Juno
Director: Jason Reitman
Intérpretes: Ellen Page, Michael Cera, Jason Bateman, Jennifer Garner
Año de estreno: 2007

Me gusta revisitar de vez en cuando las películas que me gustan. Me gusta volver a maravillarme con ellas, aunque también ha habido casos en los que he descubierto que tenía la película en cuestión sobrevalorada, sobre todo cuando la he visto en cine: por alguna razón, la pantalla grande me provoca una sensación de flash inicial que me hace salir de la sala pensando que he visto la película de mi vida. En el caso de Juno, no la vi en cine porque no sabía si merecería la pena, y la verdad es que, cada vez que la revisiono, pienso que debería haberlo hecho.

La protagonista titular de Juno es una adolescente sarcástica e independiente que se encuentra en una situación que no esperaba: un embarazo no deseado. Su primer impulso es abortar, pero después de visitar la clínica donde tenía planeado hacerlo, cambia de parecer y opta por dar a luz al bebé y darlo en adopción. No tarda en encontrar unos padres adecuados, o mejor dicho, perfectos: ella , Vanessa, es afable, cariñosa y está muy ilusionada; él, Mark, es un "tío enrollado", toca la guitarra y comparte con Juno gran parte de sus gustos musicales y cinematográficos. A partir de ese momento, el embarazo de Juno progresa a medida que lo hace su crecimiento personal, súbitamente impulsado hacia la madurez, hasta la etapa final de la gestación, en la que Mark hace una sorprendente revelación.

Debo reconocer que fue la expectación general y las buenas críticas (de las que trato de no fiarme demasiado) lo que me impulsó a ver Juno. Efectivamente, el guión es el punto fuerte de esta película, y es que transforma una trama más propia de las clásicas tv-movies que ponen los domingos después de comer en un sólido melodrama muy cómico apuntalado en los dardos que sueltan los personajes por la boca, que por suerte no deslucen la interesante reflexión sobre la madurez y la responsabilidad, temas principales de la cinta, que nos transmite Juno. Y ése es el mejor motivo para volver a verla una y otra vez.

Puntuación: 9