Iron Man

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Título: Iron Man
Director: Jon Favreau
Intérpretes: Robert Downey Jr., Gwyneth Paltrow, Terrence Howard, Jeff Bridges
Año de estreno: 2008

Aunque soy una ávida lectora de cómics, el americano nunca me ha atraído especialmente. Cierto es que mis contactos con el mismo se limitan a las páginas de Spider-Man que recogía la revistilla Gente Menuda que daban los domingos con el periódico que se compraba en casa de mis abuelos, pero a decir verdad, empecé a interesarme por la compleja mitología de los supehéroes de Marvel y DC cuando comencé a ver las películas que adaptaban las aventuras de los mismos, comenzando por la que considero una de las mejores: la primera X-Men, estrenada en el año 2000. Desde entonces, pocas son las que no he visto, y la aclamada Iron Man era una de ellas, así que, cuando comprobé que la ponían en televisión, no perdí la oportunidad de verla.

Tony Stark es un hombre de negocios escandalosamente rico que dirige Stark Industries, una poderosa empresa de fabricación de armas. Durante una demostración en Afganistán de su nuevo producto, Tony es secuestrado por un grupo de fundamentalistas musulmanes que le exigen que fabrique una réplica del misil que iba a vender al Ejército norteamericano. Con la ayuda del Doctor Yinsen, otro genio secuestrado que le salva la vida instalándole un imán en el pecho que impide que fragmentos de metralla naveguen hasta su corazón y le maten, Tony diseña una compleja armadura de hierro con la que consigue escapar. Al regresar a Estados Unidos, con su mentalidad completamente cambiada, rediseña la armadura para luchar contra el crimen. La prensa no tarda en encontrar un nombre para el nuevo héroe: Iron Man.

Además de los efectos especiales de rigor, sencillamente espectaculares (no en vano la película estuvo nominada a los Óscars a Mejor Sonido y Mejores Efectos Visuales), Iron Man posee la extraña cualidad de enganchar desde el minuto uno, y eso que en realidad esta película parece más bien una precuela de su secuela, Iron Man 2, ya que más de la mitad del metraje se centra en mostrarnos cómo desarrolla Tony su armadura. En ese sentido, podría establecerse cierto paralelismo con Batman begins (irónicamente, Bruce Wayne y Tony Stark tienen mucho en común para ser criaturas de empresas rivales), que no obstante mostraba la conversión de Bruce en Batman como un proceso más bien psicológico. Eso se debe también a la naturaleza cínica y gamberra de Tony Stark, un personaje hecho a la medida de Robert Downey Jr., en el que parece sentirse más que a gusto y al que dota de su particular carisma. La réplica femenina se la da una Gwyneth Paltrow a la que jamás nos imaginaríamos en esta clase de películas, pero que dibuja a una Pepper Potts interesante y creíble; entre los dos dan lugar a una tensión sexual no resuelta verdaderamente genial. Entre los grandes actores que aparecen en la película, quizá el que más me chirría es Jeff Bridges como el villano Obadiah Stane, ya que no acabo de verle convencido de su personaje. Pero, en definitiva, es una impresión.

La película Iron Man tuvo tanto éxito que en 2010 vio la luz una secuela, Iron Man 2, y el estudio ha prometido un Iron Man 3 para 2013. Pero antes de eso tendremos ocasión de volver a ver a Tony Stark en Los Vengadores este mismo año. Y sí, me muero de ganas.

Puntuación: 9