jueves, 31 de enero de 2013

Mañana, cuando la guerra empiece

Título: Mañana, cuando la guerra empiece
Autor: John Marsden
Año de publicación: 1993
Editorial: Molino


Si el éxito de Crepúsculo logró que se publicase en España la saga Crónicas Vampíricas, cuyas cuatro primeras entregas triunfaron en Estados Unidos a principios de los 90, quizá haya quien abrace la teoría de que ha sido el boom de Los Juegos del Hambre lo que ha conseguido que aterrizara, hace dos años, la primera entrega de una saga súperventas en Australia, país natal del autor. La saga Mañana, que consta de siete novelas publicadas entre 1993 y 1999 (más otros tres libros que forman The Ellie Chronicles, que vieron la luz entre 2003 y 2006) es un auténtico hito en la bibliografía de su prolífico autor, y la primera entrega fue adaptada en un largometraje que se estrenó, sin demasiada pena ni gloria, en 2010. Está visto que sólo los productos estadounidenses reclaman la atención que merecen. No sé muy bien cómo llegó a mis manos la información acerca de la existencia de esta saga, pero sí sé que su premisa me pareció sencillamente fascinante.

Ellie y su mejor amiga, Corrie, organizan una acampada en un paraje de difícil acceso conocido como el Infierno en las semanas finales de las vacaciones de verano previas al inicio de su último año de instituto. Un grupo de amigos se unen a ellas, la mayoría hijos de granjeros, como ellas, salvo dos, de orígenes muy diversos. Al regresar a casa tras una semana en el Infierno, los chicos descubren que todas las granjas parecen abandonadas, no hay electricidad ni teléfono. No tardan en descubrir que Australia ha sido invadida por una nación extranjera, y desde ese momento centran todos sus esfuerzos en dos objetivos principales: descubrir qué demonios sucede y, ante todo, mantenerse juntos, con vida y a salvo.

Hay varios puntos en Mañana, cuando la guerra empiece que encontré muy interesantes en la novela. Para empezar, está el país en el que se desarrolla. Aunque la región de Australia en la que tiene lugar la acción es ficticia, Marsden demuestra conocer su país describiendo una geografía muy precisa y detallando accidentes del terreno, tipo de vegetación e incluso animales de la zona, estableciendo descripciones no sólo de la naturaleza salvaje, sino también de las granjas y la vida rural. Acostumbrada como estoy a leer novelas que se desarrollan en Estados Unidos (sobre todo en narrativa juvenil), la ambientación australiana es un soplo de aire fresco, que resulta además absorbente. También es de gran interés la época en que tiene lugar, pues no es ciencia-ficción: se desarrolla en el presente, en plenos años noventa, y en los momentos más tensos me gritaba: "¡Coged un móvil!". Parecerá una tontería, pero detalles como ésos ayudan a hacer más angustiosa la acción, pues todo resulta a la vez cercano y lejano en el tiempo. Me gustó mucho que los personajes sean hijos de granjeros y que estén acostumbrados al esfuerzo físico, pues hace creíbles numerosos giros de la trama, acciones y reacciones de los personajes, que de lo contrario habrían resultado forzados. Y aunque el curso de los acontecimientos es lento (no pasan demasiadas cosas en la primera novela), al mismo tiempo los personajes no dejan de moverse, de cometer errores de los que se comprometen a aprender (otro detalle verosímil) y de hacer planes que no salen a pedir de boca, de manera que, aunque al finalizar la novela tenemos la sensación de no saber nada, la necesidad de conocer los detalles de la invasión y el devenir del grupo hace necesaria la lectura de la segunda entrega (estoy deseando que caiga en mis manos).

El único aspecto negativo es, en mi opinión, la perspectiva en primera persona de la protagonista. Me da la sensación de que el autor, al ser hombre, no logra meterse tanto en la piel de su heroína como sí lo hacen muchas autoras en las suyas (léase Katniss Everdeen en Los Juegos del Hambre, Lena Holoway en Delirium o incluso Bella Swan en Crepúsculo), y aunque hay romance, persiste en torno a éste cierto aire de banalidad, o quizá se deba a que el autor no ahonda en él, y eso que la propia tesitura de la historia ofrece  los ingredientes necesarios para darle al romance una fuerza muy especial. Pero quién sabe, quizá ese aspecto mejore, tengo seis libros más de la saga por delante. Y de todas formas, el estilo de Marsden se centra tanto en la supervivencia que logra hacer del romance un tema secundario.

De las siete entregas de la saga (diez, si le sumamos The Ellie Chronicles), Molino ha publicado en España las tres primeras, titulando la segunda En tierra de tinieblas (el original es The dead of the night, "Los muertos de la noche") y la tercera Muerte blanca (en inglés The third day, the frost, "El tercer día, la helada"). Sinceramente, no sé si seré capaz de aguantar el ritmo de la publicación española, pues Mañana, cuando la guerra empiece me enganchó muchísimo y me lo leí en dos sentadas. Pero antes de empezar con la continuación, quiero ver la película... Inevitable, ¿no?

Puntuación: 9

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