Título: Crónicas Vampíricas I: Despertar
Autor: L. J. Smith
Año de publicación: 1991
Editorial: Destino
La fiebre que ha generado la saga Crepúsculo en torno al tema de los vampiros ha desembocado en una impresionante proliferación en España de novelas de género romántico protagonizadas por personajes de naturaleza sobrenatural. Pero además de las nuevas creaciones, de mayor o menor calidad, la nueva moda ha servido para desempolvar títulos de lo más conocidos de este estilo en Estados Unidos. La saga de las Crónicas Vampíricas es un buen ejemplo de ello, además del más citado.
El primer volumen de esta saga, Despertar, introduce a los tres personajes principales de la historia: una joven humana llamada Elena Gilbert, la chica más popular de su instituto, pero que acarrea un doloroso pasado, y dos hermanos vampiros, Stefan y Damon Salvatore, enfrentados por su amor. Típico, ¿verdad? En Despertar estos tres personajes se verán las caras por primera vez, descubriremos la historia de los Salvatore y cómo se convirtieron en vampiros, además de observar cómo tratan de compaginar su extraordinaria situación con una vida normal...
La saga de Crónicas Vampíricas, que comparte título con la serie más famosa de la archiconocida Anne Rice, fue bastante famosa en Estados Unidos en su momento, con cuatro volúmenes (una trilogía más un cuarto volumen "aparte") que la autora, L. J. Smith, publicó antes de dejar abandonado el drama protagonizado por los hermanos Salvatore y Elena. Esas cuatro novelas han visto ya la luz en España, con un tirón comercial avalado por la portada de inspiración "crepusculera". Su renovada popularidad en Estados Unidos gracias a la saga de Stephenie Meyer ha motivado a la autora a anunciar que escribirá una nueva trilogía que cerrará la saga. Además, el argumento de las Crónicas Vampíricas ha sido adaptada, libremente, en una serie de televisión llamada The Vampire Diaries (nombre que recibe la saga en la versión original), que aún no he tenido ocasión de ver.
En cuanto a Despertar, aunque ya me habían advertido que no se parece ni de lejos a la superventas Crepúsculo (creo que ha llegado el momento de confesar: a mí los dos primeros libros de la saga de Meyer me encantaron. No así los dos siguientes, ni mucho menos la película), me he sentido en la obligación de experimentarlo en mis propias carnes. A decir verdad, el argumento de las Crónicas es, de entrada, igual de simple, como suele suceder con la mayoría de ellos: son los detalles y los toques de cada autor lo que los adornan de manera decisiva. Y a Despertar le falta gancho. La autora no consigue vincularnos a los personajes, y describe tan poco sus emociones que resulta francamente complicado interiorizarlos. Además, y esto es lo que me ha chocado, la voluntad de hacer de los libros una serie es totalmente descarada. En vez de cerrar cada libro, como hacen otros autores de sagas, L. J. Smith deja el último capítulo como a medias, en un momento álgido. Salvando las distancias, como Stieg Larsson, pero en malo. No da una buena sensación, pues el libro no es lo bastante bueno como para enganchar y estar deseando leer la segunda parte. A mí, por ejemplo, no me ha pasado, aunque me la leeré. Pero dentro de un tiempo.
Puntuación: 6
Autor: L. J. Smith
Año de publicación: 1991
Editorial: Destino
La fiebre que ha generado la saga Crepúsculo en torno al tema de los vampiros ha desembocado en una impresionante proliferación en España de novelas de género romántico protagonizadas por personajes de naturaleza sobrenatural. Pero además de las nuevas creaciones, de mayor o menor calidad, la nueva moda ha servido para desempolvar títulos de lo más conocidos de este estilo en Estados Unidos. La saga de las Crónicas Vampíricas es un buen ejemplo de ello, además del más citado.
El primer volumen de esta saga, Despertar, introduce a los tres personajes principales de la historia: una joven humana llamada Elena Gilbert, la chica más popular de su instituto, pero que acarrea un doloroso pasado, y dos hermanos vampiros, Stefan y Damon Salvatore, enfrentados por su amor. Típico, ¿verdad? En Despertar estos tres personajes se verán las caras por primera vez, descubriremos la historia de los Salvatore y cómo se convirtieron en vampiros, además de observar cómo tratan de compaginar su extraordinaria situación con una vida normal...
La saga de Crónicas Vampíricas, que comparte título con la serie más famosa de la archiconocida Anne Rice, fue bastante famosa en Estados Unidos en su momento, con cuatro volúmenes (una trilogía más un cuarto volumen "aparte") que la autora, L. J. Smith, publicó antes de dejar abandonado el drama protagonizado por los hermanos Salvatore y Elena. Esas cuatro novelas han visto ya la luz en España, con un tirón comercial avalado por la portada de inspiración "crepusculera". Su renovada popularidad en Estados Unidos gracias a la saga de Stephenie Meyer ha motivado a la autora a anunciar que escribirá una nueva trilogía que cerrará la saga. Además, el argumento de las Crónicas Vampíricas ha sido adaptada, libremente, en una serie de televisión llamada The Vampire Diaries (nombre que recibe la saga en la versión original), que aún no he tenido ocasión de ver.
En cuanto a Despertar, aunque ya me habían advertido que no se parece ni de lejos a la superventas Crepúsculo (creo que ha llegado el momento de confesar: a mí los dos primeros libros de la saga de Meyer me encantaron. No así los dos siguientes, ni mucho menos la película), me he sentido en la obligación de experimentarlo en mis propias carnes. A decir verdad, el argumento de las Crónicas es, de entrada, igual de simple, como suele suceder con la mayoría de ellos: son los detalles y los toques de cada autor lo que los adornan de manera decisiva. Y a Despertar le falta gancho. La autora no consigue vincularnos a los personajes, y describe tan poco sus emociones que resulta francamente complicado interiorizarlos. Además, y esto es lo que me ha chocado, la voluntad de hacer de los libros una serie es totalmente descarada. En vez de cerrar cada libro, como hacen otros autores de sagas, L. J. Smith deja el último capítulo como a medias, en un momento álgido. Salvando las distancias, como Stieg Larsson, pero en malo. No da una buena sensación, pues el libro no es lo bastante bueno como para enganchar y estar deseando leer la segunda parte. A mí, por ejemplo, no me ha pasado, aunque me la leeré. Pero dentro de un tiempo.
Puntuación: 6
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