miércoles, 8 de septiembre de 2010

Revisión: Millennium Actress


Título: Millennium Actress (Sennen Joyû)
Director: Satoshi Kon
Intérpretes (voces): Fumiko Orikasa, Mami Koyama, Shôzô Iizuka, Kôichi Yamadera
Año de estreno: 2001

El 24 de agosto se vistió de luto el mundo del manganime con el fallecimiento de Satoshi Kon, uno de los directores más creativos y queridos del mundillo que logró labrarse, con tan sólo cuatro largometrajes y una serie de animación, una muy merecida fama. Se me ocurrió que es un buen momento para homenajearle revisionando algunas de sus obras, y he decidido comenzar por su segunda película, que por cierto se halla entre mis largometrajes de animación predilectos.

Millennium Actress se inicia cuando un director de cine llamado Genya Tachibana comienza la filmación de un documental acerca de la famosa actriz Chiyoko Fujiwara y los estudios para los que trabajó toda su vida. Tras conseguir una entrevista con la anciana retirada, ésta comienza a contarle su vida desde su nacimiento, en 1923, haciendo hincapié en el motivo por el que decide hacerse actriz: para buscar a un fugitivo del que se enamora sin saber quién es y devolverle una llave que pierde en su huida. Desde ese momento, el relato se entrelaza con las películas que va rodando Chiyoko en las sucesivas etapas de su vida.

Una de las cosas que más me fascinan de Millennium Actress es la variedad de registros narrativos que abarca: a lo largo de su desarrollo no sólo conocemos a Chiyoko como mujer y como actriz, sino que presenciamos el desarrollo del cine japonés durante todo el siglo XX (las películas de propaganda política, las películas de Godzilla, el cine histórico y los propios carteles en los que aparece Chiyoko) o la propia historia del país desde el Gran Terremoto de Kantô. Las referencias culturales son muy numerosas y dan un tono increíblemente realista a la película pese al halo fantástico que rodea a la narración.

Satoshi Kon logró deleitar con Millennium Actress a propios y extraños después de sorprender gratamente con su opera prima, esa joya de culto que es Perfect Blue. Si algo demostró Satoshi Kon a lo largo de su carrera es que él no se encasillaba: fue capaz de realizar con la misma solvencia un thriller psicológico, un drama romántico, una comedia y un imaginativo relato de ciencia-ficción. De la serie de televisión que dirigió, Paranoia Agent, no puedo hablar, ya que no la he visto, pero sé que para sus fans se encuentra al mismo nivel de adoración que Perfect Blue.

Echaremos de menos a Satoshi Kon y a sus geniales películas de animación impecable, aspecto visual inconfundible y argumentos personales. Ojalá su quinta película, que quedó inacabada a su muerte y de la que se conoce el título (The Dream Machine), llegue algún día a nuestras pantallas.

Puntuación: 10

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