domingo, 24 de noviembre de 2013

Darkest Mercy

Imagen de www.melissa-marr.com
Título: Darkest mercy
Autor: Melissa Marr
Año de publicación: 2011
Editorial: HarperTeen


Con tantas series que comienzan o están a la espera de la publicación de nuevas entregas, resulta casi un alivio llegar a finalizar alguna y llegar a saber qué ha sido de los personajes que las protagonizan. Darkest mercy cierra una de las sagas más incomprendidas de la narrativa juvenil publicada en España, donde como sabéis, nunca ha visto la luz por completo.

En Darkest mercy confluyen las historias de los personajes presentados a lo largo de Encanto fatal, Tinta peligrosa, Fragile eternity y Radiant shadows cuando Bananach, el hada que encarna la guerra, pone en jaque el equilibrio entre Cortes y la supervivencia del mismo mundo feérico. Los regentes se encuentran con la necesidad de dejar atrás dudas, discordias y rencores para formar una alianza que derrote a Bananach de una vez y para siempre. Pero antes, Keenan debe decidirse entre su Reina, Aislinn, y su verdadero amor, Donia; Niall deberá descender a los infiernos tras la devastadora muerte de alguien muy cercano para él y Seth será la víctima de su dolor abrasador; la Caza perderá miembros para ganar otros y nada en el mundo de las hadas volverá a ser el mismo.

Desde que empecé a leer esta saga (en español y no mucho después de la publicación de su primera secuela en nuestro país, cómo pasa el tiempo) me di cuenta de que era muy distinta a otras que se publicaban en aquella época. La narrativa romántica juvenil gozaba de un renacer dorado gracias a la alargada sombra del fenómeno Crepúsculo, y no fueron pocas las sagas que florecieron gracias al mismo, sobre todo de temática vampírica (unas cuantas han aparecido en este blog), a las que más tarde se unieron más criaturas sobrenaturales. Las hadas siniestras y decimonónicas de esta saga no acabaron de encajar con las sagas reinantes, y creo que fue ése el motivo por el que la publicación de los volúmenes restantes cayó en el olvido. A pesar del tiempo que ha pasado y del éxito de otras vertientes de narrativa juvenil, las novelas sobre hadas no han llegado a tener éxito, y es una verdadera pena. El desarrollo de esta saga cuenta con un universo basado en leyes muy antiguas pero con una estética narrativa muy moderna y poderosa, alternativa y que llega a enganchar. Sus personajes tienen características muy personales y la imaginería asociada a las hadas desde hace siglos queda actualizada de una manera muy visual.

De las cinco entregas de la serie, quizá Darkest mercy sea la más convencional, aunque eso no significa, en absoluto, que sea mala. Se limita a dar conclusión a un conflicto que asomaba la cabeza en las páginas de las novelas precedentes, cargadas de tensiones políticas entre Cortes de hadas, traiciones, amores desgarrados y mucha angustia casi existencial. Es posible que hubiese resultado más impactante si se hubiera decidido por dar giros dramáticos más drásticos, sobre todo en la batalla final; el resultado de la misma resulta demasiado complaciente con el lector en contraste con la intensidad del combate y la manera en que se relatan las luchas entre hadas pertenecientes a las distintas facciones.

Se podría decir, en pocas palabras, que Darkest mercy no está mal, pero que podría haber estado mucho mejor. Pone punto y final a una de esas sagas en las que su mundo y sus personajes resultan mucho más interesantes que su propia historia; a ésos los voy a echar mucho de menos.

Puntuación: 7

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