martes, 30 de noviembre de 2010

Persépolis

Título: Persépolis (Persepolis)
Director: Vincent Paronnaud y Marjane Satrapi
Intérpretes (voces): Chiara Mastroianni, Catherine Deneuve, Simon Abkarian, Danielle Darrieux
Año de estreno: 2007

Si algo hay que reconocerles a los franceses, que no son santo de mi devoción, es que, además de tocar el acordeón como ningún otro pueblo, son los artífices de la mejor animación que se puede encontrar en Europa hoy en día. Esto es algo que he comprobado gracias a diversas adaptaciones de cómics: las películas de Corto Maltés y ahora, la versión animada de Persépolis.

Leí el cómic original en el momento idóneo: para obtener créditos de libre configuración en la carrera, me matriculé en la asignatura de lengua persa que ofrecía la facultad de Filología. Aunque ya no recuerdo nada del idioma (y eso que en su momento las clases me sirvieron para aprender de memoria el alfabeto farsi, que es muy parecido al árabe), sí que aprendí mucho de la cultura iraní, completamente desconocida para mí. En este contexto, una compañera me prestó el tomo único publicado por Norma de Persépolis. El flechazo fue instantáneo.

La película que adapta el cómic original de Marjane Satrapi (que también ejerce labores de dirección y adaptación del guión, además de supervisar muy de cerca toda la producción del largometraje) relata en una hora y media los acontecimientos principales de esta obra autobiográfica en que Marjane Satrapi relata cómo vivieron ella y su familia, de talante progresista, el derrocamiento del Sha, la proclamación del régimen fundamentalista islámico y la guerra con Irak. La historia se desarrolla entre 1979, cuando Marji (diminutivo familiar de la autora) tiene diez años, y avanza hasta 1992, cuando la joven decide abandonar Irán. Durante ese período el lector no sólo presencia la manera en que el nuevo régimen sustituye la esperanza por el miedo, sino también cómo la situación hace mella en la familia de Marjane, que la envía a estudiar a Europa con la esperanza de darle un futuro mejor. Sin embargo, en Viena Marjane se topa con la ignorancia y los prejuicios de sus compañeros hacia su país de origen, motivo por el cual acaba regresando a Irán.

Con un dibujo extremadamente simple, casi infantil, que se ve reflejado milímetro a milímetro en el celuloide, las desventuras de Marjane se suceden ante nuestros ojos desvelándonos un importante trozo de cultura de un país tan desconocido como es Irán. Aunque leer el cómic original es siempre interesante, lo cierto es que su adaptación resume a la perfección las trescientas sesenta páginas de la obra en papel, resultando fiel hasta en el empleo del blanco y negro, con unos efectos muy dinámicos y una animación realmente bien hecha. No es de extrañar que Persépolis fuese nominada al Óscar a la Mejor Película de Animación en el año 2007, aunque el galardón se lo llevase (cómo no) una de Pixar, Ratatouille. No entraré en si realmente se merecía el premio más que Persépolis, ya que ésta es la única de las tres nominadas que he visto, siendo la tercera Locos por el surf, pero una cosa sí la tengo clara: Persépolis es una de esas obras que nos permiten conocer un poco mejor el mundo que nos rodea.

Puntuación: 9

lunes, 22 de noviembre de 2010

Harry Potter y las Reliquias de la Muerte: Parte 1

Título: Harry Potter y las Reliquias de la Muerte: Parte 1 (Harry Potter and the Deadly Hallows, Part 1)
Director: David Yates
Intérpretes: Daniel Radcliffe, Rupert Grint, Emma Watson, Ralph Fiennes
Año de estreno: 2010

En el año 2008 vio la luz en España la novela que marca el desenlace de la saga más famosa de la literatura juvenil reciente. Muchos hemos sido los que hemos crecido al mismo tiempo que el protagonista titular y sus amigos, y esta esperada conclusión a las aventuras del niño mago no dejó indiferente a nadie, para bien o para mal. En mi caso, debo reconocer que Harry Potter y las Reliquias de la Muerte no es de mis libros predilectos. Lo cierto es que, desde la muerte de Sirius en Harry Potter y la Orden del Fénix (dudo mucho que este dato pueda seguir considerándose un spoiler), la saga decayó mucho para mi gusto. De hecho, apenas recuerdo el desarrollo de Harry Potter y el Misterio del Príncipe (título cuya traducción resume toda una historia de desafortunadas traducciones de la saga del niño mago). En cuanto a las películas, me quedé en Harry Potter y el Cáliz de Fuego, fundamentalmente por el desinterés en las siguientes adaptaciones. La película en la que tenía mayores expectativas por adaptar mi entrega favorita, Harry Potter y el Prisionero de Azkaban, no me gustó, y la película siguiente fui a verla por acompañar a unos amigos, como ha sucedido con la última en estrenarse hasta la fecha.

El mundo de Harry se desmorona poco a poco. Tras la muerte de su mentor, Albus Dumbledore, y la subida al poder de Voldemort y sus mortífagos, ningún lugar es seguro para el Niño que Vivió, aunque la Órden del Fénix pone todo su esfuerzo en protegerle. Junto a sus inseparables amigos Ron y Hermione, Harry se embarca en la búsqueda de los siete Horrocruxes, objetos en los que Voldemort ha ocultado fragmentos de su propia alma a fin de hacerse inmortal. La búsqueda no tarda en entrañar grandes peligros cuando el grupo es cercado por los acólitos de Voldemort y los Horrocruxes se revelan cargados de un poder maligno. Una casualidad conduce a los tres adolescentes hacia una nueva pista: las Reliquias de la Muerte, tres objetos míticos que convertirían a su poseedor en Señor de la Muerte, y que Voldemort busca desesperadamente.

Cuando leí que Harry Potter y las Reliquias de la Muerte se rodaría en dos partes, no pensé en ningún momento que se hiciese por motivos comerciales. Es más, desde que los volúmenes de la saga comenzaron a frisar las quinientas o seiscientas páginas, es decir, a partir del cuarto libro, las adaptaciones se vuelven más complicadas y los directores se ven obligados a sacar la tijera y eliminar pasajes superfluos para la historia central. En dos horas y media que dura la primera parte de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte se puede retratar holgadamente la angustiosa búsqueda de los Horrocruxes que va minando a los personajes. Se les aprecia mucho más maduros y exhiben unas dotes actorales muy mejoradas. Sin embargo, en mi opinión, por alguna razón la que más brilla es Hermione, cuyo personaje eclipsa en ciertos pasajes a Ron e incluso al propio Harry, imponiéndose casi como protagonista de la película.

Algo que me ha sorprendido gratamente es la calidad técnica de la película. Posee una fotografía muy cuidada, con amplias visiones de paisajes e interesantes cambios de luces y colores. Gran parte de las localizaciones son exteriores de tonalidades grisáceas que refuerzan con gran efectividad el estado de ánimo de los personajes y su desesperanzada situación. La música repite el recurrente leitmotiv que ha presidido las seis entregas anteriores, pero sorprende con alguna que otra melodía diegética, algo poco habitual en la saga de Harry Potter.

Puntuación: 7

viernes, 19 de noviembre de 2010

A kiss in time

Título: A kiss in time
Autor: Alex Flinn
Año de publicación: 2009
Editorial: HarperTeen

A pesar de mi irreductible afición por la narrativa juvenil, debo reconocer que mis últimas incursiones en el género han resultado bastante insatisfactorias. De hecho, me atrevería a decir que, exceptuando la saga Medianoche, sólo La bestia me ha gustado de verdad, además de contar con una extraordinaria característica, poco común en la novela juvenil actual: es un libro autoconclusivo. No forma parte de una saga. Ya era hora.

Tras la decepcionante Halo, recurrí de nuevo a Alex Flinn, esperando hallar una agradable sorpresa como fue La bestia dentro de su género. Mi conclusión es que Versátil debería plantearse seriamente traducir A kiss in time si no lo está haciendo ya. Jugando con los mismos conceptos que con la obra ya mencionada, pero remitiéndose a un cuento diferente, Flinn crea una historia de lo más entretenida.

Talia es la princesa de Euphrasia, un pequeño reino que linda con Bélgica. Desde niña ha sido prevenida acerca de los husos, ya que en su bautizo, una bruja le lanzó una maldición: cuando cumpliera dieciséis años, se pincharía el dedo con un huso y moriría. Aunque una de las hadas del país le lanzó un contraconjuro que sustituía la muerte por un profundo sueño en el que se vería sumido todo el reino y del que despertarían cuando la princesa recibiese un beso de su amor verdadero, Talia ha crecido sometida a una asfixiante superprotección que sólo cuando se ve momentáneamente levantada acaba con un pinchazo en el dedo y todo un país dormido y oculto del resto del mundo. Y así pasan trescientos años. En pleno siglo XXI hallamos a Jack, un escéptico y malhumorado adolescente norteamericano de viaje (muy a su pesar) por Europa. Después de toparse accidentalmente con Euphrasia mientras buscaba la playa, Jack besa a Talía, despertándola... pero no hay festejos ni celebraciones: sólo una monumental bronca por parte del padre de la chica, un muchacho arrojado a los calabozos y un nuevo país surgido de la nada y violentamente enfrentado al siglo XXI.

Si La bestia se caracterizaba por el marcado tono dramático de su narración, en A kiss in time (literalmente, "Un beso en el tiempo") denota una marcada comicidad y un interesante desarrollo de los personajes. Talia la clásica princesa consentida que demuestra tener más agallas de las que parece en un principio, aunque suele requerir el rescate de su príncipe. No obstante, es calculadora y posee un endiablado don para embaucar a los demás. En cuanto a Jack, en las primeras páginas aparece caracterizado como el típico adolescente que pasa de todo, pero a medida que avanza la trama y profundiza su relación con la princesa, se descubre a sí mismo, y nosotros lo hacemos con él. Como la novela anterior de la autora, A kiss in time está escrito en primera persona, pero los puntos de vista se alternan entre Talia y Jack; el inicio y el final de algunos capítulos se solapa, de manera que en momentos críticos conocemos la manera en que ambos perciben la situación. Y eso, dado que al principio no pueden ni verse, es bastante curioso. Además, tanto en La bestia como en A kiss in time se resalta el choque entre nuestro mundo real y la magia de hadas de los cuentos clásicos, demostrando el buen uso del que habrían hecho los personajes de los mismos de la tecnología moderna y lo lejos, pero también lo cerca, que están sus conceptos básicos de nuestra visión actual del mundo.
Puntuación: 8

martes, 16 de noviembre de 2010

La niña de Luzmela

Título: La niña de Luzmela
Autor: Concha Espina
Año de publicación: 1909
Editorial: Espasa-Calpe

Lo que son las cosas: trasteando por Wikipedia, di con la biografía de Concha Espina, a la que sólo conocía por la estación de Metro de Madrid que lleva su nombre. Resulta que fue una muy prolífica escritora que redactó sus numerosas obras entre principios del siglo XX y la mitad del mismo. Dos de sus obras fueron, incluso, llevadas al cine en su momento. Cuando, movida por la curiosidad, acudí a la página web de la Casa del Libro, descubro que tan sólo tres de sus libros están disponibles en esta librería de librerías: el celebrado ensayo Mujeres del Quijote, el relato de viajes Singladuras. Viaje americano y la novela El metal de los muertos. Si uno consulta su bibliografía completa en Wikipedia o  en escritoras.com, se dará cuenta de que esto no es más que una mínima parte de su obra. Cuando se me presentó la oportunidad de echarle un vistazo a su primera novela, ni lo dudé: ya tenía ganas de conocer a esta autora tan interesante.

La niña de Luzmela se desarrolla entre dos pueblos cántabros: el que aparece en el título y Rucanto. La protagonista es Carmen, hija del señor de Luzmela, que queda huérfana a los trece años y es enviada, de acuerdo con el testamento de su padre, con su tía Rebeca y los hijos de ésta, Andrés, Narcisa y Julio. Éstos, que ambicionan la cuantiosa herencia que Carmen recibió al morir su padre, la maltratan durante años, y ella se somete con la secreta aspiración del alcanzar la santidad. Sólo dos personas tratan de ayudarla: Fernando, un marinero primogénito de Rebeca que se encapricha temporalmente con Carmen y Salvador, protegido del padre de la chica, al que ella considera un hermano, perdidamente enamorado de ella.

La niña de Luzmela contiene todos los ingredientes de los novelones decimonónicos de huerfanitas sufridas que alcanzan la redención, son rescatadas por sus amados y escapan de toda una vida de vejaciones. La buena de Concha Espina tomó ese tópico de la narrativa del siglo anterior para situarla en esos pequeños pueblos del norte de España que seguían tan atrasados a principios del siglo XX como en centurias anteriores, y se esfuerza en recrear el paso de las estaciones centrándose en la crudeza de los inviernos (que en la segunda mitad de la novela coinciden con los momentos más amargos por los que pasa la protagonista) y la alegría de la primavera, que simboliza la salvación. A este panorama se añade el marcado fervor religioso de Carmen, muy de la época y muy de España, pero aporta a la narración un aspecto creíble: refleja una mentalidad que Concha Espina, pese a ser una mujer instruida, sin duda conoció.

No me atrevo decir que La niña de Luzmela sea una obra maestra, aunque sí es perfectamente comprensible que en el momento de su publicación alcanzase un gran éxito e incluso que lo mantuviese hasta 1949, año en que se estrenó su adaptación cinematográfica. Por desgracia, tanto el tema como muchos de sus recursos narrativos se han quedado muy anclados en el pasado. Sin embargo, la obra tiene pasajes muy evocadores y una antagonista, Narcisa, magistralmente bien construida.

Puntuación: 6

domingo, 14 de noviembre de 2010

Luz que agoniza

Título: Luz que agoniza (Gaslight)
Director: George Cukor
Intérpretes: Ingrid Bergman, Charles Boyer, Joseph Cotten, Angela Lansbury
Año de estreno: 1944

Con las cadenas de televisión peleándose por los estrenos de las películas más taquilleras cada año, hace mucho, muchísimo tiempo ya que el cine en blanco y negro, el cine clásico, ha quedado relegado a las televisiones de pago y a las autonómicas. No deja de resultar irónico que las grandes cadenas prefieran emitir aquella cutre TV movie que dirigió ese director que acaba de estrenar en cines un taquillazo a esa obra maestra de los años cincuenta que siempre cita como su mayor inspiración. Comprendo que el blanco y negro puede costar un poco al principio, pero lo más gracioso es que luego a todo el mundo le encanta en fotografía. Será que la gente etiqueta desde el principio al cine de épocas pretéritas como precario sólo por el hecho de que es en blanco y negro. ¡Error! Y el gigantesco número de remakes que se vienen haciendo estos últimos años me dan la razón. Pero bueno, al menos existen programas concretos en los que se sigue apreciando el cine de verdad.

Luz que agoniza comienza en Londres, donde una famosa soprano llamada Alicia Alquist ha sido asesinada. Su sobrina, llamada Paula, es llevada a Italia para olvidar la tragedia y para prepararse como cantante de ópera a su vez. Años más tarde, ya adulta, conoce a un atractivo pianista llamado Gregory Anton, del que se enamora perdidamente. Una vez casados, la pareja se instala en el 9 de Thornton Square, la casa en la que Alicia fue asesinada, y que le corresponde a Paula por herencia. No obstante, al poco tiempo de llegar, Paula comienza a verse atormentada por misterosos ruidos y variaciones en la luz de gas que ilumina la casa, además de verse aquejada por constantes pérdidas de memoria y lo que parecen accesos de cleptomanía. Su marido no tarda en anunciarle que, a la vista de los síntomas, se está volviendo loca. Poco a poco, tiende en torno a ella una red que le impide salir de la casa, y sólo un policía, Brian Cameron, gran admirador de su tía, sospecha que algo no marcha bien en la residencia del matrimonio Anton.

No sé si en su año de estreno existiría ya un género conocido como thriller psicológico, que es al que se adscribe Luz que agoniza. Con una correcta ambientación en la Inglaterra victoriana, los recargados interiores y los brumosos exteriores no hacen sino acenturar la opresora atmósfera que rodea a Paula, víctima a todas luces durante todo el metraje de unos temores muy propios de una película de miedo. Los actores realizan de forma magistral sus papeles, especialmente Charles Boyer como el siniestro Gregory Anton, cuyo papel otorga un punto de terror a la vida de la pareja de cara a la galería, siempre tan normales. Incluso la muy sosa Ingrid Bergman (que me perdonen los amantes de Casablanca, pero cuando la he visto en otras películas, su manera de actuar me ha aburrido soberanamente) hace un papel extraordinario como la pusilánime protagonista, Paula Anton. Destaca también la presencia de una juvenil Angela Lansbury (tenía dieciocho años) como la doncella Nancy, llena de desparpajo, cuyas pequeñas apariciones son sin duda muy interesantes.

Puntuación: 8

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Rumores y mentiras


Título: Rumores y mentiras (Easy A)
Director: Will Gluck
Intérpretes: Emma Stone, Alyson Michalka, Amanda Bynes, Stanley Tucci
Año de estreno: 2010

Lo que son las cosas: ha querido el destino que coincidan en cartelera dos de los protagonistas de una de las últimas películas que más me han gustado, Bienvenidos a Zombieland, aunque sea protagonizando dos filmes completamente distintos. Jesse Eisenberg se mete en la piel del polémico Mark Zuckerberg en La red social, mientras que Emma Stone da vida a una adolescente doña nadie en Rumores y mentiras. Las comparaciones son odiosas, siempre lo digo, así que no entraré en las mismas ya que, además de que no he visto La red social (no me apetece lo más mínimo), si algo sé es que no puede medirse con el mismo rasero que Rumores y mentiras. Una cosa sí es cierta: esta película, aunque parezca lo contrario, no tiene desperdicio.

Olive Penderghast (que ha visto "españolizado" su nombre como Olivia en la versión traducida) tiene diecisiete años y no liga ni para atrás, o como ella misma dice: "si Google Earth fuese un chico, no me detectaría ni aunque me disfrazara de edificio de diez plantas". No obstante, esa invisibilidad desaparece de la noche a la mañana cuando miente a su mejor amiga diciéndole que ha perdido la virginidad con un universitario y otra de sus compañeras del instituto, una fanática religiosa, difunde ese rumor. Como en el fondo le gusta sentirse un poco el centro de la atención, y además tiene un corazón como un campo de fútbol, acepta cuando su amigo Brandon, que es gay, le pide que le ayude a desmentir los rumores acerca de su homosexualidad. La buena de Olive finge que se ha acostado con él y no tardan en lloverle peticiones... de chicos que quieren que finja que se ha acostado con ellos. Al principio la cosa es divertida, pero cuando su reputación comienza a destrozarse inevitablemente.

Un argumento pseudo-inspirado en La letra escarlata (a cuyas distintas adaptaciones cinematográficas se hace alusión en diversos momentos de la trama) apuntalado gracias a los simpáticos personajes, entre los que destacan los alocados padres de Olive y la paródica Amanda Bynes como Marianne; resulta agradable volver a verla tras su larga ausencia de las pantallas (bueno, sólo han sido tres años, pero son bastantes para una actriz joven). Sin embargo, la estrella absoluta es Emma Stone, que llena completamente la película de principio a fin sin que nos cansemos jamás de ella, hasta que consigue que interioricemos los motivos que mueven a su personaje a actuar como lo hace.

Al igual que sucedía en Bienvenidos a Zombieland (con ésta no puedo evitar compararla), en Rumores y mentiras se escuchan numerosas perlas y diálogos que dotan al argumento de gran parte de su comicidad (mi preferido: "Disculpe, ¿la sección de Religión?" "Ahí detrás, ¿buscas algo en concreto?" "La Biblia" "En best-sellers, al lado de Crepúsculo"). Si bien la película no está exenta de cierta moralina final, aunque se le perdona por el desparpajo con el que relata los acontecimientos, por otra parte, muy creíbles: en el instituto, los rumores son el fuego cruzado que enfrenta a los adolescentes.

Puntuación:7

martes, 9 de noviembre de 2010

Seducción


Título: Seducción (Sarangboda arumdaun yuhok)
Autor: Lee Hyeon-Sook
Género: Shoujo (o su equivalente coreano)
Editorial coreana: Daiwon C. I.
Editorial española: Panini
Número de volúmenes: 5

A decir verdad, el manhwa no me tira mucho. He leído algunas series completas y otras las he dejado a medias, entre ellas la muy popular The one. Me atrevería a decir que, hasta que decidí darle una oportunidad a Seducción, sólo Tarot Café y Goong me gustaban de verdad. Los manhwa del género equivalente al shoujo japonés (sé que tiene un nombre, pero lo desconozco) que he leído se caracterizan por poseer una serie de características comunes, tanto en la trama (la marcada tendencia de los personajes a hablar en sentido figurado, las actitudes ambiguas, los finales muy abiertos (aún más que en el manga, que ya es decir)...) como en el dibujo (personajes muy estilizados, de proporciones muy alargadas, labios muy delineados, metáforas visuales...). ¿Y qué fue lo que me interesó entonces de Seducción? Pues nada menos que la trama.

Da-Un es profesora sustituta en un instituto de bachillerato. Poco después de que uno de sus compañeros de la facultad, Hyeon-U, entre a trabajar en el mismo centro, Da-Un se percata de que uno de los alumnos más guapos del instituto, el enigmático Ryumin, le tira los tejos descaradamente. La profesora trata de evitarle a medida que sucumbe a la incesante seducción del muchacho, hasta el punto que ésta acaba haciéndose cada vez más evidente para quienes les rodean: Hayeon, novia de Ryumin; Hyeon-U, que siempre ha estado enamorado de Da-Un, y Gyeo-Un, hermano menor de Da-Un, que guarda un terrible secreto en el que Ryumin está involucrado...

El argumento no se sale de las premisas clásicas del cómic romántico japonés y coreano, pero es el desarrollo de la historia lo que engancha. Los personajes forman entre ellos una red de relaciones paralela a la que tiende Ryumin en torno a Da-Un con el propósito de seducirla, y el lector puede apreciar, página a página, como ella se va enredando más y más para deleite del siempre apático y muy ambiguo Ryumin. El final resulta, como viene siendo habitual en los manhwa, desconcertante, y sin embargo, al igual que sucede con otros cómics que no tienen el clásico final feliz (entre ellos Paradise Kiss), el tono general de los acontecimientos lo hacen muy apropiado.

La autora hace gala de un dibujo precioso desde el primer tomo, aunque los personajes resultan un tanto parecidos entre ellos (cuando Gyeo-Un se quita las gafas, me cuesta distinguirle de Hyeon-U). Las portadillas de los capítulos son los dibujos más interesantes, pues poseen un aspecto etéreo e irreal, casi metafórico. Los tópicos del manhwa que he citado antes se suceden uno tras otro en esta obra, que ha sido publicada en un buen número de países con éxito. Por algo será.

Puntuación: 9

sábado, 6 de noviembre de 2010

Radio encubierta


Título: Radio encubierta (The boat that rocked)
Director: Richard Curtis
Intérpretes: Tom Sturridge, Philip Seymour Hoffman, Rhys Ifans, Chris O'Dowd
Año de estreno: 2009

En un intento de ensalzar la música como creación humana, me enredo buscando el inicio de un discurso que se expande a toda la Historia de la Humanidad. Dado que me gustan todos los géneros, me cuesta afirmar sin cuestionarme a mí misma que el siglo XX ha sido el más relevante de todo el desarrollo de este primer arte. Me corregiré alegando que si de algo puede presumir el siglo que vio su ocaso hace diez años es de haber alumbrado el nacimiento de la "música popular", generalmente reducida a su diminutivo Pop, aunque esta palabra denomine tan sólo a uno de los muchísimos géneros que nacieron y se desarrollaron en esos años. Tras la efervescencia del rockabilly de Elvis en los 50, el rock 'n' roll propiamente dicho y el pop tuvieron una etapa dorada en los años 60 que se perpetuaría en los 70. No obstante, es la década prodigiosa del 6, la que vio nacer a los Beatles, reyes indiscutibles, en la que se desarrolla esta historia de amistad, egolatría, fenómeno fan y piratería.

Radio encubierta se desarrolla en la Inglaterra de 1966, época en que las emisoras del país emiten muy poca música rock. Sin embargo, existen emisoras pirata que centran en esta música toda su emisión. Una de ellas es Radio Rock, que emite desde un barco anclado en el Mar del Norte. A ese barco llega un estudiante llamado Carl, al que acoge su padrino Quentin, jefe de la emisora de radio. El chico no tarda en verse envuelto en la alocada vida de los distintos DJs que pueblan el barco, cada uno de ellos con sus propias preferencias y manías y, ante todo, con muchísimo ego. Carl acumula numerosas experiencias vitales en el barco, pero no todo es un camino de rosas: además del acoso y derribo al que se ven sometidas las emisoras pirata por parte del gobierno, Carl conoce el lado amargo del amor y descubre la identidad de su padre.

Cuando he empezado a ver Radio encubierta, no sabía muy bien qué esperar. Aunque mis expectativas eran buenas al tener en cartel a dos actores de una de mis series preferidas (Chris O'Dowd y Katherine Parkinson, Roy y Jen en The I.T. Crowd) y al siempre sorprendentemente versátil Philip Seymour Hoffman, no pensaba que fuese a encontrarme con un peliculón. Y bueno... ciertamente, Radio encubierta no es un peliculón, pero extrañamente, es mucho mejor de lo que esperaba. De hecho, en cierto modo, me ha recordado a
Casi famosos.

Empezaré hablando del equipo que participa en esta película. Para empezar, destaca el nombre del director, Richard Curtis, que previamente a esta película ha dirigido la muy aclamada Love Actually, y que además de haber escrito ambas ha firmado guiones de sobra conocidos, como Cuatro bodas y un funera, Notting Hill, El diario de Bridget Jones y Bridget Jones: Sobreviviré. La trama de Radio encubierta destaca por un marcado tono nostálgico a todos los niveles que se filtra bajo cada chiste, bajo cada excentricidad de los personajes. Éstos están representados de manera magistral por una buena plantilla de nombres conocidos: a los ya mencionados se unen Rhys Ifans, Bill Nighy, Kenneth Branagh, Emma Thompson y Talulah Riley, por señalar sólo a algunos. Cabe destacar que el rodaje de Radio encubierta debió parecer una reunión de viejos amigos, pues la mayoría de ellos habían trabajado ya con Curtis en alguna de las anteriores películas escritas por el director.

La ambientación de Radio encubierta se ciñe a esa imagen de los años 60 que todos tenemos, con chicas vestidas en plan Twiggy, estampados psicodélicos y mucho rock 'n' roll; así es Rock Radio. Este escenario contrasta con los fríos entornos en los que aparece el antagonista de los personajes, el ministro Dormandy, que está más que decidido a erradicar las radios pirata. No obstante, el montaje de la película hace que sus apariciones sean casi incidentales. De hecho, las dos horas de metraje dan la sensación de ser una especie de resumen de algo más amplio, como si se hubiese hecho una película destinada a recoger la idea global de una serie de televisión (en el caso de Radio encubierta, sería una buena serie de televisión... un poco cara, eso sí), pues se nos muestran escenas yuxtapuestas de la rutina en ese barco de locos que pasan de todo menos de la música contrapuesta a los casi histéricos esfuerzos del ministro por conseguir que dejen de emitir. Resuenan los tópicos del mismo modo que resuenan los acordes de las cerca de cuarenta canciones que componen la banda sonora, y tratan de hacernos creer, en el clímax final, que todos los estilos de música posteriores a los 60 deben su existencia al rock, algo que debemos creer pero no al pie de la letra.

Radio encubierta es otro de los homenajes que hace el cine a la música de una época dorada de su existencia, y nos obsequia con personajes excesivos, momentos hilarantes y alguna que otra escena brillante por su inexplicable belleza, aunque también peque de giros excesivamente hollywoodianos, aunque, para qué engañarnos: en ocasiones, que la película acabe bien resulta una verdadera satisfacción.

Puntuación: 7

lunes, 1 de noviembre de 2010

Kick-Ass


Título: Kick-Ass
Director: Matthew Vaughn
Intérpretes: Aaron Johnson, Chloë Grace Moretz, Nicolas Cage, Christopher Mintz-Plasse
Año de estreno: 2010

Si algo debe decirse de los cómics norteamericanos es que han hecho de los superhéroes el pan nuestro de cada día. Esos individuos con superpoderes, gadgets y capa forman parte de la mitología contemporánea, como en épocas pasadas lo fueron Hércules y compañía. Pues si para los europeos se han convertido en eso, no digamos en Estados Unidos, donde lo tienen mucho más interiorizado. De hecho, la cuestión de por qué a nadie se le ha ocurrido convertirse en un superhéroe de verdad pese a los numerosos referentes que existen es el punto de partida de Kick-Ass.

Dave Lizewski es el típico friki ligeramente antisocial que, después de leer muchos cómics, se plantea la anteriormente mencionada cuestión y toma la iniciativa de convertirse en superhéroe comprándose un traje a medida por Internet y haciéndose llamar Kick-Ass. Lo que él no sabe es que su a primera vista inocente idea acaba teniendo repercusiones muy duras cuando se meta, sin comerlo ni beberlo en mitad de la eterna pelea entre dos superhéroes bastante más auténticos que él, Big Daddy y Hit-Girl, y el temido narcotraficante Frank D'Amico, que, creyendo a Kick-Ass fuente de sus problemas, colabora en la conversión de su hijo Chris en Bruma Roja, un superhéroe de pacotilla más.

Si algo puede decirse de Kick-Ass es que se trata de una historia más o menos clásica aderezada con numerosos detalles pasados de rosca, sobre todo la violencia gratuita, excesiva y al mismo tiempo, hilarante. A diferencia de otras películas de superhéroes, que se inscriben en un marco relativamente atemporal dentro de la ambientación contemporánea, Kick-Ass sorprende gratamente con alusiones concretas a nuestros días como MySpace o YouTube, entre otras, que aportan una ración extra de realismo dentro de lo delirante del filme, que no es poco.

Los actores se mueven también en esta dicotomía de realismo/surrealismo. La primera facción la encabeza el protagonista, Dave, un muy bien caracterizado Aaron Johnson, que se suma a Columbus de Zombieland y Oh de Año Uno (y tal vez también Will Burton de School Rock Band) en mi grupo de frikis favoritos del cine. Se trata de un personaje muy creíble, cuya voz en off aporta un toque muy cercano al desarrollo de los acontecimientos. Le acompañan en esta sección sus amigos y su novia Katie, e incluso Christopher D'Amico, que en ningún momento deja de resultar bastante risible. En cuanto a los personajes surrealistas de principio a fin, la estrella absoluta es Mindy/Hit-Girl, un arrollador personaje al que da vida la actriz Chloë Grace Moretz (a la que sólo había tenido el placer de ver en (500) días juntos) y que podría convertirse, sin mucho esfuerzo, en la protagonista de una película o dos. La escoltan su padre, Big Daddy, y el antagonista de la película, Frank D'Amico, una parodia/homenaje a los malos malosos del cómic; en él veo sobretodo a Kingpin, el clásico enemigo de Spider-Man y Daredevil.

Para terminar de perfeccionar una película redonda, Kick-Ass puede presumir de tener una banda sonora plagada de canciones y melodías pegadizas que se ajustan como un guante a cada momento de la trama, desde la acción más vibrante hasta la majestuosidad de la residencia D'Amico, en la que siempre suena música clásica, con resultados descacharrantes cuando los mafiosos comienzan a pegarse gritos con violines de fondo.

Puntuación: 9