viernes, 31 de julio de 2009

La vie en rose


Título: La vie en rose (La Môme)
Director: Oliver Dahan
Intérpretes: Marion Cotillard, Gérard Depardieu, Jean-Pierre Martins, Sylvie Testud
Año de estreno: 2007

Alguien debería proponer seriamente que La vie en rose sustituyera a La Marsellesa como himno de Francia. Se trata de una de esas canciones que todos hemos oído alguna vez y que la mayoría sería capaz de tararear. Los franceses tienen suerte de tener asociada una canción tan bonita. Ya decían en Sabrina (me refiero al remake protagonizado por Julia Ormond, que es la que he visto) que La vie en rose es una canción que sólo puede entenderse en París, pues se trata de una ciudad en la que todo parece visto a través de un cristal de color rosa. No comprendí lo cierto que eso era hasta que visité la ciudad. ¿Cómo pudo convertirse en símbolo de una de las ciudades más emblemáticas del mundo una canción interpretada por una joven surgida de los bajos fondos de la misma? La Môme nos cuenta este proceso.

El argumento de este biopic cubre toda la vida de la cantante Edith Piaf desde los tres años hasta su muerte. La narración se centra más en sus circunstancias personales que en la interpretación de sus inmortales canciones; la mayoría suenan de fondo. Asimismo, el desarrollo no es lineal, sino a saltos entre las diferentes etapas de su vida, aunque se puede apreciar cierto seguimiento de los acontecimientos en orden cronológico, algo que se apoya en los rótulos con las fechas.

Además de la imprescindible banda sonora (los franceses son el pueblo que mejor toca el acordeón) y la magnífica interpretación de Marion Cotillard, que sin duda se trata de uno de los óscars más merecidos de Hollywood, la película cuenta con una iluminación preciosa, lo cual tiene mucho mérito ya que la mayor parte del metraje se desarrolla en interiores y por tanto no se puede hacer gala de una gran fotografía de paisajes. La luz, tanto natural como artificial, crea ambientes realmente preciosos. La ambientación de las épocas y la caracterización están muy cuidadas, creando un verdadero fresco que refleja la vida de la cantante, desde los ambientes más sórdidos a los más refinados. Además, para variar, el título está bien traducido. Creo que sólo los incondicionales de Piaf, al menos fuera de Francia, sabrían a quién se refiere el título original del largometraje, La Môme (literalmente, "La Niña", primer nombre artístico de la cantante). En cambio, La vie en rose no deja lugar a dudas.

Sin embargo, también puedo encontrarle peros a esta película tan bien hecha. Parece que las películas de argumento no lineal están de moda, porque no hacen más que salir como churros. Hubo un tiempo en que resultó novedoso, pero a estas alturas ya resulta algo repetitivo. En el caso de La vie en rose, resulta en ocasiones algo confuso, pues no todos los saltos temporales van acompañados por rótulos con las fechas y a veces resulta complicado precisar qué sucede antes y qué sucede después. Otro defecto es, en mi opinión, la inestabilidad de la cámara. Todo parece filmado (y tal vez incluso lo esté) con una cámara al hombro, y eso resta, en mi opinión, belleza a encuadres que podrían ser preciosos. Y como "queja" final, destacar que la archiconocida canción La vie en rose recibe un trato indigno de su fama: tan sólo suena interpretada una vez en su versión inglesa. Lo lógico (y tal vez, incluso, demasiado esperable) sería que protagonizase una escena tan conmovedora como lo hace Non, je ne regrette rien, que por cierto a mí me encanta.

En definitiva, un delicioso biopic que hará las delicias de los amantes del cine europeo.

Puntuación: 8

jueves, 30 de julio de 2009

Gilda


Título: Gilda
Director: Charles Vidor
Intérpretes: Rita Hayworth, Glenn Ford, George Macready, Joseph Calleia
Año de estreno: 1946

Se publicitó con la frase "There never was a woman like Gilda" ("Nunca hubo una mujer como Gilda"), y probablemente es cierto. Es uno de esos personajes que ha marcado un antes y un después en la historia del cine; lo cual es un honor bastante restringido cuando se trata de personajes femeninos, en mi opinión. Tal vez únicamente Escarlata O' Hara pueda contarse junta a Gilda como una de ellas, aunque probablemente más de uno añadiría a La chica de La tentación vive arriba y a Holly Golightly. Bueno, para gustos están los colores.

Para variar, el personaje titular no es el narrador de la historia, aunque sí es cierto que en ella recae buena parte del desarrollo dramático de la historia. Ésta se inicia con un norteamericano en Buenos Aires, un pobre diablo llamado Johnny Farrell, que consigue un puesto de trabajo en el casino ilegal del inquietante Ballin Mundson. Éste le prohíbe que mantenga relaciones con mujeres, lo cual no supone un problema para Johnny, que las detesta. No obstante, la cosa cambia cuando Ballin regresa de un viaje casado. La afortunada es una hermosa mujer de espíritu libre llamada Gilda. A medida que se van desarrollando los acontecimientos, descubrimos que Gilda y Johnny se conocieron en el pasado y que ella fue la causa de que él odie al género femenino.

Gilda cuenta con muchas cosas legendarias aparte de la guapísima Rita Hayworth ejerciendo ese papel de femme fatale que se considera libre por encima de todas las cosas ("Si yo fuera un rancho, me llamaría "Tierra de nadie"), y no me refiero únicamente al citadísimo striptease con el guante mientras canta Put the blame on mame. La tormentosa relación entre ella y Johnny, que aseguran odiarse aunque no sean capaces de vivir el uno sin el otro, es una de las más apasionadas que he visto en el cine clásico. Apasionada por la intensidad de bofetadas (también legendarias), besos, gritos y seducción. Posee una fuerza que a veces aparece mitigada en el cine clásico, además de unas referencias a la sexualidad poco corrientes en aquella época.

Una película que recomiendo incluso a quienes no les gusta el cine clásico. Y es que nunca hubo una mujer como Gilda.

Puntuación: 9

miércoles, 29 de julio de 2009

Muerte entre poetas


Título: Muerte entre poetas
Autor: Ángela Vallvey

Año de publicación: 2008
Editorial: Planeta

A veces parece que los buenos libros están reñidos con los best-sellers, o al menos ésa es la impresión más extendida. Las novelas histórico-fantásticas, de misterio, los thrillers, en una palabra, las novelas que se venden como churros rara vez son consideradas buena literatura por críticos y aficionados. Llega un momento en que dicha categoría se copa con novelones serios, con un trasfondo muy profundo, y alguna que otra novela histórica. Éstas son las obras que se llevan, generalmente, los premios literarios.


El Premio Planeta, conocido por todos como el premio literario más importante en España, dio un giro el año pasado en su selección de ganador y finalista al escoger novelas que podrían considerarse best-sellers. Aunque no he tenido el gusto de leer aún el ganador, La Hermandad de la Buena Suerte, sí que he podido hincarle el diente al finalista, Muerte entre poetas. Ésta es, sin más, una novela de misterio.

La historia se inicia al más puro estilo Agatha Christie: hay una reunión de egregios poetas promovida por una fundación y uno de ellos aparece asesinado. Evidentemente, todos los invitados al evento son sospechosos, salvo uno: Nacho Arán, que llega al lugar justo después del crimen, lo que le exime de toda culpa y le permite ahondar en la relación de los presentes con la víctima, pues es además detective aficionado. Lo que descubre le deja perplejo, y es que el poeta asesinado tenía una pasmosa habilidad para crearse enemigos. A través de los testimonios de los diferentes poetas, iremos averiguando que a ninguno de ellos les faltaban razones para asesinarle.

A diferencia de otras novelas de este estilo, Muerte entre poetas posee un estilo ágil y desenfadado, lo cual no está reñido con un extenso vocabulario que revela la cultura de la autora. Quienes hayan leído otras obras de Ángela Vallvey (yo, personalmente, sólo había leído dos novelas para adolescentes, años atrás: Kippel y la mirada electrónica y Vida sentimental de Bugs Bunny). Se trata de una autora con un gran sentido del humor y con una ironía muy fina, lo cual da como resultado una novela impecable desde el punto de vista argumental y estilístico. Una característica muy interesante es la manera en que describe los entresijos de los mundillos universitario y literario: el primero, reflejando algo tan tristemente común como los plagios de trabajos de alumnos por parte de catedráticos; el segundo, a través de la labor de críticos, reflejando además las envidias y rivalidades entre poetas.

Se trata, en definitiva, de una novela muy redonda, en la que sólo queda, en mi opinión, un fleco suelto, respecto a un personaje que sale de la historia dejando cierta estela enigmática. Sin embargo, esto no basta para bajar el nivel de la novela, que sin duda alguna, es superior.

Puntuación: 9

Matar un ruiseñor


Título: Matar un ruiseñor
Autor: Harper Lee

Año de publicación: 1960

Editorial: Zeta

Todo empezó con Capote. Esta película me reveló la figura del escritor Truman Capote, del que he leído tan sólo una obra, Música para camaleones, que sin embargo se sitúa entre mis predilectas. No obstante, en esta película aparece un personaje secundario (muy secundario) pero íntimamente ligado al protagonista, que en la vida real ha demostrado ser un personaje de renombre. Se trata de Harper Lee, que con tan sólo una novela conquistó el prestigioso Premio Pulitzer y la gloria. Poco después de su publicación, se estrenó una película que adaptaba dicha novela. Y fue a través de la misma como descubrí la conmovedora historia de los hermanos Finch y de su padre, Atticus. Me gustó tanto que me propuse leer la novela original.

Jean Louise Finch, más conocida como Scout, vive con su padre, el abogado Atticus, su hermano mayor Jem y su criada Calpurnia en Maycomb, Alabama. En su narración rememora una serie de acontecimientos ocurridos en el pueblo durante los años treinta; éstos se centran en la defensa que realiza Atticus de un hombre negro acusado de violar y golpear a una joven blanca y la repercusión que esto tiene para los Finch, además de otros asuntos más propios de los niños de la edad de Jem y Scout, como la amistad con Dill o su intento de ver a Boo Radley, un joven del que se dice que vive encerrado en su casa debido a su locura.

A través de los tres años en los que se desarrolla la novela, los niños protagonistas van adquiriendo una conciencia de la justicia a través de las enseñanzas de su padre que enlaza con la pérdida de la inocencia cuando al contemplar, impotentes, cómo una persona inocente es condenada por un crimen que no ha cometido. Además, en esta obra podemos percibir el ambiente en los pueblos norteamericanos en época de la Gran Depresión, las costumbres propias de ese país que nació en el siglo XVII y cómo, aún en esa época, la población negra era sometida a una severa segregación.

Aunque no se trata de una novela netamente autobiográfica, al parecer sí que contiene detalles tomados de vivencias de la propia Harper Lee. Hubo un caso similar al de Tom Robinson en las cercanías de su ciudad de origen (también en Alabama), su padre era un abogado que tuvo que defender un caso complicado y el personaje de Dill está claramente basado en su mejor amigo durante la infancia: Truman Capote. Qué duda cabe de que resulta complicado escribir sin filtrar algo acerca de uno mismo; en opinión de Lee, todos los libros deberían escribirse así.

No quisiera resultar reiterativa, pero opino que el adjetivo que mejor define a Matar un ruiseñor es conmovedora. La historia se desarrolla de manera pausada pero sin resultar cargante, y la perspectiva de los acontecimientos vistos a través de los ojos de una niña, pero rememorados por una adulta, le da ese toque que hace pensar en cuando contamos (o nos cuentan) algo que sucedió durante la infancia de uno: lo vimos de una manera, pero el tiempo nos hace percibir muchas cosas que en aquel momento pudieron pasarnos desapercibidas. Si de algo estoy convencida, es que Matar un ruiseñor, ya sea en su versión literaria o cinematográfica, es un clásico imprescindible. Una verdadera lección de justicia y solidaridad.

Puntuación: 9

domingo, 19 de julio de 2009

Las Célticas


Título: Las Célticas (Le Celtiche)
Autor: Hugo Pratt

Fecha de la tercera edición española: 2008

Editorial: Norma Editorial

Soy muy dada a establecer ránkings entre las cosas que me gustan, especialmente si esas cosas son del mismo tipo. Y cuando terminé de leer todas las aventuras de Corto Maltés, La balada del mar salado se mantuvo en el primer puesto, mientras que en el segundo compiten La casa dorada de Samarkanda, Las Célticas y Corto en Siberia. Probablemente seguirán compartiendo el segundo puesto para siempre.


A pesar de su nombre, no todos los episodios que integran Las Célticas se desarrollan en las islas británicas. Sin embargo, sí que tienen como telón de fondo la I Guerra Mundial, en la que Corto no participa, pero sí que se ve mezclado con más de un
ejército. Son seis los episodios que dan cuerpo a Las Célticas: El ángel de la ventana de Oriente, Bajo la bandera del oro, Concierto en do menor para arpa y nitroglicerina, El sueño de una mañana de invierno, Vino de Borgoña y rosas de picardía y En el tinglado de la antigua farsa. A lo largo de tantas aventuras, Corto conoce a personajes de muy diverso talante y nacionalidad: aparte de los militares de todos los países combatientes están presentes los rebeldes irlandeses, los frailes dominicos y franciscanos, los viejos judíos, los titiriteros locos e incluso las hadas inglesas. Y por si aún faltara gente, Corto reencuentra a viejos conocidos como Veneciana Stevenson y Caín Groovesnore.

Los hechos relatados en Las Célticas tienen lugar en los últimos años de la Gran Guerra, de hecho
algunos personajes ya se huelen su final. La acción comienza en Venecia, ciudad preferida de Corto, y aún permanece cierto tiempo en Italia antes de viajar a Irlanda y otros puntos de Gran Bretaña, como Stonehenge. En principio parece entregado a su, llamémosla, "profesión" de aventurero, pero no tarda en meterse en materia bélica gracias a militares desertores, rebeldes irlandeses, amigos soldados e incluso inspirado por unas musas llamadas Morgana, Puck y Merlín. Este volumen sirve a Pratt para desplegar su interés por los uniformes. Se ha dicho de él que era un militarista, pero no es así: sencillamente, le gustaban los uniformes desde niño, creció rodeado de ellos, y no los rechazaba a la primera como un símbolo de la guerra. No vanagloria la propia contienda, sino ese extraño glamour que poseen los uniformes de la época.

Las Célticas se caracteriza también por el elevado número de mujeres interesantes que desfila por sus páginas. Y es que, en las aventuras de Corto, las mujeres no son un mero adorno. Las mujeres que rodean a Corto están dotadas de una fuerte personalidad, a menudo también intrigante, algo que le fascina. Veneciana, Banshee, Rowena y Mélodie fascinan e intrigan a nuestro marino, al igual que al lector. Se convierten en parte de sus aventuras, y no precisamente pasiva. Además está la mención a Pandora Groovesnore. Tenemos la ocasión de ver a un Corto ciertamente melancólico ante la noticia de la boda de su amor platónico.

Me alegró saber que Las Célticas fue uno de los álbumes convertidos en película de animación, aunque no lo vi hasta que tuve en mi poder el álbum original. Al igual que sucedió con Bajo el signo de Capricornio, el estudio se aprovecha de la división en episodios para realizar una película de una hora y veinte minutos sin tener que recortar flecos; tan sólo se elimina un episodio y ya está. El escogido es Concierto en do menor para arpa y nitroglicerina; una pena, pues es un gran episodio. También esta entrega se inicia con una especie de prólogo narrado por una mujer, en este caso Veneciana Stevenson, algo normal pues es la única de las cuatro féminas protagonistas cuyo papel se ve justamente trasladado (Rowena también aparece, pero su papel es menos relevante; Corto ni siquiera menciona que ella le gusta, cosa que sí hace en el cómic). Los episodios aparecen en el mismo orden que en el álbum, salvo por la ausencia del ya mencionado Concierto en do menor para arpa y nitroglicerina y la alteración del último de ellos, que vendría a ser Vino de Borgoña y rosas de picardía pero con escenas añadidas de En el tinglado de la antigua farsa; Mélodie no aparece y algunas cosas quedan confusas debido a esa inclusión realizada con calzador de la presencia de Caín Groovesnore (cuyo nombre, por cierto, pronuncian correctamente en el doblaje español, para variar). Además se producen cambios en el desarrollo de El sueño de una mañana de invierno y la transición entre episodios resulta vaga e inconexa; puede que Las Célticas sea, en materia de narración, la peor de las películas que he visto hasta ahora de esta serie, pero el resultado es ameno y la verdad, una vez acostumbrados a la animación regular y al doblaje francamente malo, debo reconocer que me ha resultado entretenida.

Puntuación del cómic: 10
Puntuación de la película: 6

jueves, 16 de julio de 2009

Casi famosos


Título: Casi famosos (Almost famous)
Director: Cameron Crowe
Intérpretes: Patrick Fugit, Billy Crudup, Kate Hudson, Frances McDormand
Año de estreno: 2000

¿Conocéis a alguien a quien no le guste la música? Yo no. La música nos rodea, llena nuestras vidas, incluso cuando no nos damos cuenta; puede que le prestemos más o menos atención, pero suele formar parte de nosotros. Mi siguiente pregunta, más personal, es: ¿quién no ha soñado alguna vez con conocer a su cantante favorito, o a los integrantes de su grupo predilecto? Acercarse a ellos o ellas y hablar de todas las cosas que suenan en sus canciones, aunque sea para terminar diciéndoles que nos identificamos plenamente con ellas. Hay pocas maneras de conseguir algo tan personal sin convertirse en un/a groupie desfasado/a que amenaza con cortarse las venas ante la cancelación de un concierto. La manera más improbable de conseguir algo semejante es ser presentado a la estrella en cuestión por un amigo común. La otra, bastante complicada pero no por ello inalcanzable, es llegar a ser periodista para una revista musical.

Casi famosos se basa en la experiencia personal del director y guionista Cameron Crowe como redactor de la revista Rolling Stone y las giras en que viajó con diferentes grupos de música. A través de los ojos de William, un quinceañero que aspira a convertirse en un gran crítico de rock, conocemos las glorias y miserias, sobre todo estas últimas, de una banda llamada Stillwater que trata de despegar durante una gira por Estados Unidos. William es testigo de cómo las groupies son capaces de cualquier cosa por complacer a sus ídolos, de cómo éstos mantienen una intensa lucha entre sus vidas como estrellas y como personas normales, es testigo de las ansias de triunfar, del talento superior de algunos miembros sobre otros y de las envidias que esto provoca; todo esto con los convulsos y apasionantes años 70 como telón de fondo.

Lo más interesante de esta película son los personajes, cada uno con un carácter muy marcado y realista, hasta los más secundarios. Son muchos los rostros conocidos que jalonan la amplia lista de personajes secundarios (Philip Seymour Hoffman, Anna Paquin, Zooey Deschanel, Jason Lee, Fairuza Balk...), y refuerzan a los protagonistas. Las relaciones que se establecen entre ellos demuestran un conocimiento profundo de las situaciones en que se ven inmersos los personajes; no olvidemos que muchas de ellas fueron vividas por el propio Crowe. La ambientación del largometraje en los años 70 es muy correcta, sin caer en tópicos ni histrionismos, tan realista como todo lo demás y salpicada por referencias puntuales a grupos de la época y a canciones; un festín para los amantes de la música.

Además, Casi famosos tiene un poco de todo. Tiene momentos dramáticos, momentos cómicos, momentos tensos e incluso momentos que mezclan emociones, como mi secuencia preferida, la del avión. También como la vida misma, en ese aspecto. El resultado es una película cercana y simpática, muy amena y ágil, con una música fantástica y unos personajes de lo más entrañables.

Puntuación: 10

miércoles, 15 de julio de 2009

Traición


Título: Traición
Autor: Scott Westerfeld

Año de publicación: 2005
Editorial: Montena

Si algo hay que agradecerle a la mundialmente provocadora de vahídos saga de Crepúsculo es que, al menos en España, ha servido para abrir las puertas a la literatura juvenil proveniente de Norteamérica, que nos ha ofrecido títulos muy buenos y otros no tanto, metidos en la temática de los vampiros (que, aunque nos cueste creerlo, ya era muy popular al otro lado del charco, y aunque pueda parecernos lo contrario, Stephenie Meyer no ha inventado nada). Siempre he pensado que la literatura juvenil es un género bastante dejado de lado, de hecho podría decirse que ha sido el boom de Laura Gallego García con sus Memorias de Idhún lo que ha permitido a estos libros salirse de las típicas colecciones de El Barco de Vapor Serie Roja y similares, algo que ni siquiera el muy respetado Jordi Sierra i Fabra (otro excelente autor, por cierto) había logrado.

Y ahora llegan los productos de importación. Novelas fundamentalmente para chicas, aunque pueden interesar también a los chicos, no seamos cerrados, que inundan el mercado con decenas de títulos, y en ocasiones también portadas, muy similares al best-seller Crepúsculo. Traición llega avalada por una frase positiva de Stephenie Meyer, aunque actúe más bien como reclamo publicitario para captar a los lectores de esta autora. Y es que Traición no tiene nada que ver con los vampiros.

Se trata de la primera parte de una trilogía de ciencia-ficción que ha arrasado en Estados Unidos bajo los títulos originales de Uglies, Pretties y Specials, que se vio ampliada con la publicación de una cuarta entrega ubicada en el mismo universo, llamada Extras. La segunda parte, que en nuestro país ha sido titulada Perfección, vio la luz durante la pasada Feria del Libro de Madrid, ocasión en que una servidora se hizo con ambas, y estoy a la espera de la tercera, a ver cómo le desgracian el título con la traducción (asunto que realmente me irrita). El éxito de las novelas ha llevado incluso a la adquisición de los derechos por la 20th Century Fox. Se dice que la adaptación de Traición/Uglies podría aparecer en las pantallas en 2011.

Bueno, ¿y de qué trata un libro que ha causado furor entre los adolescentes, si no aparecen vampiros? Traición se desarrolla en un futuro en el que las personas viven en enormes ciudadas divididas en una especie de distritos en los que viven según sus edades. Las personas nacen siendo imperfectas, y por tanto, tras pasar la infancia con sus padres, pasan a Feópolis, donde esperan con ansia cumplir los dieciséis, edad en que pasan por una operación de cirugía estética en que los convierten en perfectos, y emigran a una zona llamada Nueva Belleza, donde llevan vidas de fiestas encadenadas entre sí. Tally Youngblood está a tres meses de cumplir los dieciséis, y lo que más desea en el mundo es convertirse en perfecta para poder reencontrarse con su mejor amigo, Peris, que vive ya en Nueva Belleza. Sin embargo, todo cambia cuando conoce a Shay, una chica que no desea operarse, sino seguir siendo imperfecta, y que huye de la ciudad en busca del Humo, un lugar misterioso en medio de los bosques (pues las ciudades están completamente aisladas de éstos para evitar la destrucción de los mismos que causaron sus ascendientes, los oxidados), un reducto habitado por personas que reniegan de la transformación en perfectos. Tally se niega a acompañar a su amiga, pero las autoridades descubren que Tally sabe algo acerca de la desaparición de los jóvenes imperfectos, de manera que le ofrecen tomar una decisión: revelar la ubicación del Humo o permanecer imperfecta para siempre. Y aunque Tally no quiere traicionar a Shay, desea convertirse en perfecta a toda costa, por lo que emprende un peligroso viaje hacia el Humo, en el que aprenderá una serie de cosas que le harán replantearse su misión y la propia decisión de operarse.

El libro contiene, como puede apreciarse, ciertos ecos de Un mundo feliz, aunque mucho más descafeinado y adaptado a los tiempos que corren. Los temas predominantes son el crecimiento físico y psicológico y la conformidad con lo establecido; los personajes mantienen discusiones acerca de esto y vemos cómo sus puntos de vista van cambiando gradualmente a medida que van descubriendo los secretos que oculta ese mundo supuestamente evolucionado y superior al de sus predecesores, los oxidados. Asimismo, puede apreciarse la típica dicotomía entre la belleza exterior y la interior, con la diferencia de que la segunda otorga individualidad, pues la operación que convierte en perfectos a los adolescentes les aporta una serie de rasgos básicos destinados a resultar atractivos; podría decirse que todos los perfectos son iguales, por muy bellos que sean. También pueden leerse referencias al cuidado del medio ambiente; las ciudades se aíslan de su entorno para no dañar la naturaleza, pero al mismo tiempo hay equipos que controlan las plagas descontroladas provocadas por los oxidados.

En resumen, una novela interesante, distinta a la mayoría de las que se publican actualmente para ese público adolescente, normalmente tan (literariamente) desatendido.

Puntuación: 10

martes, 14 de julio de 2009

Special A


Título: Special A
Autor: Minami Maki
Género: Shoujo
Editorial japonesa: Hankusensha
Editorial española: Ninguna

Número de volúmenes: 17

Tengo, por primera vez, oportunidad de hablar acerca de una de mis grandes pasiones: el manga, o cómic japonés para los no iniciados. Y aunque podría realizar esta primera entrada acerca de algo que me gusta tanto explayándome acerca de alguna de mis series preferidas, seguiré fiel a mi costumbre y realizaré una crítica de la última serie que he leído.


Descubrí Special A gracias al anime que de este manga se ha realizado, y que más adelante comentaré. Gracias a las
similitudes que comparte con otro anime que me encanta, Ouran Kokou Host Club, me decidí a comenzar a verlo. Y como me encantó, pues me hice con el manga adaptado a la pequeña pantalla, con tan buena suerte que acababa de finalizar su publicación en Japón. La revista quincenal Hana to Yume albergó Special A entre sus páginas desde 2003 hasta marzo de 2009; se ha ido recopilando en 17 volúmenes. Una serie bastante larga, como puede apreciarse.

¿Y de qué trata? Su historia se inicia con una niña llamada Hikari Hanazono, cuyo padre, un verdadero fanático del pro-wrestling, ha entrenado en esta disciplina desde que era un bebé, por lo que es imbatible. No obstante, un buen día se cruza en su camino el hijo de un amigo de su padre (y tan seguidor del pro-wrestling como él) llamado Kei Takishima, que se convierte en el primero en derrotarla. Ante semejante humillación, Hikari jura que logrará vencerle algún día, y para ello se matricula en el mismo instituto al que él acude, la exclusiva Academia Shirotsuji. En ésta, el nivel de los estudiantes decide la clase en la que van a estar, de la A a la F, y existe un nivel superior al que acuden tan sólo los siete mejores estudiantes de todo el instituto, que casualmente proceden de las familias más adineradas de Japón más Hikari, cuyo padre es carpintero. Esta clase especial se llama Special A (o S.A., para abreviar) y gozan de
privilegios especiales, como tener un lugar de reunión exclusivo en un lujoso invernadero o lucir un uniforme distinto. Kei ocupa el número uno dentro del ránking de la S.A., y Hikari, cómo no, el número dos. Los otros cinco integrantes de la S.A., más los numerosos personajes que van apareciendo a lo largo de la historia completan los ciclos de alocadas aventuras en que se ven sumidos de principio a fin.

Y es que 17 tomos dan para mucho. A lo largo de todas esas páginas vamos conociendo mejor a todos los integrantes de la S.A., desde sus obsesiones (que no son moco de pavo) a sus pasiones y miedos. Pocos personajes más de la Academia tienen cabida, pues la comitiva de secundarios la integran sobre todo familiares de los dos protagonistas, empleados, extranjeros e incluso alumnos del instituto rival que tienen un enlace importante con la S.A.. Sin embargo, en mi opinión se trata de una de esas series que, al conocer un gran éxito, es alargada ex profeso por la editorial. Algunas situaciones son demasiado rebuscadas, no siguen una linealidad demasiado marcada (es decir, se nota que al acabar un ciclo de aventuras de varios capítulos, se meten en otro que no viene demasiado a cuento y lo solucionan con frases del tipo: "Vamos a pasar unos días a Hawaii porque a tal le apetece"), el conjunto no resulta demasiado fluido. Eso no quiere decir que sea aburrido, para nada. Mi recomendación es leerlo hasta el final, pues tiene escenas muy divertidas. Una característica interesante es que la autora acaba tratando a todos los personajes por igual. Lo normal en un manga shoujo es que la trama se centre en la pareja protagonista y, como mucho, en la mejor
amiga de la protagonista si llega a tener alguna historia de amor. Minami Maki, en cambio, empareja a todos y cada uno de los personajes; en ese aspecto, no deja ni un solo cabo suelto, aunque evidentemente la relación en la que más se profundiza es en la existente entre Hikari y Kei.

El dibujo en los primeros tomos no es ninguna maravilla, como suele suceder en todas las series largas de los autores debutantes. Sin embargo, como ya he dicho, 17 tomos dan para mucho y seis años dibujando a los mismos personajes se notan. Estiliza el canon, haciendo a los personajes delgados y angulosos (especialmente las barbillas y los codos), con ojos muy grandes (algo que parece característico del manga pero que no siempre lo es) y con pocos brillos. Además, como los personajes aparecen casi siempre vistiendo sus uniformes escolares, se ahorra la tarea de diseñar ropa.

En cuanto al anime, tiene 24 episodios, fue realizado por el Studio Gonzo y tampoco ha visto la luz en
España. Adapta aproximadamente los ocho primeros tomos del manga (y con bastante fidelidad), y como pasa a menudo con mangas inconclusos, los capítulos finales no se ciñen tanto a la obra original, van más por libre y acaban contanto lo mismo, pero de manera distinta para quitarle el regusto a continuidad que, a esas alturas, en manga sí tenía aún. La adaptación es buena, con un resultado muy ameno y divertido, aunque para mi gusto los openings y endings son un poco flojos. Mi personaje preferido en el anime es Kei, aunque sinceramente creo que es porque tiene el mismo doblador y cierto parecido físico (salvando las distancias, claro) con Lelouch Lamperouge, protagonista de Code Geass y uno de mis personajes de anime predilectos. Supongo que el asunto de la voz de Jun Fukuyama hizo bastante. Le da un carácter muy interesante al personaje, incluso cuando le dan esos ramalazos de enamoramiento en que se ve rodeado de rosa, brillos y burbujas; algo que queda demasiado forzado y no concuerda con el manga original. Es un anime ligerito, muy adecuado para hacer boca antes de leer el manga, aunque sea sólo para saber lo que sucederá después.

Special A es el manga idóneo para los y las fans de los shoujos cómicos, sobre todo aquellos que dan más realce al humor que al romance, que a fin de cuentas, es la característica dominante en este género.

Puntuación del manga: 9
Puntuación del anime: 9

sábado, 11 de julio de 2009

Di que sí


Título: Di que sí (Yes man)
Director: Peyton Reed
Intérpretes: Jim Carrey, Zooey Deschanel, Bradley Cooper, Danny Masterson
Año de estreno: 2008

Siempre que me preguntan quién es mi actor preferido, me quedo en blanco y no sé qué responder. Al final suelo responder que es Johnny Depp, porque realmente me parece un tipo muy camaleónico pero cargado de carisma al mismo tiempo. Sin embargo, podría perfectamente responder que se trata de Jim Carrey, que siempre consigue que me parta de risa. He visto prácticamente todas sus películas cómicas desde La Máscara, que por cierto se cuenta entre mis preferidas, y me lo paso en grande con Mentiroso compulsivo, Yo, yo mismo e Irene y Como Dios. Hasta las de Ace Ventura me gustan, y eso que son cutres a dolor. Por eso me animé a ver Di que sí, después de haber comprobado la capacidad del bueno de Carrey para el drama en ¡Olvídate de mí! Como siempre, su amplio repertorio de muecas me ha hecho reírme de lo lindo. Seguro que los rodajes con él son un cachondeo.

Di que sí tiene como protagonista a un amargado llamado Carl, un divorciado que trabaja dando préstamos (o mejor dicho, denegándolos en un banco) y al que sus propios amigos soportan por lealtad, aunque están hasta las narices de su pesimismo. Sin embargo, todo cambia cuando un viejo amigo le cuenta que es más feliz que nunca gracias a una terapia que le ha enseñado a decir que sí a las propuestas que le hacen, de manera que se atreve a hacer cosas que antes ni habría imaginado. Carl acaba yendo y asume que debe responder obligatoriamente que sí a todo, de hecho está convencido de que si no lo hace todo le irá mal (al más puro estilo Me llamo Earl). Al principio todo va de maravilla: profundiza en su relación con sus amigos, obtiene reconocimiento en el trabajo y conoce a una chica muy especial. Sin embargo, su particular terapia del sí no tarda en traerle problemas.

Se trata de una película hecha a la medida de Jim Carrey, muy bien arropado por los numerosos personajes secundarios; de hecho, los problemas de Carl por culpa de decir siempre que no suelen llevar a una relación bastante mala con la gente, lo cual va cambiando a lo largo de toda la película. Los más notables son la chica, sus dos mejores amigos y su jefe. Zooey Deschanel, a la que ya tenía el gusto de conocer gracias a Tin Man, interpreta el papel de una chica algo alocada, muy impetuosa y espontánea, que en el fondo es bastante más seria de lo que aparenta. Además canta varias canciones (y muy bien), no sólo como parte de su papel; también es cantante fuera de la pantalla. Bradley Cooper y Danny Masterson dan vida a Peter y Rooney, los dos mejores amigos de Carl. Peter es un abogado a punto de casarse que recrimina constantemente a Carl su pesimismo; Rooney (cuyo intérprete es mi personaje preferido en Aquellos maravillosos 70) tiene mucha menos importancia pero está siempre presente. En cuanto al jefe de Carl, Norman, es interpretado por Rhys Darby como ese típico jefe majete y graciosillo con el plus de que es un auténtico friki de cosas como Harry Potter, Los Goonies o 300. Junto a Carrey, el mejor personaje de la película; quizá el único genuinamente gracioso más allá de las situaciones.

Di que sí es una película que gustará a los incondicionales de las comedias de Jim Carrey, pues se ajusta a esa faceta que conocemos de este cómico: toda clase de muecas y vocecillas graciosas que nos arrancarán más de una carcajada. Y más de dos.

Puntuación: 7

viernes, 10 de julio de 2009

Mi nombre es Harvey Milk


Título: Mi nombre es Harvey Milk (Milk)
Director: Gus Van Sant
Intérpretes: Sean Penn, Emile Hirsch, Josh Brolin, James Franco
Año de estreno: 2008

Hay películas que, cuando las estrenan, no te atraen. No es que manifiestamente no te gusten, sencillamente no te apetece verlas porque no te acaban de llamar la atención. Eso me sucedía a mí con Mi nombre es Harvey Milk. Confesaré que, de entrada, ni siquiera sabía quien era dicho personaje hasta que leí en la prensa una entrevista con su sobrino. No obstante, eso no bastó para que me interesase en la película, ni siquiera sabiendo que había ganado un par de óscars, que por lo general es una garantía de que la película es buena. Y como hoy me han presentado, como otras veces, la oportunidad de verla, he accedido. A veces una película que no nos interesaba demasiado acaba constituyendo una agradable sorpresa.

Mi nombre es Harvey Milk se centra en la vida de dicho personaje contada a modo de flashback por él mismo, que intuye la cercanía de su muerte. El protagonista titular es un homosexual neoyorkino que no se atreve a salir del armario y que recala en San Francisco tras un viaje con su amante. Allí conoce en primera persona la discriminación que sufre la población homosexual y se opone a ella, primero a través de su negocio y más tarde metiéndose en política, al presentarse a concejal de San Francisco. El filme recorre su difícil carrera, especialmente su lucha contra la Proposición 6, un proyecto de ley que despojaría a los homosexuales de sus derechos civiles y les prohibiría el acceso a la enseñanza. Ese combate queda reflejado en el punto álgido del largometraje, que culmina con el asesinato de Milk.

Hay un momento en la serie The I.T. crowd en que le preguntan a Roy si está cómodo con su sexualidad. Él responde que sí lo está, pero que no le gusta que ellos (refiriéndose a los gays) le golpeen en la cara con la suya. Mi opinión respecto a la homosexualidad es la misma. Me parece correcto que haya personas que se sientan atraídos por individuos de su mismo sexo, pero no me gusta el histrionismo de pasearlo como si fuera el carnaval de Río de Janeiro. Yo soy heterosexual y no por ello me paseo por ahí con una pancarta que lo proclame. Por esa misma regla de tres, no apoyo la discriminación a los homosexuales, y creo que no por serlo dejen de ser apropiados para ejercer una profesión como los heterosexuales. Opino lo mismo con las mujeres. Tal vez sea por eso por lo que las condiciones en que eran tratados los gays en época de Harvey Milk me parecen indignantes; él hizo una gran labor. Y lo mejor de que hayan hecho una película acerca de él es que eso permite que sea conocido más allá de las fronteras de Estados Unidos y lo que es más importante, más allá de las barreras del tiempo.

Mi nombre es Harvey Milk es, en mi opinión, una película muy bien hecha, reivindicativa pero sin pasarse, y ante todo interesante. Merece especial mención la caracterización de los diferentes personajes que aparecen, todos reales, al igual que sucedía en Frida. Sean Penn confirma una vez más que es un actorazo como la copa de un pino. En definitiva, una película que funciona muy bien, interesante y bien montada.

Puntuación: 8

jueves, 9 de julio de 2009

El coleccionista de relojes extraordinarios


Título: El coleccionista de relojes extraordinarios
Autor: Laura Gallego García
Año de publicación: 2004
Editorial: SM

Descubrí a Laura Gallego gracias a Memorias de Idhún, un libro que me decidí a leer a pesar de que la fantasía heroica no me entusiasma (no me he terminado El Señor de los Anillos y no pasé de las primeras páginas de El árbol del verano). No tardé mucho en descubrir que Laura Gallego es diferente. Se trata, en mi opinión, de la mejor escritora de literatura fantástica de nuestro país. Aunque escriba para adolescentes, sus libros pueden enganchar a cualquiera, y yo soy una de las personas que han caído bajo su hechizo. Me he leído prácticamente todo lo que ha escrito salvo sus libros para niños, por lo que no dudé cuando cayó en mis manos El coleccionista de relojes extraordinarios.

El protagonista de esta novela es Jonathan Hadley, un chico americano que se encuentra en España haciendo turismo con su padre y su madrastra. Un incidente con un reloj mágico en un misterioso museo le obliga a iniciar una peligrosa búsqueda de otro reloj, también mágico y muy poderoso, para salvar el alma de su madrastra. Para lograrlo debe atravesar las callejuelas de la Ciudad Oculta, enfrentarse a extrañas criaturas y perversos demonios y conocer a toda clase de misteriosos personajes.

El coleccionista de relojes extraordinarios posee muchos de los elementos habituales en las obras de Laura: un personaje que se arriesga en las más intrépidas aventuras, un enemigo perverso que no desvela su rostro desde un principio, fantasía a raudales y una historia de amor. Aunque la estructura de sus novelas sea bastante similar en algunos casos, su capacidad creativa para crear mundos muy distintos entre sí resulta francamente loable, y creo que es lo que más admiro en ella. No hay más que comparar la trilogía Memorias de Idhún, que la mantuvo ocupada durante años, y la obra que la siguió, La Emperatriz de los Etéreos: nada que ver. Su bibliografía resulta, por tanto, imprescindible para los amantes de la fantasía.

No puedo decir que El coleccionista de relojes extraordinarios sea la novela de Laura que más me ha gustado (pues ésa fue Dos velas para el diablo), pero es interesante y tan original como todos sus libros. Una joyita para quienes sólo hayan leído "las grandes" de Laura.

Puntuación: 6

miércoles, 8 de julio de 2009

Cumbres Borrascosas

Imagen de www.librosalcana.com
Título: Cumbres Borrascosas
Autor: Emily Brontë
Año de publicación: 1847
Editorial: Biblioteca El Mundo


Mi siglo preferido es el XIX, y mis períodos artísticos predilectos, el Romanticismo y el Simbolismo en todas sus vertientes. Este interés se ha ido extendiendo a otros campos, como la moda o la Historia propiamente dicha, y finalmente decidí hincarle el diente a una novela emblemática de dicho período, en lugar de limitarme a obras ambientadas en esa época.

Cumbres Borrascosas narra la atormentada historia de amor entre una joven de buena familia llamada Catherine Earnshaw y un muchacho huérfano adoptado por el padre de ella, Heathcliff, que viven en la finca que da nombre a la novela. No obstante, el fuerte carácter de ambos (indomable ella; vengativo él contra quienes no le aceptan, como el propio hermano de Catherine) hace imposible que vivan juntos; ella se casa con el hijo de los dueños de una granja vecina con la esperanza de que su nueva posición pueda servir de ayuda a Heathcliff, pero él se casa por despecho con la hermana del marido de Catherine. Así enlazados sus destinos, la tormentosa historia de odios y alianzas entre las familias Earnshaw, Linton y Heathcliff se va enredando más y más con el nacimiento de los hijos de las diferentes parejas, que heredan de sus padres tan truculenta historia, presenciada desde su comienzo por la diligente criada Ellen, la narradora, que le cuenta todos estos hechos a un hombre que alquila la granja en la que vivió Catherine su vida de casada.

Quizá lo más sorprendente de Cumbres Borrascosas sea la enorme fuerza de su estilo. Los personajes hablan con una gran violencia y apasionamiento, de hecho cuando Charlotte Brontë publicó una edición póstuma de la novela de su hermana, pedía disculpas en el prefacio por la rudeza del lenguaje empleado, achacándolo a la manera de hablar de su lugar de origen, Yorkshire. La retorcida historia y los fuertes sentimientos que atan a los personajes justifican las intensas declaraciones, las acusaciones, los gritos en general que se dan unos a otros. Incluso su propio estilo narrativo, a través de Ellen, posee una intensidad fuera de lo común y esperable en una novela escrita por una mujer en pleno siglo XIX. Habrá que comprobar si le venía de familia y las obras maestras de sus hermanas Charlotte y Anne, Jane Eyre y Agnes Grey respectivamente, poseen el mismo espíritu.

No obstante, mis buenas palabras para Cumbres Borrascosas terminan aquí. La interminable cadena de odios y sufrimientos que se inflingen entre sí los diferentes personajes resulta deprimente, sobre todo debido al insaciable rencor de Heathcliff, un personaje bastante insoportable, consumido por un odio que le destruye al mismo tiempo que destruye a quienes le rodean. Aunque se le considere un prototipo del héroe romántico, a mí no me inspira en absoluto sentimientos románticos. Ni pizca. Pero bueno, hay que leer de todo, y si Cumbres Borrascosas tiene una característica, es que representa a la perfección lo que significa el verdadero Romanticismo.

Puntuación: 3

martes, 7 de julio de 2009

Bajo el signo de Capricornio


Título: Bajo el signo de Capricornio (Sous le signe de Capricorne)
Autor: Hugo Pratt

Fecha de la tercera edición en España: 2008
Editorial: Norma Editorial

Bajo el signo de Capricornio
es un álbum importante, entre otras cosas porque fue el primero protagonizado por Corto Maltés como personaje habitual después de que Pratt le recuperase de La balada del mar salado. De esta manera se inicia su ciclo de aventuras. Bajo el signo de Capricornio y el álbum que le siguió, Siempre un poco más lejos, se
desarrollan entre finales del año 1916 y 1917, en el Caribe, muy lejos de la Gran Guerra que asolaba Europa, aunque más adelante Corto la vería mucho más cerca.

Bajo el signo de Capricornio se compone de seis episodios en los que nuestro protagonista vive aventuras muy variadas: El secreto de Tristán Bantam, Cita en Bahía, Samba con Tiro-Fijo, Un águila en la jungla, Volveremos a hablar de aquellos aventureros y Por culpa de una gaviota. En ellos aparecen numerosos personajes que volverán a cruzarse en la vida de Corto, tales como Boca Dorada, Tristán Bantam, el profesor Jeremias Steiner o Soledad Lokäart. Además, Pratt introduce por primera vez un recurso que llegaría a ser más que habitual en las aventuras de Corto: las ensoñaciones, visiones o incursiones de lo sobrenatural en la realidad de los personajes, en este caso a través de los misteriosos sueños de Tristán, que Corto se toma con su escepticismo habitual.


Las aventuras del Maltés son, como ya he dicho, de muy diversa índole. Desde proteger a un muchacho inglés que busca a su hermanastra brasileña hasta participar en revueltas contra los colonizadores, pasando por la búsqueda de un tesoro e incluso una pérdida temporal de memoria. Dado que los episodios son muy cortos, resulta complicado resumir su argumento sin desvelar demasiado. No obstante, Bajo el signo de Capricornio posee la cualidad de desvelarnos algunos
aspectos más de la personalidad de Corto, además de comenzar a encauzar sus aventuras hacia la búsqueda de Mû, el continente perdido. Aunque debo reconocer que no se halla entre mis álbumes preferidos, considero que es una lectura inexcusable para todo aficionado a las aventuras de nuestro marino.

Bajo el signo de Capricornio es el segundo de los álbumes escogidos para ser trasladados a animación. Dado que sus características en lo referente a animación y doblaje (que es el peor aspecto de estas películas) ya fue comentado en La balada del mar salado, me centraré más bien en el argumento. La película no adapta los seis episodios del álbum, sino cuatro, y no en el mismo orden: a los acontecimientos narrados en El secreto de Tristán Bantam siguen los que suceden en Samba con Tiro-Fijo, continuados por Cita en Bahía, la escena de la despedida de Un águila en la jungla y, finalmente, Volveremos a hablar de aquellos aventureros resumido en veinte minutos de metraje que quedan un poco cogidos con pinzas, pues no tienen nada que ver con todo lo relatado anteriormente. Al igual que La balada del mar salado, la película cuenta con una introducción en que la voz de off del personaje femenino, en este caso Morgana Bantam, habla de Corto mientras la pantalla muestra acuarelas originales de Pratt. Un dato curioso: hay un momento en que un brujo indio en trance comienza a citar datos del pasado de Corto. En el cómic, el Maltés le hace callar justo antes de que pronuncie una sola palabra referente a su futuro, aduciendo que, si se lo cuenta, dejará de interesarle. En cambio, en la película el brujo llega a citar dos acontecimientos que sucederán en el futuro de Corto y que reconocemos como pertenecientes a Corto en Siberia y La casa dorada de Samarkanda... Dos de las películas realizadas en animación por el mismo estudio, ¡qué casualidad!

Puntuación del cómic: 9
Puntuación de la película: 5

Pagafantas


Título: Pagafantas
Director: Borja Cobeaga

Intérpretes: Gorka Otxoa, Sabrina Garciarena, Julián López, Kiti Manver
Año de estreno: 2009

Pagafantas: Dícese del individuo que siente interés sexual por una chica que le lleva a adquirir una conducta amistosa hacia ella; la chica corresponde considerándole su mejor amigo.

Pagafantas: Un plan divertido para echar una tarde simpática viendo el lado cómico de una triste realidad.

Y es que hay muchas razones para ir al cine, aunque sea cada vez más caro y la economía no esté para esas alegrías: un argumento interesante, un actor/actriz conocido/a, el remake de un clásico tamizado por la evolución tecnológica o la adaptación de una novela o cómic que nos gusta, que suele ser la más común. Pagafantas no es, desde mi punto de vista, una de esas películas imprescindibles que entran en el palmarés de nuestras favoritas (o quizás sí, sobre gustos no hay nada escrito). A mí me propusieron ir a verla y debo confesar que es una película divertida.

Entraremos en materia, como siempre, gracias al argumento. Chema es un chico de veinticinco años que acaba de dejar a su novia porque cree que merece algo mejor, pero no se come un rosco. Vive con su madre y una anciana impedida, trabaja en la tienda de fotos de un amigo de la familia y tiene una vida bastante patética, en general. En ese momento aparece Claudia, una guapísima argentina sin papeles que busca trabajo, y Chema se enamora perdidamente de ella. Sin comerlo ni beberlo se ve convertido en su pagafantas: Claudia hace con él lo que quiere y proclama, con toda la ingenuidad del mundo, que es su mejor amigo. Y eso acarrea a Chema una serie de graves problemas.

Pagafantas es una comedia de la que perfectamente podría hacerse un dramón del quince. Vemos a Chema como víctima de Claudia y de sus sentimientos por ella, lo que desemboca en una serie de situaciones propias del slapstick estadounidense más genuino. Sin embargo, el director nos permite, entre carcajada y carcajada, captar la frustración del bueno de Chema, que nunca logra decirle a Claudia lo que siente. Tiene, por tanto, un trasfondo agridulce de lo más interesante; no es la típica comedia del cine patrio, el género más habitual y célebre (seguido de cerca por los dramas ambientados en la Guerra Civil y la posguerra y, más recientemente, por el cine de terror).

Las situaciones son tan estrambóticas como reales. Comienzan como escenas que todos hemos vivido alguna vez para acabar desarrollándose de la manera más surrealista que uno pueda imaginarse, pero no lo bastante como para que todos, incluidas las chicas, puedan ponerse en la piel del sufrido Chema. Esto, unido a los fragmentos de documentales que jalonan la cinta, relacionando actitudes propias del pagafantas con las de diversos animales, aporta un tipo de comicidad que se aleja (¡por fin!) de los típicos y manidos chistes sexuales. Además, la presencia de dos de los integrantes del grupo cómico Muchachada Nui asegura la carcajada.

Pagafantas es una ópera prima sin pretensiones, divertida pero muy creíble, e innovadora para mi gusto. Si su director continúa en esta dirección, le auguro una carrera bastante interesante. Y lo dice alguien a quien no le entusiasma el cine español.

Puntuación: 7

lunes, 6 de julio de 2009

Eva al desnudo


Título: Eva al desnudo (All about Eve)
Director: Joseph L. Mankiewicz

Intérpretes: Bette Davis, Anne Baxter, Gary Merrill, George Sanders

Año de estreno: 1950

Ah, el cine clásico. Antes del color, de los fuegos de artificio, de las grandes explosiones, de los superhéroes, de las escenas de sexo y de las mismas como tema, el cine era un verdadero arte. Aun gustándome y mucho el cine actual, nunca estará a la altura del cine clásico. Carecían de medios, y eso les hacía poner un cuidado exquisito en planos, escenas, diálogos... Por ese motivo es clásico: porque su aura de perfección es inmortal. Eva al desnudo es uno de esos clásicos. A caballo entre el drama y una comedia de humor muy negro y mordaz, esta excelente película explica por sí misma por qué nos sigue gustando el cine clásico.

¿Y de qué trata Eva al desnudo? Su protagonista es una famosa actriz teatral llamada Margo Channing, ya cuarentona y en la cima de su éxito, endiosada a más no poder, que toma bajo su protección a una joven y ferviente admiradora suya llamada Eva Harrington. La chica cumple los deseos de Margo antes incluso de que sean formulados, y todo marcha de maravilla hasta que la veterana actriz comienza a sospechar que las voluntariosas y supuestamente bienintencionadas acciones de Eva tienen un objetivo concreto: llegar al lugar que ella ocupa.

Esta película posee una serie de virtudes que la convierten en una obra maestra. La primera es la interpretación de los actores. Bette Davis configura a una perfecta Margo, de la que casi podría decirse, por las citas que conocemos de ella, que es un trasunto de ella misma. Anne Baxter actúa, por su parte, como una muy creíble "trepa" de dos caras: la una dulce y sumisa y la otra (la verdadera) de una arpía de ambición desmedida. El resto de los actores está impecable, incluso Marilyn Monroe, que en sus escasos minutos en pantalla actúa como una corista sin talento y pocas luces.

Su segunda gran virtud es su guión. La historia tiene un par de clímax y una culminación que mantiene la atención del espectador de principio a fin de sus más de dos horas de duración, salpicadas además por toda una colección de citas colosales que se clavan como puñaladas verbales en las espaldas de sus receptores. Resulta natural que algunas de ellas sean tan conocidas.

En conjunto, Eva al desnudo es una película imprescindible, quizá la única de la filmografía de su Mankiewicz (con permiso de Cleopatra, que para mi gusto es bastante aburrida), y un verdadero placer para aquellos que aprecien el buen cine, el cine de verdad.

Puntuación: 9

viernes, 3 de julio de 2009

Frida


Título: Frida
Director: Julie Taymor
Intérpretes: Salma Hayek, Alfred Molina, Antonio Banderas, Geoffrey Rush
Año de estreno: 2002

Como historiadora del arte, siento interés por las películas que tienen como protagonistas a artistas destacados. Por esa razón vi Los fantasmas de Goya, que no es precisamente la mejor película de Milos Forman. No obstante, aunque sabía de la existencia de Frida, no la había visto porque, francamente, Frida Kahlo nunca ha sido una de mis pintoras predilectas. Cuando la estudié por primera vez, en una asignatura llamada Arte de entreguerras, el profesor nos lo advirtió: Frida Kahlo levanta grandes pasiones y encendidos odios, y su figura ha sido de las más utilizadas por distintas corrientes de pensamiento: feminismo, anti-feminismo... En aquella ocasión comenzó a atraer cierta curiosidad por mi parte, pero el interés nació cuando leí un libro que le regalé a mi madre: Diego y Frida, escrito por Jean Marie Gustave Le Clézio, último ganador del Premio Nobel de Literatura. Este libro, no muy voluminoso pero apoyado en una sólida bibliografía, nos hizo cobrar bastante interés a mi madre y a mí por la buena de Frida: hemos mirado libros con sus cuadros y hemos visto la versión cinematográfica de su historia.

El argumento se explica deprisa, pues el filme se dedica a narrar la vida de Frida Kahlo desde su primer encuentro con Diego Rivera, cuando ella tenía diecisiete años, hasta su muerte. Naturalmente, Frida es la protagonista absoluta, pero su vida sería imposible de relatar sin la omnipresencia de Diego en ella. Incluso su ausencia resulta harto relevante.

Es de sobra conocido el conflicto que enfrentó a dos de las grandes divas latinas de Hollywood por este proyecto: Jennifer Lopez y Salma Hayek, quien finalmente se llevó el gato al agua y con razón, en mi opinión, tanto como productora como protagonizando la película. Además de tener la misma nacionalidad (y es que para los mexicanos, Frida es todo un símbolo nacional), el parecido entre ellas, matizado gracias a una magnífica caracterización (no en vano recibió el óscar al Mejor Maquillaje) ,da lugar a la verdadera Frida Kahlo. Claro que, semejante labor no se quedó sólo en la protagonista: también el resto de actores, entre los que destacan varios rostros conocidos, están perfectamente caracterizados. Teniendo en cuenta que un buen número de ellos encarnan a personajes reales, la labor resulta tanto más encomiable. En mi opinión, los mejores son Alfred Molina como Diego Rivera y Geoffrey Rush como León Trotsky. Además hay un cameo de Chavela Vargas como cantante en un bar en una preciosa secuencia.

Lo que más me gusta de Frida es que se nota que es una película hecha con cariño, con gusto, ¿cómo explicarlo...? Con ganas, es de esas películas en que se nota que los actores disfrutan con su trabajo. La propia Hayek está exultante, y se entiende, después de haber luchado tanto. A pesar de ser una producción norteamericana, el sabor mexicano está presente a lo largo de toda la cinta, reflejando de manera muy fiel la manera de ser de las gentes de aquel país, su ambiente. A esto contribuye la banda sonora, plagada de melodías locales. Un segundo óscar para Frida muy merecido.

Otro detalle que me encanta son los pequeños motivos fantásticos que irrumpen en el relato, rompiendo su solemnidad y aportándole frescura. Es de esas cosas que hemos visto en decenas de películas pero en ninguna de este estilo. En conjunto, es una obra con tan buen resultado que se le perdonan las incorrecciones históricas que comete. Quizá la más grave sea el romance de Frida y Trotsky: aunque se trata de una leyenda muy difundida, no hubo tal aventura entre ellos, tan sólo mutua admiración.

Mi única pega, y ya es algo muy personal, es al doblaje español. Creo que si la viese con el doblaje mexicano (si es que no se hizo uno en sudamericano neutro) la película tendría mucha más fuerza, o mejor dicho, más esencia propia. Y creo que la propia Frida lo preferiría.

Puntuación: 8

miércoles, 1 de julio de 2009

Cold Mountain


Título: Cold Mountain
Director: Anthony Minghella
Intérpretes: Jude Law, Nicole Kidman, Renée Zellweger
Año de estreno: 2003

Hay una serie de películas que les gustan a todas las chicas si tienen una vena más o menos romántica. Las más reputadas son Pretty woman, El diario de Noah y Cold Mountain. Hasta hace cosa de un año era la única de mi entorno que no había visto ninguna de ellas. Lo solucioné viendo El diario de Noah el pasado verano (y me parece que soy una de las poquísimas mujeres sobre la faz de la Tierra que no lloró viéndola) y Cold Mountain anoche mismo. Así que ahora soy la única persona del mundo que no ha visto Pretty woman. Y sí, me espero toda clase de gestos incrédulos.

Cold Mountain se basa en una novela de 1997 que vio la luz en nuestro país gracias al éxito de la película. Ésta coincidió con la época de mayor éxito para las actrices Nicole Kidman y Renée Zellweger; la primera tenía su sonado divorcio de Tom Cruise aún bastante fresco y había recibido numerosos premios por sus papeles en Moulin Rouge! y Las horas, además de no haber sucumbido todavía (aunque lo haría poco después) al maléfico poder del bótox. En cuanto a Zellweger, acababa de recibir la avalancha de premios y nominaciones que trajo consigo Chicago, además de convertirse en el rostro de la heroína literaria Bridget Jones. Así que si a ese par de estrellas se le unía el guapísimo Jude Law, aún sin óscars pero con una buena cartera de nominaciones varias bajo el brazo, en una historia lacrimógena, el éxito estaba asegurado. En torno a los protagonistas podemos ver a numerosos actores bastante conocidos en papeles menores, como es el caso de Philip Seymour Hoffman (al que, personalmente, conocí en Capote y no deja de sorprenderme con su variedad de registros), Natalie Portman o el algo más desconocido Cillian Murphy. Además tiene un papel el cantante Jack White. Un reparto plagado de nombres conocidos, como puede apreciarse.

Pero un buen reparto no sirve de mucho sin una buena historia. La de Cold Mountain tiene lugar en plena Guerra Civil norteamericana, concretamente en 1864. Conocemos a un soldado confederado llamado Inman, procedente de un pueblo llamado Cold Mountain, donde ha dejado a la mujer que ama, Ada Monroe, hija de un pastor protestante. Gracias a los flashbacks vemos cómo se conocen y se enamoran tres años antes, aunque poco después se ven obligados a separarse cuando él es llamado a filas. Cansado de combatir, Inman decide desertar y regresar a Cold Mountain, topándose con innumerables dificultades en el camino. Mientras tanto, en el pueblo, la guerra hace estragos entre los civiles. El padre de Ada muere, dejándola completamente sola. Ella, que no sabe llevar la granja, se ve viviendo prácticamente en la miseria, hostigada por uno de los hombres de Cold Mountain, antiguo poseedor de casi todo el terreno en el que se alza el pueblo y dispuesto a recuperarlo. Finalmente, una de sus vecinas le envía a una muchacha llamada Ruby, que le enseña a llevar la granja, haciéndose grandes amigas. Sin embargo, la pena que pesa sobre los desertores y quienes les protejan acecha la felicidad de las dos jóvenes y sus conocidos.

Aunque no es precisamente una película corta (dura dos horas y media) y el desarrollo es regular y muy aceptable, da la sensación de que la novela probablemente cunda bastante más; por ejemplo, la amistad entre Ada y Ruby se desarrolla de manera muy rápida, sin que dé tiempo a desarrollar un mensaje épico de tanta fuerza como el que concierne al amor y a la supervivencia. Los acontecimientos históricos y la ambientación están muy bien reflejados; además, Cold Mountain tiene una fotografía preciosa, con unos magníficos paisajes. De hecho, mi única pega se refiere al argumento, y probablemente provenga de la novela: el final. Sin embargo, no diré más para no destriparla. Es más, invito a que la veáis. Puede que a vosotros os guste ese final.

Puntuación: 7