Título: Los vampiros de Morganville II: El baile de las chicas muertas
Autor: Rachel Caine
Año de publicación: 2007
Editorial: Versátil
Tengo un pequeño defecto, y es que las sagas me producen una insaciable curiosidad. Incluso sin maravillarme el argumento de una entrega, si el final queda tan abierto como en el caso de Los vampiros de Morganville, me siento tentada a leer la continuación. Por suerte, al igual que me sucedió con las Crónicas Vampíricas de L. J. Smith, la segunda parte mejora con creces un inicio mediocre de la saga, sin llegar a resultar magistral, claro.
El baile de las chicas muertas retoma las aventuras de Claire Danvers, Shane Collins, Michael Glass y Eve Rosser en el punto exacto donde finalizaba La mansión Glass, y a consecuencia de ello, el caos se instala en sus vidas, presumiblemente para quedarse. Por si Claire no tuviera bastante con sus estudios, Eve con su trabajo y Michael con su problemática condición, Shane se ve atrapado entre la lealtad a su padre, un fanático cazador de vampiros, y la lealtad hacia sus amigos, que tampoco es que adoren a los vampiros precisamente, pero que prefieren vivir en paz en Morganville. Cuando esa dualidad le conduce a meterse en el peor follón imaginable, sus amigos se ponen manos a la obra para sacarle las castañas del fuego... y nunca mejor dicho.
Ya conocemos a los protagonistas, conocemos su posicionamiento en la sociedad de Morganville, conocemos sus relaciones entre ellos y con otros personajes menos gratos. En El baile de las chicas muertas se definen los problemas familiares de Shane y Eve (eso siempre da mucho juego), se afianzan las relaciones románticas entre las dos parejas y la aversión del grupo hacia los vampiros se centra en un villano individual, Oliver, que ya demostró en La mansión Glass de que no era trigo limpio. La acción posee un ritmo más acelerado, y se sustituyen los objetos mágicos por pistolas y explosiones. Los hechos son más lineales y dejan de parecer aleatorios, sensación que transmitía la primera entrega de la saga. El resultado es mucho más absorbente e incluso cuidado que en la novela precedente. La gran pregunta es: ¿seguirá mejorando en la tercera entrega? Tendremos que esperar a septiembre para saberlo.
Puntuación: 7
Autor: Rachel Caine
Año de publicación: 2007
Editorial: Versátil
Tengo un pequeño defecto, y es que las sagas me producen una insaciable curiosidad. Incluso sin maravillarme el argumento de una entrega, si el final queda tan abierto como en el caso de Los vampiros de Morganville, me siento tentada a leer la continuación. Por suerte, al igual que me sucedió con las Crónicas Vampíricas de L. J. Smith, la segunda parte mejora con creces un inicio mediocre de la saga, sin llegar a resultar magistral, claro.
El baile de las chicas muertas retoma las aventuras de Claire Danvers, Shane Collins, Michael Glass y Eve Rosser en el punto exacto donde finalizaba La mansión Glass, y a consecuencia de ello, el caos se instala en sus vidas, presumiblemente para quedarse. Por si Claire no tuviera bastante con sus estudios, Eve con su trabajo y Michael con su problemática condición, Shane se ve atrapado entre la lealtad a su padre, un fanático cazador de vampiros, y la lealtad hacia sus amigos, que tampoco es que adoren a los vampiros precisamente, pero que prefieren vivir en paz en Morganville. Cuando esa dualidad le conduce a meterse en el peor follón imaginable, sus amigos se ponen manos a la obra para sacarle las castañas del fuego... y nunca mejor dicho.
Ya conocemos a los protagonistas, conocemos su posicionamiento en la sociedad de Morganville, conocemos sus relaciones entre ellos y con otros personajes menos gratos. En El baile de las chicas muertas se definen los problemas familiares de Shane y Eve (eso siempre da mucho juego), se afianzan las relaciones románticas entre las dos parejas y la aversión del grupo hacia los vampiros se centra en un villano individual, Oliver, que ya demostró en La mansión Glass de que no era trigo limpio. La acción posee un ritmo más acelerado, y se sustituyen los objetos mágicos por pistolas y explosiones. Los hechos son más lineales y dejan de parecer aleatorios, sensación que transmitía la primera entrega de la saga. El resultado es mucho más absorbente e incluso cuidado que en la novela precedente. La gran pregunta es: ¿seguirá mejorando en la tercera entrega? Tendremos que esperar a septiembre para saberlo.
Puntuación: 7
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