Título: El verdugo
Director: Luis García Berlanga
Intérpretes: José Isbert, Nino Manfredi, Emma Penella, José Luis López Vázquez
Año de estreno: 1963
Quienes me conocen saben que no soy muy amiga del cine español. Le he dado varias oportunidades y he llegado a la conclusión de que, salvo películas muy concretas, el cine que se hace en mi país no es de mi gusto, sobre todo el que se viene haciendo de un tiempo a esta parte. Por suerte, hay algunos clásicos que se salvan de la quema. Berlanga, al que descubrí gracias a la asignatura de Historia del Cine en mi último año de carrera, es uno de ellos. Hasta la fecha había visto cuatro de sus películas: ¡Bienvenido, Míster Marshall!, La vaquilla, La escopeta nacional y Patrimonio Nacional. Con ocasión de su fallecimiento me apresuré a adquirir una de sus obras más inmortales, y así le rindo mi particular homenaje.
El verdugo nos presenta a Amadeo, un anciano verdugo a punto de jubilarse que conoce en la cárcel a un enterrador llamado José Luis. Éste se enamora de la hija de Amadeo, Carmen, ya que ambos tienen algo en común: a causa de su oficio (en el caso de ella, del de su padre), no tienen relaciones de larga duración. Después de casarse, Amadeo convence a José Luis para que se haga verdugo como él y así conservar sus privilegios como funcionario del Estado, a pesar de que el joven reniega del oficio.
El verdugo es una comedia negra que nos plantea el lado humano de una profesión que todos consideramos absolutamente ignominiosa, y se nos presenta al bueno de Amadeo y al inocente José Luis como personas normales y corrientes que se buscan la vida como pueden en una época difícil. La película refleja a la perfección la morbosa fascinación que despierta la aplicación de la pena capital y al mismo tiempo el ostracismo y desprecio al que se ven sometidos los ejecutores (destaca la escena en que los cocineros de la prisión no quieren tocar a José Luis y le dejan la taza de café al alcance de la mano, como si padeciese una enfermedad contagiosa), a modo de crítica, pero sin perder nunca el tono jocoso e irónico propio de las obras de Berlanga, con el siempre entrañable Pepe Isbert como el anciano verdugo (un personaje a la altura del alcalde de Villar del Río en ¡Bienvenido, Míster Marshall!) encabezando una constelación de estrellas del cine español en el que, además de los famosos intérpretes que destaco en la ficha de la crítica, tienen pequeños papeles otros grandes de la pantalla como María Luisa Montes, Alfredo Landa, Julia Caba Alba, Ángel Álvarez y María Isbert, hija de José Isbert.
En pocas palabras, películas como El verdugo me reconcilian un poquito con el cine de mi país. Algo es algo.
Puntuación: 9
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