domingo, 25 de abril de 2010

Fraude


Título: Fraude (F for fake)
Director: Orson Welles
Intérpretes: Orson Welles, Oja Kodar, Elmyr de Hory, Clifford Irving
Año de estreno: 1974

Hacía mucho que tenía pendiente esta película, que me recomendó mi hermana pequeña. Dado que una de las líneas maestras de este complejo largometraje se centra en un falsificador de arte, lo cierto es que no fue necesario ningún otro anzuelo para atraerme a esta película. Si bien no soy una entendida en el cine de Orson Welles, tan sólo el visionado de su obra maestra, Ciudadano Kane, sirve para acercarnos a ese monstruo del cine que era Welles.

¿Qué tipo de película es exactamente Fraude? Resulta complicado decantarse por un género concreto, aunque yo diría que se trata de un documental, un documental que bucea en temas complejos como la sinceridad, la mentira, la verdad, el fraude y el valor del arte por el arte entrelazando varias historias entre sí y añadiendo algunas gotas de invención que refuerzan el propio discurso del largometraje.

Los protagonistas de este relato son, aparte del narrador, que no es otro que el propio Orson Welles, un famoso falsificador de pinturas llamado Emyl de Hory, que en su juventud trató de hacerse hueco mediante sus propias obras pero que no tardó en descubrir que, cuando pintaba imitaciones, eran tomadas por auténticas. Por otro lado tenemos a Clifford Irving, biógrado de Emyl, que destapa en un libro su historia como falsificador pero que más tarde protagoniza su propio fraude al redactar una supuesta biografía autorizada de Howard Hughes. Finalmente tenemos la historia inventada de Oja Kodar, una joven húngara que conoce a Pablo Picasso y que posa para él en una serie de veintidós cuadros que pasan a ser de su propiedad. Poco después, los lienzos son presentados en una exposición de París, a la que Picasso acude, iracundo porque sus cuadros hayan sido expuestos sin su permiso, pero al llegar a la galería de arte, se topa con veintidós lienzos que él no ha pintado...

El productor de la película, François Reichenbach, rodó gran parte del metraje de Fraude, concretamente las entrevistas con Emyl de Hory y Clifford Irving, dejándolo luego en manos de Welles, que con unos retoques aquí y allá que incluyen su propia presencia recitando algunos monólogos francamente brillantes (es especialmente magnífico el referido a la catedral de Chartres, aunque aquél en el que narra los inicios de su carrera resulta igualmente genial) e iluminando con su carisma el montaje final, que por cierto alterna de una manera un tanto chocante los solemnes y clásicos planos (preciosos, por cierto) de Welles con el metraje de Reichenbach, de estética muy años 70, con ciertos ecos (un tanto exagerados) de la Nouvelle Vague francesa.

He tratado de explicar Fraude de la manera más clara posible, aunque debo reconocer que no es tarea fácil: es una película cargada de complejidad en la que, en mi opinión, sólo la actuación de Welles la salva de ser un bodrio.

Puntuación: 6

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