Autor: L. J. Smith
Año de publicacíón: 1991
Editorial: Destino
Últimamente me rodea el furor que está generando The Vampire Diaries, la adaptación televisiva de la saga de libros llamada en nuestro país Crónicas Vampíricas. Como no me animo a ver la serie, decidí leer la tercera entrega de la saga, que cierra la trilogía original. En mi crítica de la primera entrega, Despertar, exponía brevemente el desarrollo de esta saga que cuenta actualmente con seis volúmenes publicados y un séptimo en camino. Se ha confirmado que tras publicarse éste a lo largo de este año, L. J. Smith escribirá una tercera trilogía que continuará el desarrollo de la segunda, y si esta se vende bien, habrá otra más que concluirá la historia. En total, trece libros para lo que en principio iba a ser una trilogía. No cabe duda de que, entre el boom de la novela romántica paranormal adolescente y la serie de televisión, el triángulo entre Elena Gilbert y los hermanos Salvatore está resultando de lo más rentable a su autora.
Al igual que sucedía en la entrega anterior, el comienzo de Furia se sitúa inmediatamente después del desenlace de Conflicto. Elena ha despertado convertida en vampiro en compañía de los inefables Damon y Stefan. Mientras se adapta a su nueva condición, logra descubrir que Damon sólo no es tan malo como parece, sino que además está dispuesto a ayudarles a descubrir al Otro Poder, la misteriosa entidad que cometió los crímenes que Stefan atribuía a su hermano.
No resulta raro comprender por qué la popularidad de Damon comenzó a crecer como la espuma, convirtiéndole en el héroe (o antihéroe) por excelencia de la saga hasta el punto de protagonizar la segunda trilogía de las Crónicas Vampíricas, conocida en su país de origen con el subtítulo The Return (en España se les llama sencillamente Damon con el título del volumen en concreto a continuación). En esta novela despliega el personaje todo su encanto como malote capaz de encandilar a cualquier chica que deja al pobre Stefan a la altura del betún; aunque Elena manifiesta a menudo lo mucho que le quiere, en comparación con la masculina rudeza de Damon parece una damisela llorosa, más ñoño aún (y ya es decir) que Edward Cullen de Crepúsculo.
El desarrollo de Furia es un tanto extraño, muy acelerado, con grandes espacios de tiempo que pasan de un capítulo a otro. Se nos trata de transmitir la lucha contrarreloj de los tres protagonistas y sus amigos para detener al Otro Poder, pero el resultado es algo confuso. Sí que se pueden resaltar, sin embargo, algunos pasajes verdaderamente bien logrados a nivel de sentimientos que transmiten los personajes, como es la escena en que Elena presencia su propio entierro al creerla muerta en Fell's Church, eso cuando no está Damon derrochando carisma por ahí, claro.
Un dato inquietante: la existencia de más novelas me genera una enorme curiosidad, más allá de mi propio interés por los libros con "continuará". Recordemos que la cuarta entrega de Crónicas Vampíricas nació gracias a la presión de los fans, que deseaban saber qué sucedía tras el desenlace de Furia. No obstante, leyendo la primera trilogía, una se da cuenta fácilmente de que está concebida de principio a fin como una historia autoconclusiva, y el final de su tercer volumen no deja cabos sueltos de ningún tipo. Por eso ahora quiero saber qué sucede en Invocación. Ahora es cuestión de puro interés científico como aspirante a escritora.
Puntuación: 7
No hay comentarios:
Publicar un comentario