Título: La edad de la inocencia
Autor: Edith Wharton
Año de publicación: 1920
Editorial: RBA Coleccionables
Hoy traigo una misma historia por partida doble. Como ya hice con Orgullo y prejuicio, cuya adaptación cinematográfica vi poco después de leer la novela original, también en esta ocasión he podido ver la versión en celuloide del último clásico que he leído, dirigida nada menos que por Martin Scorsese. Pero comencemos por el principio.
Newland Archer es un joven perteneciente a la clase alta neoyorquina de finales del siglo XIX que tiene todo aquello que podría desear: un trabajo estable que no requiere demasiados esfuerzos, una familia respetuosa, una prometida encantadora, May Welland, y una serie de mudas normas que atan todos y cada uno de los aspectos de sus vidas. No obstante, Newland se cuestiona constantemente la validez de esas reglas que forman el entramado de la sociedad en que vive. El precario equilibrio en el que su forma de vida se sostiene queda al descubierto a ojos del joven cuando aparece en su vida la condesa Ellen Olenska, prima de May, de la que Newland se enamora perdidamente.
El complejo triángulo amoroso entre los muy distintos Newland, Ellen y May se ve aderezado por la pormenorizada descripción de los ambientes y costumbres de la Nueva York de la década de 1870, descripción realizada con nostalgia y cinismo al mismo tiempo. Edith Wharton conoció la sociedad en que se desarrollan los hechos, conoció ese mundo hipócrita que imitaba a Europa tanto como la despreciaba, y supo retratar en las páginas de su novela los numerosos defectos de ese mundo al mismo tiempo que nos hace admirar su fascinante decandencia. Destaca el personaje de May Welland, que personifica a la perfección esa sociedad que rodea la vida de Newland, y que nos hace preguntarnos: ¿de verdad hay tanta inocencia?
Puntuación: 6
Título: La edad de la inocencia (The age of innocence)
Director: Martin Scorsese
Intérpretes: Daniel Day-Lewis, Michelle Pffeifer, Winona Ryder, Miriam Margolyes
Año de estreno: 1993
A la altura de cualquier superproducción, y con una impresionante puesta en escena, se halla esta versión cinematográfica de la famosa novela de Edith Wharton, no la primera pero sí la más reciente, y probablemente difícil de superar en cuanto a calidad interpretativa y visual.
Scorsese pone toda la carne en el asador recreando a la perfección el ambiente relatado por Wharton en su novela. La ambientación histórica es perfecta, llena de detalles que sitúan la acción en su tiempo, como la presencia de numerosas obras de arte muy reconocibles que no resulta extraño que perteneciesen a particulares en la época. Las interpretaciones tampoco se quedan atrás: aunque el doblaje español sea un verdadero crimen, el trío protagonista se desenvuelve con sobrada facilidad dando vida a los tres vértices del afamado trío protagonista. Aunque Pffeifer y Ryder no se ciñan físicamente al cien por cien a las descripciones que ofrece Edith Wharton de la condesa Olenska y de May Welland en su novela (en la obra, la primera es morena, mientras que la segunda es rubia), las dos actrices representan sus papeles de manera sobresaliente, especialmente Winona Ryder, que en mi opinión capta toda la esencia de la cándida May. Entre los secundarios llama la atención la presencia de Geraldine Chaplin como Mrs. Welland, aunque su presencia parece meramente nominal, ya que, a diferencia de su homónima en el libro, apenas abre la boca. En realidad, la que triunfa es la abuela Mingott, un personaje casi calcado de la novela de Wharton.
Aunque algunos pasajes de la obra original se ven comprimidos y ciertos personajes desaparecen sin dejar rastro, La edad de la inocencia es una adaptación más que correcta, con numerosos diálogos tomados textualmente de la novela y una ocasional voz en off que recita algunos pasajes correspondientes al narrador y que nos permiten captar diminutos detalles que sólo son verdaderamente visibles a través de las páginas de un libro.
Puntuación: 7
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