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Autor: John Marsden
Año de publicación: 1996
Editorial: Scholastic
No es la primera vez que una editorial me traiciona dejando tirada una buena serie, pero el caso de la saga Mañana me ha resultado casi ofensivo. Con el tirón de Los Juegos del Hambre, Molino podría haber sacado adelante esta excelente saga que, aunque ha llegado tarde a nuestro país, tiene mucha fuerza y una personalidad lo bastante marcada como para llegar a gustar. Carece del grado de romance que muchos lectores buscan en la narrativa juvenil, pero no olvidemos que tampoco Los Juegos del Hambre hace alarde de ese elemento y aun así ha triunfado. Con la saga abandonada por su editorial española en el tercer volumen, he tenido que recurrir al idioma original para reengancharme a las desventuras de Ellie y sus amigos.
Tras los acontecimientos sucedidos en Mañana. Muerte blanca, nuestros protagonistas se encuentran por fin a salvo. Ellie, Homer, Fi, Kevin y Lee tratan de recuperarse de las secuelas de la guerra que asola Australia, pero la tregua entre los cinco adolescentes y el conflicto no dura demasiado, pues se les encarga la misión de guiar a un grupo militar hasta el corazón de Wirrawee, su pueblo natal. Los temores más profundos, las pesadillas más oscuras y los sentimientos más dolorosos afloran cuando el grupo se ve obligado a enfrentarse de nuevo con la parte más alterada de sus viejas vidas.
A medida que la serie avanza se hace más evidente que la supervivencia tanto física como psicológica es el ingrediente más importante en esta historia. El grupo protagonista se ve contra las cuerdas en cada giro de la trama, y los límites de la supervivencia se ven forzados un poco más cada vez que les sucede algo nuevo e inician alguna de sus particulares misiones. El resto es secundario, y las escasas concesiones al romance resultan forzadas en medio del percal en que se encuentran los personajes. A cambio, la narración en primera persona por parte de Ellie nos ofrece una visión realista de la evolución de un personaje en situaciones límite. Creo que una de las cosas que más me gusta de la saga Mañana es, precisamente, la semblanza que se nos ofrece de una verdadera heroína, alguien capaz de hacer cosas increíbles pero sin dejar de ser humana, con sus miedos, sus reflexiones y, ante todo, su innato instinto de supervivencia.
Puntuación: 8
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