Autor: Isabel Allende
Año de publicación: 2011
Editorial: Plaza JanésHeme aquí, la que se prometió no volver a leer nada de Isabel Allende cayera quien cayese (no por nada, sino porque sus libros, salvo honrosas excepciones, me parecen aburridos, tal y como ya manifesté al leeme La isla bajo el mar). Al parecer, esta idea no caló en mi principal proveedora de libros, es decir, mi madre, ya que a mi regreso de Berlín me encontré con El cuaderno de Maya encima de mi escritorio. ¿Qué iba a hacer? Le di las gracias por el regalo y empecé a leérmelo tan pronto como terminé Lo que el viento se llevó. Poco motivada, decidí darle una oportunidad.
La protagonista, Maya Vidal, es una joven de diecinueve años de nacionalidad estadounidense y ascendencia chilena que se dedica a narrar su vida desde su exilio en Chiloé, una diminuta isla chilena. Entremezclados con los pasajes de su infancia y adolescencia nos relata cómo se va acostumbrando paulatinamente al país de su abuela, a su gente y sus tradiciones. Cuando se centra en su pasado, descubrimos que su turbulenta adolescencia es consecuencia directa de una infancia en la que fue demasiado mimada por sus abuelos en ausencia de sus padres y del papel fundamental que supuso la muerte de su abuelo, al que adoraba, en el desarrollo de su historia posterior.
Lo cierto es que, aunque el enfoque de la historia y el desarrollo de su protagonista parecen novedosos, y al menos la autora logra que la novela no se haga pesada como otras de su producción anterior, el trasfondo de El cuaderno de Maya es el mismo de las obras anteriores de Isabel Allende; pretende que la historia nos dé pena para que empaticemos mejor con la protagonista y su dolor, pero llega un momento que el masoquismo como lectores se nos acaba, o a mí al menos. Aunque la manera de alternar pasado y presente en la narración tiene su interés, y no voy a negar que me he enganchado en algunos pasajes, no logra conectar del todo con la manera de expresarse de la muchacha. No sé muy bien por qué, pero no dejaba de ver a Isabel Allende entre las líneas de la historia supuestamente narrada en primera persona.
Puntuación: 7
Lo cierto es que a mí tampoco me llama la atención mucho este libro, y quizá sea por lo que dices, por el dolor y el sufrimiento que transmite esta escritora. Para mí leer es una manera de evadirme, me apetece visitar otros mundos (si son fantásticos y/o mágicos mejor que mejor), vivir aventuras o historias de amor, o transportarme a otras épocas como el Antiguo Egipto o la Inglaterra medieval... Bastante dolor y sufrimiento hay ya como para acrecentarlo leyendo un libro. Bss!!
ResponderEliminarYo me lo leí porque fue un regalo, la verdad es que no me motivaba demasiado. No está mal, La isla bajo el mar, por ejemplo, me deprimió mucho más. Lo malo de Isabel Allende es que, leído uno de sus libros, los tienes leídos todos. Los únicos diferentes son Las Crónicas del Águila y el Jaguar, es decir, la trilogía compuesta por La ciudad de las bestias, El reino del Dragón de Oro y El bosque de los pigmeos. Esos sí que me encantaron.
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