Título: Tiana y el sapo (The princess and the frog)
Director: Ron Clements y John Musker
Intérpretes (voces): Anika Noni Rose, Bruno Campos, Keith David, Michael-Leon Wooley
Año de estreno: 2009
Como buena amante del cine de Disney que soy, esperaba con impaciencia el estreno de The princess and the frog o Tiana y el sapo, como la han llamado en España. Para quienes no lo recuerden, apuntaré que la factoría Disney no había hecho una película en dos dimensiones desde Zafarrancho en el rancho, estrenada en 2004, que personalmente no he visto. De hecho en mi opinión la calidad del estudio descendió bastante desde el año 2000, exceptuando quizá ese ingenio que es Lilo y Stitch, que aun siendo muy divertida, carece de la magia de la que están imbuidas obras maestras como La sirenita, Pocahontas o Dumbo, remontándonos a épocas más remotas. Tiana y el sapo recupera lo que Disney siempre tuvo y parecía haber perdido: un cuento de hadas con final feliz capaz de maravillar al espectador.
Lo cierto es que Tiana no es una princesa, sino una trabajadora joven que ignora toda clase de diversiones que le ofrece su Nueva Orleans natal en plenos años 20 en aras de su sueño, que no es otro que montar un restaurante. Lo que sí hay es un príncipe: se llama Naveen, procede de Maldonia y tiene la urgente necesidad de contraer matrimonio con una rica heredera si quiere mantener a flote su costoso tren de vida: fiestas, jazz y ligues son su pan de cada día. Pero cuando un hechizo le convierte en un sapo, su prioridad pasa a ser encontrar una princesa que, al besarle, le devuelva a su forma original, y tiene la gran suerte de encontrar a una. Pero como Tiana no es más que una camarera disfrazada, sucede lo contrario de lo que esperaban: no sólo Naveen no vuelve a ser humano, sino que además es Tiana quien se transforma en rana...
Una historia muy clásica, ¿verdad? Está inspirada en la novela homónima, es decir, La princesa y el sapo, de E. D. Baker, inspirada a su vez en uno de los cuentos clásicos de los hermanos Grimm, El príncipe rana. Y en este punto empiezo a opinar.
Francamente, a mí me ha gustado mucho. Lo cierto es que en los últimos años había empezado a perder la fe en Disney, será porque no he visto Bolt, de la que sólo se oyen cosas buenas. En cambio, las películas de Pixar, que al principio no es que me entusiasmasen precisamente, me iban gustando cada vez más. Tiana y el sapo recupera el sabor de esas películas que marcaron mi infancia, es decir, la animación disneyana de los novena, desde La sirenita (una de mis películas preferidas) a Aladdín o La bella y la bestia (película que siempre he considerado sobrevalorada pero que no niego que esté muy bien hecha), entre muchas otras. La historia es clásica del estilo Disney, con momentos graciosos a gusto de grandes y pequeños y cierto romanticismo algo cursi pero cien por cien Disney. Los personajes están muy bien tratados y resultan novedosos entre los más famosos del estudio: Tiana es decidida y enérgica como Mulán, pero Naveen es realmente innovador: narcisista, petulante y muy caradura, su único referente es el príncipe Edward de Encantada, que aún así queda bastante lejos porque éste es una parodia del típico "príncipe azul", mientras que Naveen tiene, directamente, más cara que espalda. Los secundarios, típicos animales antropomorfizados de la factoría, adaptan las criaturas predominantes en la zona del río Mississippi: un caimán llamado Louis y una luciérnaga llamada Ray que además es cajún; ambos aportan a la trama ese color que sólo hacen posible dichas criaturas, igual que Sebastián en La sirenita o el inestimable Baloo en El libro de la selva. Por último, hay un villano: un mago vudú llamado Doctor Facilier a quien pone voz en español Javier Gurruchaga, dotándole de un carisma que de todas formas ya le sobraba. Es un malvado hipnótico y genial, uno de los mejores en mi opinión.
Al igual que otras películas del estudio, Tiana y el sapo es musical: a lo largo de la trama los personajes cantan varias canciones; la mejor es sin duda Almost there (Yo llegaré en español), en la que Tiana hace planes para hacer realidad su sueño.
En resumen, a Disney le ha salido esta vez una película redonda, clásica y muy nueva al mismo tiempo, ideal para los nostálgicos que recordamos con ternura aquellas películas de antaño.
Puntuación: 10
Director: Ron Clements y John Musker
Intérpretes (voces): Anika Noni Rose, Bruno Campos, Keith David, Michael-Leon Wooley
Año de estreno: 2009
Como buena amante del cine de Disney que soy, esperaba con impaciencia el estreno de The princess and the frog o Tiana y el sapo, como la han llamado en España. Para quienes no lo recuerden, apuntaré que la factoría Disney no había hecho una película en dos dimensiones desde Zafarrancho en el rancho, estrenada en 2004, que personalmente no he visto. De hecho en mi opinión la calidad del estudio descendió bastante desde el año 2000, exceptuando quizá ese ingenio que es Lilo y Stitch, que aun siendo muy divertida, carece de la magia de la que están imbuidas obras maestras como La sirenita, Pocahontas o Dumbo, remontándonos a épocas más remotas. Tiana y el sapo recupera lo que Disney siempre tuvo y parecía haber perdido: un cuento de hadas con final feliz capaz de maravillar al espectador.
Lo cierto es que Tiana no es una princesa, sino una trabajadora joven que ignora toda clase de diversiones que le ofrece su Nueva Orleans natal en plenos años 20 en aras de su sueño, que no es otro que montar un restaurante. Lo que sí hay es un príncipe: se llama Naveen, procede de Maldonia y tiene la urgente necesidad de contraer matrimonio con una rica heredera si quiere mantener a flote su costoso tren de vida: fiestas, jazz y ligues son su pan de cada día. Pero cuando un hechizo le convierte en un sapo, su prioridad pasa a ser encontrar una princesa que, al besarle, le devuelva a su forma original, y tiene la gran suerte de encontrar a una. Pero como Tiana no es más que una camarera disfrazada, sucede lo contrario de lo que esperaban: no sólo Naveen no vuelve a ser humano, sino que además es Tiana quien se transforma en rana...
Una historia muy clásica, ¿verdad? Está inspirada en la novela homónima, es decir, La princesa y el sapo, de E. D. Baker, inspirada a su vez en uno de los cuentos clásicos de los hermanos Grimm, El príncipe rana. Y en este punto empiezo a opinar.
Francamente, a mí me ha gustado mucho. Lo cierto es que en los últimos años había empezado a perder la fe en Disney, será porque no he visto Bolt, de la que sólo se oyen cosas buenas. En cambio, las películas de Pixar, que al principio no es que me entusiasmasen precisamente, me iban gustando cada vez más. Tiana y el sapo recupera el sabor de esas películas que marcaron mi infancia, es decir, la animación disneyana de los novena, desde La sirenita (una de mis películas preferidas) a Aladdín o La bella y la bestia (película que siempre he considerado sobrevalorada pero que no niego que esté muy bien hecha), entre muchas otras. La historia es clásica del estilo Disney, con momentos graciosos a gusto de grandes y pequeños y cierto romanticismo algo cursi pero cien por cien Disney. Los personajes están muy bien tratados y resultan novedosos entre los más famosos del estudio: Tiana es decidida y enérgica como Mulán, pero Naveen es realmente innovador: narcisista, petulante y muy caradura, su único referente es el príncipe Edward de Encantada, que aún así queda bastante lejos porque éste es una parodia del típico "príncipe azul", mientras que Naveen tiene, directamente, más cara que espalda. Los secundarios, típicos animales antropomorfizados de la factoría, adaptan las criaturas predominantes en la zona del río Mississippi: un caimán llamado Louis y una luciérnaga llamada Ray que además es cajún; ambos aportan a la trama ese color que sólo hacen posible dichas criaturas, igual que Sebastián en La sirenita o el inestimable Baloo en El libro de la selva. Por último, hay un villano: un mago vudú llamado Doctor Facilier a quien pone voz en español Javier Gurruchaga, dotándole de un carisma que de todas formas ya le sobraba. Es un malvado hipnótico y genial, uno de los mejores en mi opinión.
Al igual que otras películas del estudio, Tiana y el sapo es musical: a lo largo de la trama los personajes cantan varias canciones; la mejor es sin duda Almost there (Yo llegaré en español), en la que Tiana hace planes para hacer realidad su sueño.
En resumen, a Disney le ha salido esta vez una película redonda, clásica y muy nueva al mismo tiempo, ideal para los nostálgicos que recordamos con ternura aquellas películas de antaño.
Puntuación: 10
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