miércoles, 28 de octubre de 2009

La casa dorada de Samarkanda


Título: La casa dorada de Samarkanda (La maison dorée de Samarkand/La casa dorata di Samarcanda)
Autor: Hugo Pratt

Fecha de la tercera edición española: 2008
Editorial: Norma Editorial


He aquí la crítica, al fin, de una de mis aventuras predilectas del maltés. Se trata de la segunda de leí y fue la que logró, junto a La balada del mar salado, meterme de lleno en el personaje y su universo. Más tarde descubriría factores fundamentales que diferencian este álbum de los demás, como su extensión o la crucial reaparición de algunos personajes. Pero empecemos desde el principio.

En La casa dorada de Samarkanda todo comienza con un mapa para llegar hasta un fastuoso tesoro ubicado en Oriente Próximo, que Corto encuentra por casualidad. Sin dudarlo ni un instante se embarca en la búsqueda del "Gran Oro", y como siempre, comienza a toparse con toda clase de problemas: es confundido más de una vez con un militar turco que parece ser su doble, descubre que Rasputín está preso en una terrible cárcel llamada La casa dorada de Samarkanda, por lo que tiene que rescatarle, y además le es encomendado también el rescate de una niña armenia.


La casa dorada de Samarkanda es el álbum más largo de la colección, y abarca todo un año de la vida de Corto Maltés. En él vemos desfilar tanto a viejos conocidos como Rasputín o Veneciana Stevenson como a figuras históricas como Enver Pachá o nuevos amigos como Casandra o Marianne. Una vez más el tratamiento del tiempo resulta ambiguo, y no parece que transcurra todo un año entre la primera viñeta y la última. También en La casa dorada de Samarkanda recurre Pratt a las famosas ensoñaciones que caracterizan su obra, en este caso provocadas por el hachís. En su fantasía, Corto se reencuentra con Pandora, su amor platónico, y con Rasputín, que le indica dónde se encuentra. Al no estar integrado por episodios, los acontecimientos resultan mucho más lineales.

Éste álbum cierra, como no podría ser de otro modo, la colección de películas de animación dedicadas
al inmortal personaje de Hugo Pratt. Antes de verla me temía una decepción debido a lo extenso del álbum, que probablemente no se vería íntegramente traducido a la animación debido al tiempo de duración de las películas, que no llega a la hora y media. Sin embargo, me llevé una sorpresa al comprobar que la versión animada de La casa dorada de Samarkanda es muy fiel al original, si bien condensa bastante los acontecimientos para ajustarse al tiempo del que se cuenta. La voz en off de la narradora inicial es la de la niña armenia a la que Corto tiene que cuidar, que no posee un gran protagonismo en la trama (al menos comparado con el de Pandora en La balada del mar salado, el de Morgana en Bajo el signo de Capricornio o el de Veneciana en Las Célticas), pero resulta una buena elección. En dicha introducción, el personaje no sólo resume sus vivencias y la ruta geográfica que siguió Corto antes de encontrarse con Rasputín y con ella. Aun con las limitaciones ya comentadas en otras entregas de la animación y el doblaje, el resultado es bastante bueno.

Puntuación del cómic: 10
Puntuación de la película: 7

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