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Título: Red de mentiras (Body of lies)
Director: Ridley Scott
Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Russell Crowe, Mark Strong, Golshifteh Farahani
Año de estreno: 2008
Debo reconocer que el cine de espías me parece cosa del pasado, quizá porque tengo demasiado asociada la imagen del espía a esos hombres con gabardina que averiguan secretos para su gobierno, que suele ser el estadounidense, generalmente en un período comprendido entre la I Guerra Mundial y el final de la Guerra Fría. Por eso me sorprendió toparme con una película de espías que toca de cerca las guerras en Oriente Medio. Y es que, como siguen con su ritmo de vida normal, a una le cuesta acostumbrarse a que el país más poderoso del mundo esté en guerra.
Roger Ferris es un agente de la CIA destinado en Irak con la misión de atrapar al escurridizo líder terrorista Al-Saleem. Tras el fracaso de un operativo que se salda con la muerte de su contacto, Ferris es trasladado a Jordania para hacerse cargo de todas las operaciones en ese país. Así se pone en contacto con Hani Salaam, jefe del Servicio de Inteligencia Jordano. Éste se ofrece a trabajar con él para atrapar a Al-Saleem con una condición: que jamás le mienta. Ferris acepta, pero no cuenta con su desalmado jefe, Ed Hoffman, que desde Washington D. C. tiene planes muy distintos para avanzar posiciones hacia Al-Saleem. Sin embargo, cuando la operación fracasa y Ferris es acusado por Hani de haber roto su acuerdo, Hoffman y él idean un nuevo plan para atrapar a Al-Saleem.
La película se mueve en el convulso mundo de Oriente Medio mostrando una historia clásica en la que se introduce un elemento moderno que cambia la manera de hacer de los espías: la tecnología. En los primeros minutos de la cinta, Ed Hoffman realiza una disertación acerca de la manera en que los fundamentalistas islámicos utilizan los canales, llamémoslos, no tecnológicos de comunicación (lo que vendría siendo el clásico boca-a-boca) para marcar una superioridad sobre la CIA y otros servicios secretos, que se basan en sofisticados aparatos para comunicarse y realizar todo tipo de misiones. El ritmo de Red de mentiras resulta frenético, en todo momento suceden cosas y se revela información que se entreteje con lo que ya sabemos, algo parecido a la genial American Gangster.
Sin embargo, en mi opinión lo mejor de Red de mentiras son las interpretaciones. Leonardo DiCaprio da vida a un personaje solvente, aunque no tan sobresaliente por su parecido con otros a los que interpreta en películas recientes; no obstante, lleva de maravilla todo el peso de la acción. Pero el que brilla con luz propia es -no podía ser de otra forma- Russell Crowe como Ed Hoffman, el inclasificable jefe de Ferris, un personaje que logra hacerse odioso por la frialdad con la que maneja los acontecimientos, sin escrúpulo ninguno: no trabaja sobre el terreno y es de esas personas que piensan que el fin justifica los medios. La manera en que el actor desarrolla el personaje resulta francamente interesante, y sus intervenciones a lo largo de la película nos dejan el regusto de que hay algo raro relacionado con el pez gordo de la CIA... Entre Ferris y Hoffman se reparten ellos solos el peso de Red de mentiras, con permiso, claro, del resto de personajes, mucho más secundarios.
Puntuación: 8
La vi hace tiempo y me gustó bastante, aunque debo confesar que Russel Crowe no es de mis actores favoritos... Bss!
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