lunes, 19 de julio de 2010

La hora de los valientes


Título: La hora de los valientes
Director: Antonio Mercero
Intérpretes: Gabino Diego, Leonor Watling, Adriana Ozores, Héctor Colomé
Año de estreno: 1998

Antes de comenzar, me gustaría señalar que el cine bélico no es precisamente santo de mi devoción. Sobre todo las películas españolas centradas en la Guerra Civil, ya que suelen dar una imagen canibalizada por la orientación política del director de turno, intentando vendernos el producto final como una imagen aséptica y completamente realista del conflicto. No debemos olvidar, nunca, que en las guerras no hay buenos ni malos: sólo hay seres humanos enfrentados a una catastrófica catarsis.

El protagonista de La hora de los valientes es Manuel, un joven celador del Museo del Prado que colabora al desalojo y transporte de las numerosas obras de arte junto al gobierno republicano, que se traslada a Valencia, lejos de la contienda. Alertados por una sirena que anuncia un bombardeo, los voluntarios abandonan a toda prisa el museo dejando completamente solo a Manuel, que encuentra, abandonado, el Autorretrato de Francisco de Goya, su artista preferido, y toma la resolución de llevárselo consigo para protegerlo de las bombas. En los túneles del metro, donde se protege la población, Manuel conoce a Carmen, una chica que en apenas un segundo vio cómo un obús segaba todo lo que tenía: su casa, sus padres, su hermano. Conmovido, Manuel se la lleva consigo a la casa de huéspedes de su tía Flora, donde toman todos juntos la resolución de proteger el cuadro de Goya.

A nivel argumental, La hora de los valientes posee un poco de gran parte de los géneros cinematográficos: drama, comedia, Historia, suspense, acción... Los personajes demuestran personalidades marcadas, basadas en parte en prototipos de personajes de la época, así como protagonizando escenas que, si bien no son nuevas en el cine bélico centrado en la población civil, sí reflejan que la vida no era nada fácil en época de la contienda. Madrid, como zona roja que era, no aparece convertida en ningún paraíso, sino como otra ciudad más en la que los ciudadanos son víctimas de la escasez, el miedo y los abusos por parte de los milicianos. Pequeños toques de humor resaltan el absurdo de las ideologías llevadas al extremo o de la poca importancia de éstas cuando hay hambre. Tampoco se ignora la no poca presencia de vividores que decían pertenecer a un bando para adherirse más tarde al bando vencedor.

Visualmente, la cinta se ciñe estrictamente a la imagen que ofrece de España el material documental de la época, de manera que la ambientación de personajes y ubicaciones resulta muy acertada incluso en detalles como la música de la radio que escuchan los personajes. La hora de los valientes cuenta con escenas de gran belleza y expresividad, como la de Manuel y Carmen bailando bajo los aviones el día de su boda o la de Pepito presenciando el nacimiento de Manolito iluminado por el estallido de las bombas. En resumen, es una película entretenida pero conmovedora, con un bello mensaje que transmite emociones muy positivas al espectador pese a la ambientación en esos convulsos años de nuestra Historia. Y es que Mercero consigue que, cuando uno vuelve a ver el Autorretrato de Goya tras esta película, no pueda pensar sino en saludarle: "Salud, compañero".

Puntuación: 9

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