lunes, 20 de septiembre de 2010

Juego de Tronos


Título: Canción de Hielo y Fuego I: Juego de Tronos
Autor: George R. R. Martin
Año de publicación: 1996
Editorial: Gigamesh

Siempre que me regalan un libro, me lo leo, ya sea antes o después. En el caso de Juego de Tronos, ha sido más de un año después de haberlo recibido. La razón es simple: no me gusta la fantasía épica. Detesto la ambientación pseudo-medieval y el tono grandilocuente con que se narran unas historias que, en su mayoría, aspiran a convertirse en el nuevo El Señor de los Anillos. Pues yo no he pasado de Las Dos Torres y mis escasas incursiones en el género han resultado sonados fracasos. El más célebre es el de El Árbol del Verano, primera parte de la trilogía El Tapiz de Fionavar, con el que no pasé de la tercera página. En resumen: que con Juego de Tronos he tenido que hacer un esfuerzo. ¿La verdad? Ha merecido la pena.

Tras un largo verano, el invierno acecha a los Siete Reinos, que gozan de una merecida paz bajo el mando del rey, Robert Baratheon, apoyado por las otras seis grandes familias. Eddard Stark, mejor amigo de Robert, rige la árida Invernalia, ubicada al norte, y vive tranquilamente con su esposa Catelyn, sus cinco hijos legítimos y su bastardo. No obstante, cuando Robert le nombra Mano del Rey en lo que él considera una merecida recompensa a las numerosas virtudes de su amigo, la rutina de los Stark desaparece para siempre. Mientras, en las Ciudades Libres, el heredero de la extinta estirpe de los Targaryen, que reinó antes de que Robert llegase al Trono de Hierro, jura que regresará a los Siete Reinos para ocupar el lugar que le corresponde, y para lograrlo casa a su hermana menor, Daenerys, con un jefe guerrero.

Juego de Tronos, primera entrega de una saga que, según Wikipedia, contará con siete volúmenes, de los cuales han visto la luz nada menos que cuatro, se adscribe a priori a todos los topicazos del género con un interesante aliciente: los numerosísimos personajes forman alianzas y cometen traiciones, formando varios bandos. No hay "buenos" y "malos", sino caracteres individuales que toman sus propias decisiones y actúan en consecuencia en el entorno en que se desenvuelven. Por esa razón, en todos los frentes hallamos personajes que nos caen bien y que nos caen mal. Destaca además el papel de los personajes infantiles, cuyas aventuras dan mucha vida a los graves acontecimientos a medida que se desarrollan.

En resumen, mi opinión de Juego de Tronos no es ni del todo mala ni del todo buena. Me ha resultado muy pesado en algunos trozos y a menudo esperaba como agua de mayo los capítulos narrados por mis personajes predilectos, sobre todo Jon Nieve y Arya Stark, y a menudo los de Daenerys Targaryen sólo por cambiar un poco de escenario. Por el otro lado, así como ha habido pasajes que me han sobrecogido profundamente, el desarrollo de Juego de Tronos no me motiva tanto como para ir corriendo a comprar su secuela, Choque de Reyes. Así que, sintiéndolo mucho por los grandes amantes de la fantasía heroica en general y de Canción de Hielo y Fuego en particular, debo anunciar que, a diferencia de tantos fans acérrimos, a mí no me ha convertido en adepta.

Puntuación: 5

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