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Autor: Neil Gaiman
Año de publicación: 1999
Editorial: Headline Review
Nunca ha dejado de parecerme un poco triste que tengan que adaptarse al cine las buenas novelas para que alguna editorial se decida a publicar la fuente original. El caso de Neil Gaiman, uno de los autores de culto con más personalidad de la narrativa fantástica de las últimas dos décadas, resulta especialmente sangrante cuando se comprueba que tuvo que estrenarse en cines la versión de Stardust para que la novela original llegase a las librerías españolas, seguida del resto de su producción.
Stardust nos traslada a Muro, un pueblo inglés en que, en plena época victoriana, un muchacho llamado Tristran Thorn promete a la muchacha de sus sueños, Victoria Forester, entregarle una estrella cuya caída presencian desde el pueblo. Para hacerse con ella, Tristran se adentra en el mundo de las hadas que se extiende más allá del muro que da nombre a su pueblo natal, pero cuando al fin llega hasta su estrella, Tristran descubre que todo lo que imaginaba acerca de ese lugar desconocido que es Faerie es diferente, que hay brujas, duendes y reyes dispuestos a todo por atrapar una estrella caída del cielo.
Si Stardust fuese una persona y yo tuviese la costumbre de repetir frases dichas hasta la saciedad en series y películas, la definiría diciendo que tiene un alma antigua. La novela logra recoger en letras el espíritu de los ilustradores de cuentos de hadas del siglo XIX como Arthur Rackham, dotando a su historia de una magia íntima y con un punto épico sencillamente único. Las aventuras de Tristran y sus distintos compañeros de viaje abren la puerta a una historia plagada de detalles semiexplorados que tan sólo refuerzan la atmósfera de ese Faerie creado por Gaiman mediante pequeñas referencias y mucha imaginación, y que reúne en sí todo un universo tan hermoso y delicado que casi asusta volverlo a mirar, por si acaso desaparece.
Puntuación: 8
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