Título: Vacaciones en el Infierno
Autor: Sarah Mlynowski, Claudia Gray, Maureen Johnson, Cassandra Clare y Libba Bray
Año de publicación: 2009
Editorial: Alfaguara
Hacia febrero del año pasado, en plena histeria desatada por la primera película de Crepúsculo y a la espera de la salida al mercado del desenlace de la saga, Alfaguara decidió exprimir un poco más la gallina de los huevos de oro y publicó una antología de relatos de romance paranormal, uno de esa clase de libros que tanto gustan en Estados Unidos, llamada Noches de baile en el Infierno, cuya gracia principal residía en que todos esos relatos tenían como tema central un prom, es decir, un baile de fin de curso en un instituto. El principal reclamo era, claro, el hecho de que uno de dichos relatos hubiese surgido de la pluma de Stephenie Meyer. Un año más tarde y con muchísimas novelas más del mismo género publicadas por distintas editoriales, Alfaguara ha aprovechado que la mayoría de dichos autores son conocidos en España para publicar dos volúmenes más en la misma tónica: Vacaciones en el Infierno y Amor en el Infierno.
Como no podría ser de otra manera, Vacaciones en el Infierno tiene como tema central unas vacaciones, y cada autora hace uso de ellas para introducir una historia adolescente. Aunque la contraportada del libro anuncia que se trata de historias de romance paranormal, lo cierto es que el romance brilla por su ausencia, lo cual nos deja con publicidad engañosa. Se trata de cinco simples relatos de terror protagonizados por adolescentes. En el crucero, de Sarah Mlynowski (autora desconocida en España), nos topamos con dos amigas, Kristin y Liz, que disfrutan de un crucero bajo la amenaza de ataques vampíricos. Tu novia no me cae bien, de Claudia Gray (autora de Medianoche y Adicción, dos partes de una tetralogía sobre vampiros bastante buena para mi gusto, publicada por Montenta), se centra en Cecily, una aspirante a bruja enamorada del novio de su acérrima enemiga durante el viaje anual a Carolina del Norte. La ley de sospechosos, de Maureen Johnson (también desconocida en nuestro país), narra las vaciones de Charlotte y Marie-Louise, alias Charlie y Marylou, en un pueblo de la Provenza perseguidas por una leyenda de la Revolución Francesa. La casa de los espejos, de Cassandra Clare (conocida gracias a la trilogía Cazadores de Sombras, publicada en España por Planeta), tiene como protagonista a Violet, que acompaña a su madre y al nuevo marido de ésta en su luna de miel a Jamaica mientras suspira por Evan, su hermanastro, bajo la amenaza de una mujer con poderes misteriosos. Por último, No existe lugar seguro, de Libba Bray (autora de la trilogía formada por La Orden de la Academia Spence, Ángeles rebeldes y Dulce y lejano, publicadas por la editorial Molino), tiene para variar un protagonista masculino: Poe Yamamoto, un muchacho norteamericano de origen asiático que, durante un viaje en tren por Europa del Este junto a sus amigos Baz, John e Isabel, llega a un pequeño pueblo llamado Necuratul cuyos habitantes poseen un tétrico pasado unido al culto al Diablo.
Apasionantemente originales, ¿verdad? Obviamente, esperaba otra cosa cuando compré este libro, como por ejemplo... lo que anuncia su contraportada. El romance no llega casi ni a anecdótico y, aunque no puedo negar que me ha entretenido, lo cierto es que esperaba algo más, sobre todo de Claudia Gray y Libba Bray, dos autoras cuyos libros me gustan mucho.
Puntuación: 6
Autor: Sarah Mlynowski, Claudia Gray, Maureen Johnson, Cassandra Clare y Libba Bray
Año de publicación: 2009
Editorial: Alfaguara
Hacia febrero del año pasado, en plena histeria desatada por la primera película de Crepúsculo y a la espera de la salida al mercado del desenlace de la saga, Alfaguara decidió exprimir un poco más la gallina de los huevos de oro y publicó una antología de relatos de romance paranormal, uno de esa clase de libros que tanto gustan en Estados Unidos, llamada Noches de baile en el Infierno, cuya gracia principal residía en que todos esos relatos tenían como tema central un prom, es decir, un baile de fin de curso en un instituto. El principal reclamo era, claro, el hecho de que uno de dichos relatos hubiese surgido de la pluma de Stephenie Meyer. Un año más tarde y con muchísimas novelas más del mismo género publicadas por distintas editoriales, Alfaguara ha aprovechado que la mayoría de dichos autores son conocidos en España para publicar dos volúmenes más en la misma tónica: Vacaciones en el Infierno y Amor en el Infierno.
Como no podría ser de otra manera, Vacaciones en el Infierno tiene como tema central unas vacaciones, y cada autora hace uso de ellas para introducir una historia adolescente. Aunque la contraportada del libro anuncia que se trata de historias de romance paranormal, lo cierto es que el romance brilla por su ausencia, lo cual nos deja con publicidad engañosa. Se trata de cinco simples relatos de terror protagonizados por adolescentes. En el crucero, de Sarah Mlynowski (autora desconocida en España), nos topamos con dos amigas, Kristin y Liz, que disfrutan de un crucero bajo la amenaza de ataques vampíricos. Tu novia no me cae bien, de Claudia Gray (autora de Medianoche y Adicción, dos partes de una tetralogía sobre vampiros bastante buena para mi gusto, publicada por Montenta), se centra en Cecily, una aspirante a bruja enamorada del novio de su acérrima enemiga durante el viaje anual a Carolina del Norte. La ley de sospechosos, de Maureen Johnson (también desconocida en nuestro país), narra las vaciones de Charlotte y Marie-Louise, alias Charlie y Marylou, en un pueblo de la Provenza perseguidas por una leyenda de la Revolución Francesa. La casa de los espejos, de Cassandra Clare (conocida gracias a la trilogía Cazadores de Sombras, publicada en España por Planeta), tiene como protagonista a Violet, que acompaña a su madre y al nuevo marido de ésta en su luna de miel a Jamaica mientras suspira por Evan, su hermanastro, bajo la amenaza de una mujer con poderes misteriosos. Por último, No existe lugar seguro, de Libba Bray (autora de la trilogía formada por La Orden de la Academia Spence, Ángeles rebeldes y Dulce y lejano, publicadas por la editorial Molino), tiene para variar un protagonista masculino: Poe Yamamoto, un muchacho norteamericano de origen asiático que, durante un viaje en tren por Europa del Este junto a sus amigos Baz, John e Isabel, llega a un pequeño pueblo llamado Necuratul cuyos habitantes poseen un tétrico pasado unido al culto al Diablo.
Apasionantemente originales, ¿verdad? Obviamente, esperaba otra cosa cuando compré este libro, como por ejemplo... lo que anuncia su contraportada. El romance no llega casi ni a anecdótico y, aunque no puedo negar que me ha entretenido, lo cierto es que esperaba algo más, sobre todo de Claudia Gray y Libba Bray, dos autoras cuyos libros me gustan mucho.
Puntuación: 6
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