Imagen de Wikipedia |
Director: Frank Darabont
Intérpretes: Tim Robbins, Morgan Freeman, Bob Gunton, William Sadler
Año de estreno: 1994
Aunque soy una lectora apasionada, debo confesar que la obra de Stephen King siempre me ha echado un poco para atrás. Probablemente se deba a que siempre he asociado a este autor con el género del terror, el único al que me resisto, y como para apoyar mi teoría, ahí están esos clásicos del género tanto en novela como en cine que son Carrie, El resplandor, It, Los chicos del maíz o Christine. Por eso sólo he leído la primera entrega de La Torre Oscura, aunque debo reconocer que últimamente el revisionado de La milla verde y el tardío descubrimiento de Cadena perpetua están logrando que me plantee conocer mejor al famoso autor de Maine.
Nos encontramos en 1947. Un banquero llamado Andy Dufresne es condenado a cadena perpetua por el asesinato de su esposa y el amante de ésta. Al llegar a la prisión de Shawshank, Andy traba amistad con Red, un preso veterano que consigue objetos desde el exterior. Los años pasan hasta convertirse en décadas, y Andy consigue granjearse la amistad de los presos y la confianza de los funcionarios de la prisión, cambiando las vidas de todos ellos.
Cadena perpetua me recordó mucho a La milla verde, que rodó Darabont cinco años después, y no sólo por estar ambientadas en prisiones. Hay algo en la atmósfera de las dos películas que coincide, y una no puede evitar preguntarse si la similitud procede del director que dio a luz las dos películas o la fuente original, ya que tienen un aire muy similar, lo cual no quiere decir que vaya a establecer comparaciones entre ellas. Cada una es magnífica por separado, y si algo se puede decir de ambas es que poseen un poder para conmover sencillamente impresionante.
Cadena perpetua es una película de excelente factura técnica, con detalles cuidados al máximo que se adaptan a la perfección a la trama para hacerla hipnótica de principio a fin. Destacan las interpretaciones de los actores, sobre todo Tim Robbins y Morgan Freeman como Andy y Red, que logran una implicación espectacular y transmiten un verdadero sentido de amistad a medida que avanza la película, pero sobre todo en la última media hora. Lo cierto es que, viéndola, una se explica que sea un verdadero clásico: tiene un encanto muy particular y transmite, de algún modo, una enorme paz, como si, a lo largo del desenlace, se demostrase que hay justicia en el mundo, después de todo.
Puntuación: 9
Cadena perpetua es una película de excelente factura técnica, con detalles cuidados al máximo que se adaptan a la perfección a la trama para hacerla hipnótica de principio a fin. Destacan las interpretaciones de los actores, sobre todo Tim Robbins y Morgan Freeman como Andy y Red, que logran una implicación espectacular y transmiten un verdadero sentido de amistad a medida que avanza la película, pero sobre todo en la última media hora. Lo cierto es que, viéndola, una se explica que sea un verdadero clásico: tiene un encanto muy particular y transmite, de algún modo, una enorme paz, como si, a lo largo del desenlace, se demostrase que hay justicia en el mundo, después de todo.
Puntuación: 9