Título: El paciente inglés (The English patient)
Director: Anthony Minghella
Intérpretes: Ralph Fiennes, Juliette Binoche, Kristin Scott Thomas, Willem Dafoe
Año de estreno: 1996
Últimamente no ponen en televisión tantas películas que quisiera ver como antes, así que tengo este blog un tanto abandonado (a lo que se suma mi incursión en una novela bastante larga que me está llevando un tiempo). El domingo por la noche, sin ir más lejos, me dediqué a mirar canales sin esperanzas de ver nada interesante cuando El paciente inglés, prácticamente una leyenda cuando era pequeña, se topó en mi camino, y decidí darle una oportunidad a una película que tanto bombo tuvo en los años 90, dejando tras de sí las astronómicas ventas de la novela en la que se basa.
Nos encontramos a finales de la II Guerra Mundial. Hana, una joven enfermera canadiense a la que la contienda le ha arrebatado a todos sus seres queridos, decide quedarse en un monasterio abandonado en la campiña italiana para cuidar a un herido de guerra que llegó completamente quemado y sin más identificación que la etiqueta "paciente inglés". El hombre, que parece sufrir amnesia, lleva consigo un libro plagado de dibujos y recuerdos, y tras la llegada de un misterioso y afable ladrón alistado en el Ejército que responde al nombre de David Caravaggio, el paciente comienza a recordar su pasado: él es el Conde húngaro Lázsló Almásy, miembro de la Real Sociedad Geográfica, que durante una expedición en el desierto de África se enamora de Katherine Clifton, una mujer casada. El convulso desarrollo de su relación y la situación política desembocan en el trágico desenlace que el Conde acaba recordando en el monasterio italiano.
A medida que veía El paciente inglés me decía: "tampoco me parece para tanto, es la típica historia de una mujer casada que se enamora de otro". Sin embargo, los últimos cuarenta y cinco minutos de la cinta son los que verdaderamente conmueven, cuando el relato de Lázsló transmite desolación y tristeza en toda su magnitud. Su historia se mezcla con su presente, convirtiendo a Hana en una secundaria de lujo, así como a David Caravaggio, y los flashbacks a través de los que está contada la historia de Lázsló tienen un sabor a recuerdo de lo más genuino; el efecto está muy logrado.
La ambientación de las dos historias paralelas es uno de los aspectos más destacados de El paciente inglés; se consigue así que nos integremos con las dos líneas narrativas que se desarrollan con unos diez años de diferencia entre una y otra. La interpretación de los actores es impecable, aunque en mi opinión destacan Ralph Fiennes (me costó acostumbrarme a verle con nariz) y Willem Dafoe; en su caso, el personaje que interpreta tiene un papel muy secundario, aunque se intuye que podría dar mucho más de sí. El paciente inglés ganó nueve óscars entre muchos otros galardones, y la verdad es que técnicamente se trata de una película de factura impecable que deja un poco atrás un argumento algo tópico al que los personajes y las interpretaciones de éstos hacen inolvidable.
Puntuación: 9
La vi en el cine y el personaje de Fiennes me conquistó. Todavía recuerdo que al final no pude reprimir alguna lagrimilla, siempre lo he asociado al final de Memorias de África.. Bss!
ResponderEliminarprovoca volver a verla, la vi en el cine alla por los 90.
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