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Título: Salvando las distancias (Going the distance)
Director: Nanette Burstein
Intérpretes: Drew Barrymore, Justin Long, Charlie Day, Jason Sudeikis
Año de estreno: 2010Aunque soy una romántica incurable, la comedia romántica rara vez me atrae. De hecho, no había visto ninguna película que se ajustara a este género desde... ni me acuerdo. Sin embargo, desde que se estrenó Salvando las distancias me sentí con ganas de verla, no sé muy bien por qué: si algún tráiler en la televisión me sugirió que podía ser divertida, si porque sale Drew Barrymore (me da buenas vibraciones esta mujer) o porque una ususaria de IMDb escribió una indignada crítica porque era una película grosera por el lenguaje que emplean los personajes. El caso es que ayer por fin me puse a verla.
Erin tiene treinta y un años y trabaja como becaria en el New York Chronicle. A poco más de un mes para que se terminen sus prácticas, conoce a Garrett, un empleado de una discográfica con miedo al compromiso (o eso dicen sus alocados colegas). Lo que comienza como un rollo de una noche acaba convirtiéndose en una sólida relación, cosa grave ya que al terminarse sus prácticas, Erin debe regresar a casa de su hermana, en San Francisco. Sin resignarse a una separación definitiva, los dos jóvenes inician una relación a distancia mientras buscan la manera de vivir en la misma ciudad.
El argumento en sí no es gran cosa ni tampoco me lo esperaba, pero lo cierto es que el tema de las relaciones a distancia me parecía interesante, sobre todo en un país tan grande como Estados Unidos, y es que los malabares de los dos protagonistas para cruzar el país de punta a punta durante un fin de semana me traen recuerdos de hace apenas unos diez años. La química entre Justin Long y Drew Barrymore llena la pantalla y provoca escenas muy divertidas, aunque como pasa siempre en estos casos, son los dos amigos del protagonista, Dan y Box, los que tienen las mejores salidas. Lástima que todo el humor se base exclusivamente en chistes sexuales: llega un momento en que dejan de hacer gracia.
En definitiva, Salvando las distancias es una de esas películas entretenidas para echar un rato, pero sin el gancho suficiente para convertirse en un emblema del género.
Puntuación: 6
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