Imagen de Wikipedia |
Intérpretes: Robin Williams, Nathan Lane, Gene Hackman, Dianne Wiest
Año de estreno: 1996
Ahora que el matrimonio y la adopción por parte de homosexuales, entre otros derechos del colectivo LGTB está más a la orden del día que nunca, no resulta complicado dar con películas que tratan estos temas, ya sean dramas o comedias. Sin embargo, sigue habiendo muchos clichés, y hasta hace poco era difícil encontrar una película que tratase estos temas sin complejos. Una jaula de grillos, remake estadounidense del filme franco-italiano Vicios pequeños, que adaptaba a su vez la obra de teatro La jaula de las locas (que data de nada menos que de 1973), es una de ellas, y aunque cambia la ambientación de la historia para trasladarla a un escenario estadounidense, como suele suceder con los remakes, mantiene la esencia del original, su sarcasmo y su buen humor.
Armand y Albert son una pareja de gays de mediana edad que regentan un exitoso club de drag queens en South Beach, Florida: Armand es el dueño, mientras que Albert es la estrella principal. Juntos criaron a Val, el hijo universitario de Armand, que un buen día les sorprende con la noticia de que quiere casarse con una chica a la que conoció en la Universidad. La afortunada es Barbara Keeley, hija de un senador ultraconservador de Ohio y cofundador de la Coalición para el Orden Moral. Pero cuando uno de sus colegas más cercanos y fundador con él de la Coalición aparece muerto en la cama de una prostituta negra y menor de edad, la única escapatoria que encuentran los Keeley es viajar a South Beach para conocer a la familia del prometido de su hija. Eso sí, ella les ha asegurado que son una familia ejemplar en el orden ideológico de sus propios padres, así que Armand y Albert se encuentran con la obligación de convertirse en una familia completamente diferente en tan sólo tres días.
No son pocos los temas y situaciones que aparecen en Una jaula de grillos y hemos visto en otras películas de temática similar, pero ésta tiene la virtud de contar con un buen humor y un optimismo ejemplares, con un Robin Williams cuyo papel, de múltiples facetas, resulta de lo más interesante aunque se podría haber ahondado más en algunas de ellas y que además no se queda en la reflexión de que una pareja del mismo sexo puede dar a un hijo una estabilidad emocional que los detractores del matrimonio homosexual no creen posible, sino que explora los problemas de pareja en dos personas del mismo sexo de una manera que suele aplicarse a parejas heterosexuales, como si el deseo decreciente o el peso de la edad sólo afectasen a personas de distinto sexo unidas en una relación de larga duración.
Una jaula de grillos es divertida, simpática y con clichés muy divertidos y amables que hacen de ella una comedia agradable y positiva.
Puntuación: 7
Ví esta película hace muchos años, y aunque me esperaba más de Robin Williams y se quedaba, como dices, en la superficie del tema que trata, en general me pareció divertida. Besitos!
ResponderEliminar