Director: Terence Davies
Intérpretes: Rachel Weisz, Tom Hiddleston, Simon Russell Beale, Ann Mitchell
Año de estreno: 2011
Ahora que el papel de Loki en Thor y en Los Vengadores le ha hecho conocido, una fan fatal como yo busca desesperadamente películas en las que aparezca Tom Hiddleston. El londinense, cuya carrera hasta 2011 se había desarrollado mayoritariamente en teatro y televisión, está en boca de todos en ciertos foros en Internet que no tardaron en contagiarme su entusiasmo por él. Por eso decidí ir al cine a ver The Deep Blue Sea, una celebrada cinta premiada en festivales el año pasado en la que desempeña un papel protagonista.
The Deep Blue Sea nos cuenta la historia de Hester Collyer, una mujer que hacia 1950 vive una existencia convencional y aburrida con su esposo, William Collyer, juez del Tribunal Supremo. No obstante, al conocer a Freddie Page, ex piloto de la RAF, Hester se enamora perdidamente lo deja todo por estar con él, aunque sabe que Freddie no la ama de la misma manera que ella a él. Mediante una serie de largos flashbacks, descubrimos el proceso de las relaciones de Hester tanto con su marido como con Freddie, la manera en la que una interfiere con la otra y el descubrimiento de su protagonista de las distintas facetas del amor.
The Deep Blue Sea adapta la obra teatral homónima de Terence Rattigan, estrenada en 1952 y anteriormente llevada a la pantalla con Vivien Leigh, Kenneth More y Emlym Williams como el trío protagonista. La época en la que fue escrita se deja ver en las reacciones de Hester y su manera de someterse a Freddie en cierto momento de la película; no me considero feminista, pero más de una vez me enervó su sumisión y su reacción, si bien la historia trata de transmitirnos la naturaleza de sus sentimientos. No obstante, uno de los temas cruciales del desarrollo de la historia de amor en The Deep Blue Sea, que es el comportamiento escandaloso (para la época) de las acciones de Hester apenas aparece reflejado, de manera que el argumento acaba como un drama intimista más.
La película se recrea en largas escenas de gran belleza, con un halo borroso y la atmósfera sombría de la posguerra, pero adolece de una lentitud casi enervante que logra que la película parezca mucho más larga de lo que es en realidad. Sólo es un defecto, pero en mi opinión es lo bastante grave como para lastrar toda la película, que en ciertos momentos me resultó infumable.
Puntuación: 4
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