domingo, 31 de marzo de 2013

A este lado del paraíso

Título: A este lado del paraíso
Autor: F. Scott Fitzgerald
Año de publicación: 1920
Editorial: Alianza Editorial

Me atrevería a decir que la lectura de El gran Gatsby el pasado agosto marcó un antes y un después en mi historial de libros por los que he sentido una especial afinidad, una afición muy especial. Tanto fue así que me propuse ahondar en la producción bibliográfica de su autor, F. Scott Fitzgerald, y la obra elegida para hacerlo ha sido A este lado del paraíso, que vio la luz cinco años antes que El gran Gatsby, considerada su obra culmen.

El protagonista de A este lado del paraíso es Amory Blaine, y a través de las páginas de la novela conocemos a este joven que, convencido de que posee un futuro especialmente prometedor, dedica gran parte de sus energías a llevar una vida llena de experiencias con las que espera convertirse en el gran hombre que se siente destinado a ser, incluyendo su educación en Princeton, varios amores, fiestas, desengaños y su paso por la I Guerra Mundial.

El personaje de Amory Blaine es un trasunto del propio Fitzgerald, que relató parcialmente su propia vida a través del personaje ficticio con el que comparte una serie de rasgos. Dicho personaje carece de la habilidad para hacerse simpático al lector, y no negaré que algunas cosas que le suceden las tiene bien merecidas, lo cual, sabiendo que Amory es el alter ego del autor, demuestra la clase de persona que era Fitzgerald. Por lo demás, A este lado del paraíso carece del magnetismo de El gran Gatsby, y es más aburrido, si bien unas cuantas frases y reflexiones aquí y allá nos recuerdan la clase de gran escritor que era su autor.

Puntuación: 7

miércoles, 20 de marzo de 2013

Extraño

Imagen de paninicomics.es
Título: 100% Marvel. Extraño. ¿Quién es Stephen Extraño?
Autor: Mark Waid (guión), Emma Ríos (dibujo), Christina Strain y Val Staples (color)
Año de publicación: 2010
Editorial: Panini Comics

El volumen que nos ocupa hoy llegó a mis manos al mismo tiempo que Marvel Noir: Iron Man. Ya he explicado que ha sido mi afición por Los Vengadores y las cintas que atañen a sus integrantes lo que desencadenó mi afición por los cómics de la editorial Marvel, y de cómo 1602 me hizo zambullirme de lleno en el Multiverso. Pero si el hecho de que Tony Stark sea mi superhéroe preferido motivó que me hiciera con Marvel Noir: Iron Man, fue un personaje que conocí en 1602, el Doctor Extraño, el que hizo que me interesase por este tomito autoconclusivo que narra una historia relacionada con este personaje, aunque no revele sus orígenes.

Stephen Extraño ha dejado de ser Hechicero Supremo tras la Guerra Civil de los superhéroes, y lleva una vida normal. Tan normal que conoce a una adolescente caprichosa llamada Casey Kinmont durante un partido de béisbol, un partido con trampa: treinta años atrás, los Larks hicieron un pacto con un demonio, y a consecuencia de esto, las almas de todas las personas que hay en el estadio, incluidas las de Casey y su abuelo, el dueño del equipo, van a ser arrastradas al Infierno. Haciendo uso de la poca magia que aún puede invocar, Stephen logra evitarlo, y deja a Casey con unas gafas mágicas, su abuelo muerto y un nombre: el del Doctor Extraño, que antes de desaparecer le aseguró que tenía un talento natural para la magia. Y Casey, que siempre se sale con la suya, decide dar con él cueste lo que cueste, haciendo un uso indiscriminado de sus recién adquiridos poderes mágicos para lograrlo.

Muchos fans incondicionales del personaje hallaron este cómic poco digno del poderoso mago de Marvel, e incluso a mí, una novata, me chocó su dibujo de tonos chillones y estética anime, y de la trama que renuncia a algunos de los elementos más clásicos del personaje (sus objetos mágicos, su esposa Clea) para centrarse en su relación paterno-filial con un personaje nuevo. En defensa de Emma Ríos, la dibujante, puede aducirse que he visto obras suyas posteriores y son bastante mejores. En cuanto a la historia... Bueno, es como una película. Tiene clichés de libro, pero también escenas muy buenas y un desenlace que me gustó. No es el mejor cómic que he leído a nivel argumental, y aseguran los fans del Doctor Extraño que tampoco es el más indicado para iniciarse con el personaje, pero a mí me gustó. O tal vez es que no era demasiado exigente cuando lo leí.

La historia de Extraño se publicó originalmente en cuatro comic-books con unas fantásticas portadas de Tomm Coker y Daniel Freedman. El subtítulo en español del tomo, ¿Quién es Stephen Extraño? era, originalmente, el título del segundo comic-book, al igual que el título original de la recopilación (Strange. The doctor is out!, literalmente: "Extraño. ¡El doctor no está!") era el del primero. Los otros dos títulos, y es un mero apunte (me gustan los títulos en general, qué le vamos a hacer, manías. Si me gusta el título de algo, es mucho más probable que me sienta tentada a verlo/leerlo/escucharlo/etc.) son Pageant of the damned (literalmente, "Concursante [de un concurso de belleza] de los malditos") y Magic is everywhere! (literalmente, "¡La magia está en todas partes!").

En resumen, mi intento de conocer un poco mejor al Doctor Extraño no fue muy fructífero, aunque no voy a negar que el tomo que nos ocupa me entretuvo y sigo pensando que tiene sus buenos momentos. Tengo pendiente reconciliarme con él en mi próxima compra, que espero que sea Primera temporada: Doctor Extraño. Emma Ríos vuelve a dibujar, y para qué negarlo: quiero ver cómo ha mejorado.

martes, 12 de marzo de 2013

Nicholas St. North and the Battle of the Nightmare King

Título: Nicholas St. North and the Battle of the Nightmare King (Nicolás San Norte y la Batalla contra el Rey de las Pesadillas)
Autor: William Joyce y Laura Geringer
Año de publicación: 2011 (2012 en España)
Editorial: Atheneum Books for Young Readers
Editorial española: Bambú

No es raro que el cine de animación me maraville, pero en el caso de El origen de los Guardianes salí del cine con los ojos a chiribitas, y a día de hoy la considero superior a otras películas animadas de DreamWorks que han tenido mucho más éxito comercial; a diferencia de otras que se han convertido en franquicias, El origen de los Guardianes no contará con secuela alguna, y bien que me entristece. Afortunadamente, en Navidad recibí como regalo la edición estadounidense de las tres primeras novelas de la saga, la primera de las cuales procedo a diseccionar. Habréis notado que me salgo un poco de mi modelo habitual de ficha con esta novela. Eso se debe a que sólo dos de ellas, las centradas en Norte y en el Conejo de Pascua (además del libro ilustrado sobre el Hombre de la Luna), han sido publicadas en nuestro país. Incluiré la referencia a las ediciones españolas, que por cierto son clónicas de las originales, que son las que voy a leer.

Al norte de Rusia, en un pequeño pueblo llamado Santoff Clausen, vive el mago Ombric Shalazar, un sabio que protege a los habitantes del pueblo y enseña a los niños a usar la magia. Cuando descubre que Pitch, el Rey de las Pesadillas, ha escapado de su prisión ancestral y planea llenar el mundo de terror, Ombric descubre que quizá toda su magia no sea suficiente para proteger a los niños de Santoff Clausen. Pero entonces aparece por allí Nicolás San Norte, un reputado ladrón y rufián que, tras combatir las artimañas de Pitch, es admitido como aprendiz de Ombric. Mago y guerrero deberán combinar sus destrezas para hallar las reliquias del Clíper Lunar, las únicas armas capaces de acabar con el Rey de las Pesadillas.

Mientras leía la novela, tanto el estilo como el despliegue imaginativo de la historia me remitieron a Jim Botón y Lucas el maquinista, de Michael Ende, mi novela preferida cuando era niña. Como comenté en mi reseña de la película, ésta complementa las historias narradas en las novelas, en las que se nos introduce a los personajes individualmente. Nicolás San Norte y la Batalla contra el Rey de las Pesadillas ofrece, mediante un estilo ágil y alegre, una interesante semblanza de un personaje bastante alejado de su imagen en el folclore, más aún que el Norte de El origen de los Guardianes. Pero la novela cuenta también con pasajes de acción y peligro que, pese a estar muy bien narrados, he encontrado algo cortos. Sus páginas se completan con preciosas ilustraciones, obra del propio William Joyce.

Puntuación: 8

viernes, 8 de marzo de 2013

Mañana. En tierra de tinieblas

Imagen de editorialmolino.com
Título: Mañana. En tierra de tinieblas
Autor: John Marsden
Año de publicación: 1994
Editorial: Molino

Tal y como prometí, tras ver la adaptación cinematográfica de Mañana, cuando la guerra empiece, pude al fin hincarle el diente a la segunda entrega de la saga. Tenía tantas ganas de saber qué es de los protagonistas que me lo he leído en dos días. Viendo en la web de la editorial que la última entrega que vio la luz en España, la tercera, lo hizo en junio del año pasado, me pregunto si podré resistir la tentación de continuar leyendo la saga en inglés... Si mantiene el nivel, claro.

Los acontecimientos que cerraron la primera entrega de la historia, y la narración que hizo Ellie de los mismos pesan como una losa en el grupo. Pero el país sigue ocupado, el enemigo sigue campando a sus anchas, y Ellie y sus amigos tienen el deber moral de hacer algo más que esconderse en el Infierno y observar cómo la tierra que antes era de sus familias es colonizada, de manera que vuelven a organizarse para demostrar al ejército invasor que son una verdadera amenaza. Y mientras lo hacen, las relaciones en el seno del grupo cambian, irremediablemente, pues la guerra hace mella en el grupo de adolescentes, cuyas vidas se han alejado demasiado de todo lo que conocían.

Que la primera entrega de una saga sea muy buena tiene un lado bueno y un lado malo, como todo. El lado bueno es que te incita a seguir leyendo. El lado malo es que el listón está muy alto para las siguientes entregas... Podría decirse que eso le sucede a esta saga, y no quiero decir con ello que Mañana. En tierra de tinieblas sea malo, ni mucho menos. Pero sí carga con la enorme responsabilidad que dejó el desenlace de su predecesora, de continuar con el ritmo narrativo de la historia y de mostrar la evolución de unos personajes variopintos que no son ni por asomo inmunes a las consecuencias de sus actos. Gracias al buen hacer de su autor, la novela consigue todo eso, aunque el estilo sí resulta un tanto distinto. Puede explicarse debido a los cambios experimentados por Ellie, la narradora, tras lo sucedido en Mañana, cuando la guerra empiece; el autor busca acercar su estilo a la manera de hablar de los jóvenes, y se nota. No obstante, los mejores elementos de la narrativa desplegada en la primera entrega se mantienen, sobre todo las escenas de acción y la introspección a la que se somete Ellie; las partes más flojas son las que atañen a las cuestiones sentimentales, carentes de la sensibilidad que (esto va a sonar sexista, lo siento) suelen reflejar las mujeres cuando escriben. Mañana. En tierra de tinieblas tiene, además, un final que me ha conmovido inmensamente. Merece la pena leer todo el libro para descubrirnos esa escena en la clase de autor que es Marsden.

Por cierto, el título original, The dead of the night, "Los muertos de la noche", tiene mucho más sentido, como os podéis imaginar. Pero eso no nos sorprende ya, ¿verdad?

Puntuación: 8

lunes, 4 de marzo de 2013

Doña Perfecta

Imagen de catedra.com
Título: Doña Perfecta
Autor: Benito Pérez Galdós
Año de publicación: 1876
Editorial: Cátedra

Creo honestamente que una de las características más irónicas del ser humano en general y de los españoles en particular es lo poco que hemos cambiado a lo largo de las eras. España ha sido tradicionalmente un país cerrado en sus costumbres, reacio a las novedades, de sólidas creencias y gusto por el cotilleo y la maledicencia. Es muy probable que alguien lea estas líneas y asegure que eso está superado. Desafío a quien lo diga a que lea Doña Perfecta, donde comprobará que, salvando las distancias, España y los españoles segumos siendo los que éramos hace casi dos siglos.

José Rey es un joven ingeniero al que su padre ha prometido en matrimonio con su prima Rosario. Aunque no quiere obligarle a cumplir esa promesa, el padre le pide que vaya al pueblo de Orbajosa, donde viven la muchacha y su madre, doña Perfecta, tía de José. Ni la idea ni el pueblo entusiasman a José, un joven culto y de mente práctica: las gentes, de una exacerbada religiosidad y cerril cerrazón mental, no le resultan simpáticas; pero se enamora perdidamente de Rosario, motivo por el que decide quedarse en Orbajosa. Poco después de tomar dicha decisión, su vida en el pueblo se convierte en una pesadilla: es destituido de su puesto, los dueños de las tierras colindantes con las que heredó de su madre le atosigan con pleitos y una injusta fama de ateo y arrogante le aleja de cualquier posible aliado que pueda forjarse. Y frente a José se alza el más formidable enemigo: su tía Perfecta, la mujer más respetada de Orbajosa.

La novela constituye en sí misma una fiera crítica hacia el conservadurismo extremo, la intransigencia y la doble moral de la España de la época, encarnadas en la figura misma de doña Perfecta, aunque otros personajes de la novela, como el canónigo don Inocencio y su sobrina María Remedios completen dichas actitudes. Debo reconocer que, mientras leía la novela, hubo más de una vez que tuve que cerrarla porque los personajes están tan bien construidos que resultan insoportables de lo malvados que son. Pero no sólo son los personajes individuales los que destacan por su realismo, sino el ambiente del pueblo al completo, algunos de cuyos detalles son aún hoy palpables en las ciudades pequeñas (o pueblos grandes). Egoísmo, avaricia y fanatismo son los grandes protagonistas de la historia, hasta el punto de llegar a infectar a su protagonista e igualarle a sus numerosos enemigos.

El espléndido estilo de don Benito (qué vamos a decir de él a estas alturas...) hace de una historia tan desagradable un verdadero espectáculo, pues aunque se percibe aún la relativa juventud del autor, no en el estilo sino en su manera de narrar la historia, menos pausada y contemplativa que obras posteriores, la redacción de Doña Perfecta desvela que Galdós es ya ese autor paradigmático del Realismo español del XIX, y no le duelen prendas en poner a sus lectores frente a un espejo para decir: éste es el país en el que vivimos.

Puntuación: 8

domingo, 3 de marzo de 2013

Mañana, cuando la guerra empiece

Imagen de Wikipedia
Título: Mañana, cuando la guerra empiece (Tomorrow, when the war began)
Director: Stuart Beattie
Intérpretes: Caitlin Stasey, Rachel Hurd-Wood, Deniz Akdeniz, Phoebe Tonkin
Año de estreno: 2010

Debo reconocer que me ha costado mucho aguantarme las ganas de empezar a leer En tierra de tinieblas con lo que me gustó Mañana, cuando la guerra empiece, pero antes de hacerlo quería ver la adaptación cinematográfica de la primera entrega. Maniática que es una. Sin embargo, tengo mucho menos tiempo para ver películas que para leer, porque en mi casa sólo tenemos una televisión y no es ésta una película que pueda ver con compañía. Sé que suena mal, pero cada película tiene su público, y definitivamente, mi familia no se encuentra en el de películas como Mañana, cuando la guerra empiece.

El argumento gira en torno a un grupo de amigos que organiza una acampada  de un fin de semana en una zona agreste de difícil acceso conocida como el Infierno. Al regresar, se encuentran con que las granjas de sus familias parecen haber sido desalojadas a toda prisa, no hay electricidad, teléfono ni acceso a Internet. Una breve visita al pueblo, Wirrawee, les confirma que Australia ha sido invadida por una nación extranjera que exige que el país comparta sus enormes recursos naturales. El grupo, encabezado por la protagonista, Ellie, y el macarra devenido en líder Homer, combinan su pugna por hallar respuestas con la necesidad de mantenerse unidos y a salvo.

Aunque el argumento de Mañana, cuando la guerra empiece es más que apropiado para la realización de una película más que decente, cosa que es, se nota la ausencia de la marca Hollywood en esta producción australiana, que no contó, desde mi punto de vista, con la promoción adecuada, y al menos en España pasó muy desapercibida. Su estreno ahora tendría mucho más bombo, probablemente, gracias al boom de Los Juegos del Hambre, aunque Mañana, cuando la guerra empiece tiene elementos de sobra para constituir su propio éxito.

La adaptación de la novela de John Marsden puede presumir de ser meticulosamente fiel a la fuente original; de hecho, salvo una subtrama que en la propia novela no venía demasiado a cuento, y una escena que personalmente eché en falta porque añadía tensión a un momento muy concreto, el resto sigue a la novela escrupulosamente. El hecho de que sea una producción australiana hace que la ambientación resulte mucho más auténtica, y aporta a la historia una gran verosimilitud. Las escenas de acción están muy, muy bien llevadas, con las dosis justas de tensión y espectacularidad, y las explosiones (que las hay) están cuidadas al extremo para resultar creíbles. Los actores se adaptan de maravilla a sus personajes, y entre ellos destaco a Deniz Akdeniz, que no sólo es idéntico a como se describe a Homer, el personaje que interpreta, en el libro, sino que además se mete en el papel de lleno. También me gusta especialmente Ashleigh Cummings como Robyn, que tiene un matiz aún más religioso que en la novela, pero se le saca mucho partido, dándole al personaje un cariz de lo más interesante.

Actualmente se encuentra en pre-producción la adaptación de la segunda novela de la saga, En tierra de tinieblas, y debo reconocer que me alegro. Creo que es el momento idóneo, y espero francamente que la saga goce por fin del reconocimiento que merece.

Puntuación: 9

sábado, 2 de marzo de 2013

Blancanieves

Título: Blancanieves
Director: Pablo Berger
Intérpretes: Macarena García, Sofía Oria, Maribel Verdú, Daniel Giménez Cacho
Año de estreno: 2012


Desde hace unos años asistimos a un particular revival de los cuentos clásicos en el cine. Se ha criticado mucho a Disney la versión excesivamente almibarada de estos relatos que realizó en algunos de sus títulos más icónicos, y numerosos cineastas se han dedicado a relanzar esas historias con unos adecuados toques de acción, vestuario atractivo y cierta inspiración steampunk en determinados aspectos de la ambientación. Sólo para este 2013 tenemos pendientes Hansel y Gretel, cazadores de brujas, Oz: un mundo de fantasía y Jack el cazagigantes (y seguro que me dejo alguno en el tintero), pero el 2012 tuvo una protagonista absoluta, y fue Blancanieves, de la que se estrenaron tres filmes: los hollywoodienses Blancanieves (Mirror, mirror, es su título original), Blancanieves y la leyenda del cazador y la "españolísima": Blancanieves.

Esta versión del cuento de los hermanos Grimm se desarrolla en Sevilla, en los años 20. Antonio Villalta, un famoso torero, sufre una cogida en La Colosal, y su esposa, la cantaora Carmen de Triana, se pone de parto debido a la impresión. El torero queda tetrapléjico y su mujer fallece al dar a luz a una niña a la que él se niega a ver. Carmencita crece a cargo de su abuela, pero tras el fallecimiento de ésta, la nueva esposa de Antonio, Encarna, la acoge en el cortijo, donde la obliga a ejercer de criada. Carmencita no tarda en averiguar lo malvada que es su madrastra, pero en su desdicha, padre e hija establecen un vínculo prematuramente cercenado por Encarna, que, años después, tras desembarazarse de su esposo, decide hacer lo propio con Carmencita.

Lo bueno y lo malo de adaptar cuentos clásicos es que, independientemente del envoltorio, el espectador sabe de qué va el tema. En este caso, Blancanieves es la "españolísima", como la he tildado en el primer párrafo, por la propia ambientación de la trama, pues la vida de sus personajes gira, fundamentalmente, en torno al toreo, y en menor medida al flamenco. No obstante, el director consigue alejarse del topicazo e imbuir a las escenas de una elegancia muy particular, con un uso del blanco y negro que crea unos cuadros de gran belleza, de alargadas sombras que aportan a la película ese aire ligeramente gótico y decadente.

Y ahora viene la parte negativa de la crítica. Quizá sea un poco dura, pero quiero señalar, antes de comenzar a citar los defectos que le he encontrado, que pese a no gustarme en general el cine español, me he enfrentado a Blancanieves libre de prejuicios, porque la idea y los tráilers que había visto me la hacían muy apetecible. Y sin embargo, debo decir que no me han gustado ni el uso de la música cinegética, que no se ciñe al uso que se hacía de la misma en el auténtico cine mudo (y con lo de auténtico me refiero al de principios de siglo, y la música en sí me pareció magnífica y muy apropiada)  ni el empleo de los intertítulos (excesivos, parecían un poco fuera de lugar en determinadas escenas) ni el frenético montaje de las escenas de acción (en la primera está bien, en la segunda resulta llamativo que se haya utilizado exactamente el mismo recurso, a partir de la tercera resulta aburrido y poco emocionante) ni el ensalzamiento de la actuación de Maribel Verdú como Encarna. Es muy notable por su parte que se adhiriera al proyecto tan pronto y lo apoyase activamente, pero su actuación ha eclipsado por completo a Sofía Oria y a Macarena García como Carmen niña y adolescente, cuando ambas realizan unos papeles extraordinarios, sobre todo la primera. El resto de los actores, tanto las figuras más notables de nuestro cine (destaco a una maravillosa Ángela Molina como la abuela) como los más desconocidos (los enanitos son geniales, sencillamente), realizan también unos papeles magníficos que, desde mi punto de vista, no han sido lo bastante reconocidos.

A pesar de esos defectos que señalo, Blancanieves es una película muy interesante y emotiva, bien llevada y con una atmósfera muy diferente a las típicas películas españolas. Muchos esperaban que llegase a los Óscar. Lástima.

Puntuación: 7