jueves, 29 de agosto de 2013

Revisión: Paprika

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Título: Paprika
Director: Satoshi Kon
Intérpretes (voces): Megumi Hayashibara, Tôru Furuya, Katsunosuke Hori, Akio Ôtsuka
Año de estreno: 2006

Hace algo más de tres años falleció uno de los mejores directores de anime de Japón, Satoshi Kon. Con tan sólo cuatro películas (y media) en su haber, este modesto genio dejó tras de sí un nivel difícil de igualar y un estilo muy particular. Fue poco después de su muerte que le rendí un pequeño homenaje re-viendo mi película preferida de su filmografía, Millennium Actress, y ha tenido que pasar bastante tiempo hasta que ha vuelto a caer en mis manos su última obra completa: Paprika.

La historia se desarrolla en un futuro cercano en que un grupo de científicos ha desarrollado un dispositivo llamado DC Mini que permite explorar los sueños. La doctora Atsuko Chiba, que utiliza el DC Mini de manera ilegal para ayudar a pacientes con problemas psiquiátricos proyectando en sus sueños su alter ego, Paprika, se topa con la noticia de que el dispositivo ha sido robado, y que su uso indiscriminado podría suponer una forma completamente nueva de terrorismo. Atsuko se embarca en una carrera contrarreloj para encontrar el DC Mini robado, pero a medida que lo hace, su uso por parte del misterioso ladrón logra que los sueños comiencen a fundirse con la realidad.

La confusión entre la realidad y las ensoñaciones no eran nuevas en el cine de Satoshi Kon: era uno de los elementos clave de Perfect Blue, su primera película, un thriller estrenado en 1998 con el que se labró un nombre en el mundillo. No obstante, donde este aspecto resultaba perturbador de una manera muy clásica en aquélla, en Paprika adquiere una variedad de formas de lo más peculiar, festiva y extravagante, de manera que la atmósfera de ambas películas, más allá de los aspectos que les dan sus distintos géneros, difiere mucho la una de la otra. Paprika se completa con una animación magnífica (hace un par de años alguien hizo notar en distintas redes sociales la curiosa similaridad que existe entre ciertas escenas de Paprika y Origen) y una música muy particular, otra característica común en la filmografía de Satoshi Kon.

Puntuación: 9

martes, 27 de agosto de 2013

Blood-C

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Título: Blood-C
Estudio de animación: Production I. G
Número de episodios: 12
Distribuidora en España: Selecta Visión
Emisión original: 2011


Tengo la sensación de que hace una eternidad que vi Blood+, la serie que precedió a Blood-C en la franquicia derivada de Blood: the last vampire. Como aquella serie, Blood-C parte de una base común a la película que dio origen a la franquicia para narrar una historia completamente distinta a las ya vistas. Una Saya renovada por las manos de mis dibujantes manga preferidas, las CLAMP, se enfrenta a enemigos completamente nuevos en un lugar diferente.

Saya Kisaragi es la dulce y alegre hija del sacerdote del templo sintoísta en un pequeño pueblo costero. Saya compagina una despreocupada vida de estudiante en compañía de sus amigos con sus tareas en el templo y una labor bastante menos ortodoxa: la de combatir a los llamados Antiguos, unas bestias de enorme poder que se alimentan de carne humana. Armada con una espada de poderes especiales, Saya tiñe la ciudad de rojo cada noche sin plantearse la finalidad de sus actos. Pero entonces los Antiguos comienzan a hablar, y tienen preguntas, y Saya se da cuenta de que las cosas podrían no ser tan sencillas como parecen.

El principal defecto de Blood-C es, para mí, la lentitud con la que se desarrolla su argumento. Tras unos seis capítulos en los que prácticamente no pasa nada con enjundia, la segunda mitad de la serie va desvelando datos sobre la protagonista con cuentagotas, soltando las bombas casi al final. La historia es buena, sobre todo por ciertos giros que nos hacen redescubrir a los personajes cuando todo parece perdido, pero es ese ritmo el que hizo que me diera una pereza enorme ver un buen número de episodios. La animación es decente, con unos episodios mejores que otros, como siempre, y unas escenas de violencia explícita que casi había dejado de asociar con CLAMP después de tantos años sin ellas, y que me recordaron mucho a uno de los animes más cruentos de la primera década del siglo XXI, Elfen Lied.

La verdadera resolución de Blood-C se encuentra en una película estrenada 2012 y llamada Blood-C: The Last Dark. Próximamente me enfrentaré con ella.

Puntuación: 6

lunes, 26 de agosto de 2013

Todos los cuentos

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Título: Todos los cuentos
Autor: Gabriel García Márquez
Año de publicación: 2013
Editorial: DeBolsillo

Hay novelas que tienen la rara virtud de cautivarte profundamente desde la primera página. Eso fue lo que me sucedió hace años con Cien años de soledad, una de las grandes obras de la narrativa mundial. La historia de los Buendía me convirtieron en una fan incondicional de Gabriel García Márquez y sus hipnóticas aportaciones a ese género conocido como Realismo Mágico, condición que he retenido aunque ninguna otra obra de las que he leído escritas por dicho autor llega, ni por asomo, al nivel de la ya mencionada. Aun así, no me rindo, y cuando encontré por fin una edición decente de los relatos cortos de García Márquez, me hice con ella sin dudarlo.

Todos los cuentos recopila los cuatro volúmenes de relatos cortos del escritor: el temprano Ojos de perro azul, que reúne catorce cuentos de atmósfera onírica; Los funerales de la Mamá Grande, cuyos ocho cuentos se desarrollan en Macondo; La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada, siete cuentos cuyos personajes se cruzan entre sí, y Doce cuentos peregrinos, un conjunto de doce cuentos que tienen como denominador las aventuras y desventuras de inmigrantes hispanoamericanos en Europa. 

El orden cronológico de los relatos nos permite apreciar el desarrollo estilístico de Gabriel García Márquez y su manera de construir universos enteros, sobre todo en todos aquellos relatos que se relacionan con el Macondo de Cien años de soledad. Es curioso cómo el escritor se adelantó a su tiempo creando una novela monumental acompañada por relatos que expanden ese universo, algo muy de moda actualmente en fantasía y ciencia ficción. No queda mucho que decir al respecto, pues todos conocemos la excelencia creadora de Gabriel García Márquez, y en su haber tiene numerosos premios que la demuestran. Recomiendo a cualquier lector acérrimo que no deje escapar esta edición de los cuentos. Tenerlos todos juntos es un verdadero lujo.

Puntuación: 9

viernes, 23 de agosto de 2013

South Park: más grande, más largo y sin cortes

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Título: South Park: más grande, más largo y sin cortes (South Park: bigger, longer & uncut)
Director: Trey Parker
Intérpretes (voces): Trey Parker, Matt Stone, Mary Kay Bergman, Isaac Hayes
Año de estreno: 1999

Este verano me he acercado a una de las series de dibujos animados para adultos de más éxito. Me topé con ella en televisión casi de casualidad y, aunque no me he puesto a verla de manera lineal, me estoy convirtiendo en una fan acérrima de sus irreverentes personajes que no respetan absolutamente nada. Apenas un par de años después del inicio de la serie, que fue un éxito instantáneo, se estrenó en cines el primer largometraje, que ofrece exactamente lo que promete su título: un episodio muy largo y sin publicidad.

Los niños de South Park, empezando por Stan Marsh, Kyle Broflovski, Eric Cartman y Kenny McCormick, van al cine a ver una película protagonizada por sus cómicos estadounidenses preferidos, Terrance y Phillip. Debido a la influencia de la película, los chicos comienzan a utilizar una desmesurada cantidad de palabrotas, motivando que sus airados padres insten al Gobierno de los Estados Unidos a conquistar Canadá. Lo que ellos no saben es que la muerte de Terrance y Phillip desencadenará el Apocalipsis, dejando la Tierra a merced de Satanás y su amante, Saddam Hussein.

Como los capítulos de la serie, South Park: más grande, más largo y sin cortes se vale de una historia absurda para criticar un aspecto espinoso de la mentalidad estadounidense, en este caso la extremada censura que existe sobre el lenguaje en televisión en contraposición con las muestras de violencia, tema que se volvería a tocar en el primer capítulo de la octava temporada. Pero respetando esa estructura, la película se embarca en una monumental gesta en la que todos los personajes tienen su momento, Kenny muere y hay numerosos números musicales que parodian las películas de Disney y los musicales de Broadway con la mala leche que caracteriza a las criaturas del pueblo más gamberro de Colorado.

Puntuación: 9

martes, 20 de agosto de 2013

Byōsoku Go Senchimētoru

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Título: Byōsoku Go Senchimētoru
Director: Makoto Shinkai
Intérpretes (voces): Kenji Mizuhashi, Yoshimi Kondô, Satomi Hanamura
Año de estreno: 2007

Si en el campo de la animación estadounidense hay estudios que han logrado desbancar a Disney de su monopolio a nivel de calidad, podría decirse que en Japón, a pesar de su ingente producción anual, pasa un poco lo mismo con el Studio Ghibli, cuyos estrenos cinematográficos siguen levantando mucha expectación tanto a nivel nacional como internacional. Y aunque Ghibli siempre es excepcional, hay otros estudios e incluso individuos con potencial para labrarse un nombre fuera de Japón. Makoto Shinkai es uno de ellos. En su país ya le llaman el nuevo Miyazaki, pero en España no es muy conocido. No obstante, los fans de la animación ya conocen su estilo preciosista y plagado de detalles, de una belleza sencillamente espectacular.

Byōsoku Go Senchimētoru (literalmente, "A cinco centímetros por segundo") narra, en tres actos, la historia de un chico y una chica, Takaki y Akari, que se conocen en el colegio y se hacen buenos amigos. Cuando ella se traslada con su familia a Toshigi, los dos mantienen su relación por correspondencia durante años, pero cuando es Takaki quien debe mudarse a Kagoshima, deciden verse una última vez, antes de que vivan demasiado lejos el uno del otro como para volver a verse fácilmente. Es en esta última visita cuando ambos descubren sus sentimientos mutuos, pero ante la dificultad de volver a encontrarse, Takaki decide renunciar a Akari. No obstante, el fantasma de ese amor platónico le rodeará a lo largo de toda su vida.

El desarrollo argumental de la historia, que se comienza a desarrollar en una época en que los teléfonos móviles y los correos electrónicos no eran de uso habitual todavía, recuerda mucho a la mecánica de los mangas shôjo más tradicionales, en que quedan muchas cosas por decir y los malentendidos emponzoñan las relaciones de cualquier clase. A veces la manera de actuar de los personajes, sobre todo Takaki, cuyo papel protagonista es predominante, llega a resultar enervante en ese sentido. El ritmo pausado de la historia, con sus planos al paisaje que rodea a los personajes y la voz en off de Takaki recitando sus reflexiones contribuyen a crear una atmósfera irreal en que las imágenes de pétalos de flores, hierba mecida por el viento, nubes, lluvia, etcétera, cobran un papel protagonista al mismo nivel que Takaki. De hecho, a veces aportan más que él.

Puntuación: 7

lunes, 12 de agosto de 2013

El número 23

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Título: El número 23 (The number 23)
Director: Joel Schumacher
Intérpretes: Jim Carrey, Virginia Madsen, Danny Huston, Logan Lerman
Año de estreno: 2007

Mis lectores ya deben saber, a estas alturas, que soy una fan casi acérrima y muy defensora de Jim Carrey. Aunque se le considera un actor exclusivamente cómico que levanta pasiones y odios, ha demostrado en un pequeño número de películas que tiene un potencial dramático de lo más interesante, y algunas de sus películas más celebradas así lo demuestran. Dado que la comedia suele ser menospreciada cuando se compara con otros géneros, a Carrey le ha costado demostrar que es un actor serio que prefiere la comedia, y El número 23, una de sus últimas películas no cómicas, no es uno de los mejores ejemplos de esa capacidad, pero no está tan mal.

Walter Sparrow trabaja en la Oficina de Control de Animales y le encargan que atrape a un perro que se esconde en el patio trasero de un restaurante chino. El animal consigue huir y Walter le sigue hasta un cementerio; por culpa de este incidente, nuestro protagonista llega tarde a una cita con Agatha, su mujer, que mientras le espera entra en una librería, donde adquiere una novela llamada El número 23. Walter comienza a leerla y se siente extrañamente identificado con el protagonista, el detective Fingerling, que desarrolla una enfermiza obsesión con el número 23 que desemboca en tragedia. Como Fingerling, Walter comienza a ver la conexión con ese número en todas partes, experimenta vívidas alucinaciones y descubre las pistas que relacionan la trama con la muerte en extrañas circunstancias de una estudiante llamada Laura Tollins. Tras descubrir que el supuesto asesino, que lleva quince años en la cárcel, no mató a Laura, y convencido de que el libro da las pistas para descubrir el paradero del cadáver, que nunca se encontró, Walter se entrega a una búsqueda frenética estrechamente relacionada con el número que da título a la novela.

La película se basa en la obsesión con el Enigma 23, una creencia esotérica real que asegura que todo incidente y evento relevante de la Historia está directamente relacionada con ese número o una variación del mismo. Con esa base se nos cuenta un thriller convencional, con giros un tanto previsibles y una atmósfera gradualmente más oscura en que la actuación de Jim Carrey nos permite comprobar cómo su anodino personaje se vuelve gradualmente paranoico hasta desvelarse la verdad final. Quizá el aspecto más interesante de la película son los efectos visuales empleados en las secuencias en que Walter lee El número 23 y los personajes de la misma aparecen con los rostros de sus conocidos en la vida real, otorgando un intrigante paralelismo entre ficción y realidad, que explica la creciente obsesión de Walter por lo que narra la novela.

Puntuación: 6

martes, 6 de agosto de 2013

El dictador

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Título: El dictador (The dictator)
Director: Larry Charles
Intérpretes: Sacha Baron Cohen, Ben Kingsley, Anna Faris, Jason Mantzoukas
Año de estreno: 2012


Gracias a Borat, Sacha Baron Cohen se convirtió en un personaje mundialmente conocido. Aunque ya era famoso antes en su Inglaterra natal gracias a otro de sus personajes, Ali G, fue su película sobre el periodista kazajo la que le aportó no sólo unos cuantos premios que pocos antes podrían haber creído que llegarían a recaer en la clase de comedia que hace Cohen. Sus películas y personajes nunca están exentos de polémica, y desde que se anunció el proyecto para rodar El dictador, su última aventura no ha diferido en ese aspecto.

El Almirante General Aladeen rige la República de Wadiya con mano de hierro, rodeado por inenarrables lujos mientras sus opositores políticos, algunos de sus aliados y habitantes del país en general son ejecutados según sus órdenes. La dos grandes obsesiones de Aladeen son desarrollar armas nucleares con las que atacar Israel y evitar que los pozos de petróleo de Wadiya sean explotados por intereses extranjeros. Ambas despiertan las iras de la ONU, y para calmarles, Aladeen decide viajar a los Estados Unidos rodeado por todo su séquito, pero una vez allí su hombre de confianza, su tío Tamir, le manda asesinar y coloca en su lugar al doble del dictador, al que planea utilizar como marioneta para cambiar el régimen y la Constitución de Wadiya para así permitir que el petróleo sea extraído y poder enriquecerse. Aladeen escapa milagrosamente a su verdugo y se encuentra de repente solo y pobre en Nueva York, sin que nadie le reconozca después de que le hayan afeitado su poblada barba, su rasgo más distintivo.

El dictador es exactamente lo que promete: una comedia muy bestia que enhebra despropósito tras despropósito y no deja títere con cabeza. Aunque en los últimos años hablar de los países árabes, sus regímenes totalitarios, las armas de destrucción masiva y el papel del petróleo es pisar terreno pantanoso, por decirlo de manera suave, Sacha Baron Cohen no tiene escrúpulos en hacer críticas de la manera menos sutil posible, sacando punta tanto a los excesos de los líderes de países islámicos como a ideologías varias, sin que falten tampoco, faltaría más, los chistes y escenas de índole sexual y escatológica. Aunque los fans acérrimos del cómico se han quejado de que es menos hiriente que sus trabajos anteriores, El dictador es un entretenimiento cafre recomendado sólo para gente sin complejos ni prejuicios.

Puntuación: 6

lunes, 5 de agosto de 2013

Roller Girls

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Título: Roller Girls (Whip it)
Director: Drew Barrymore
Intérpretes: Ellen Page, Marcia Gay Harden, Juliette Lewis, Kristen Wiig
Año de estreno: 2009

Para algunos actores, dar el salto a la dirección parece un paso natural. A algunos el rol les sienta de maravilla, mientras que otros pasan sin pena ni gloria. Eso fue lo que le pasó a Drew Barrymore, que obtuvo buenas críticas pero escasa taquilla con esta película indie con ecos a Pequeña Miss Sunshine y otros largometrajes similares que se han venido estrenando con mayor o menor éxito en festivales como Sundance.

Bliss Cavendar vive en un pequeño pueblo de Texas y el tiempo libre que le deja el instituto lo divide entre su trabajo en un restaurante local y la obsesión de su madre por hacer de ella una reluciente debutante. Bliss desearía que su vida fuera diferente, y la oportunidad le llega en forma de roller derby, un violento deporte sobre patines para el que muestra un talento natural. Pero su doble vida se vuelve cada vez más arriesgada, y a medida que se involucra en el roller derby, Bliss se ve obligada a mentir más y más.

No se puede decir que la trama sea especialmente novedosa, y tanto el aspecto visual como la banda sonora, por no mencionar el rostro de su protagonista, remiten inevitablemente a Juno, otra película indie que obtuvo un gran éxito apenas un par de años antes del estreno de Roller Girls. Sin embargo, la película resulta entretenida, con un tono ligeramente dramático y unas chispas de comedia que no es comedia. A quienes les gustó Juno, sin duda alguna Roller Girls les atraerá.

Puntuación: 7