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Título: El hundimiento (Der Untergang)
Director: Oliver Hirschbiegel
Director: Oliver Hirschbiegel
Intérpretes: Bruno Ganz, Alexandra Maria Lara, Ulrich Matthes, Juliane Köhler
Año de estreno: 2004
Cada cierto tiempo se exige al pueblo alemán que condene públicamente los terribles acontecimientos que tuvieron lugar durante el auge del nacionalsocialismo con Hitler como cabeza visible. Hay quien cree que todos los alemanes sabían y aprobaban los horrendos crímenes que llevaba a cabo el régimen, que todos los alemanes vivían muy bien, y por mucho que pasan los años, los lustros, las décadas, se sigue esperando que se disculpen. Y ellos lo hacen.
Los dirigentes nacionalsocialistas y sus tropas, obnubiladas por su lunático credo y su aún más lunático líder, trataron de alcanzar su objetivo sin sentir la más mínima compasión por los civiles tras salir de la humillante I Guerra Mundial, para mandarles después de la segunda contienda a los dolorosos brazos de la Guerra Fría. Los alemanes también fueron víctimas, y sin embargo, realizan una admirable autocrítica en películas como ésta.
El hundimiento retrata, basándose en los testimonios de las personas que le sobrevivieron, las últimas semanas de la vida en el búnker donde se refugiaba Adolf Hitler. Aunque la principal protagonista de la cinta es Traudl Junge, una de las secretarias de Hitler y autora de la principal crónica que sirvió para documentar esta película, Hasta la hora final, a lo largo del metraje vemos aparecer a numerosos personajes históricos cuyas vidas giran en torno al Führer y a la vida militar, que no están dispuestos a asumir lo que parece evidente: que Alemania ha perdido al II Guerra Mundial.
Durante sus dos horas y media de metraje El hundimiento proporciona una acongojante visión del reducido y asfixiante espacio del búnker, en el que se halla toda la corte de Hitler. El desarrollo se ciñe fielmente a los acontecimientos históricos y todos los personajes que desfilan los históricos; por el búnker vemos pasar a todos los gerifaltes del partido nazi. Tan sólo un personaje es creado para esta película: el niño soldado Peter, que personifica la lealtad ciega que se inculcaba en las Juventudes Hitlerianas; su padre, un mutilado de la I Guerra Mundial, representa a la población que sobrevivió a esta contienda. El choque entre ellos plasma parte del ambiente que se respiraba en la sociedad alemana en torno a la II Guerra Mundial. El desarrollo de la historia resulta verdaderamente brutal, y el espectador puede apreciar claramente que hubo nazis más nazis que Hitler.
Visualmente, El hundimiento goza de una impresionante verosimilitud en la caracterización de los actores y en los decorados. Resultan especialmente impresionantes el muy alabado trabajo de Bruno Ganz como Adolf Hitler (el primer actor alemán que representó a este personaje desde el fin de la guerra) o del matrimonio Goebbels; personalmente, a mí se me ha quedado más marcada la imagen de Magda Goebbels, una de las adeptas más fanáticas del partido. Su frase "No quiero que mis hijos crezcan en un mundo sin el nacionalsocialismo" se me ha quedado grabada como un verdadero ejemplo de hasta qué punto puede una ideología llevada al extremo destrozar vidas humanas.
El hundimiento es una película devastadora, muy dura e increíblemente bien realizada, valiente, en mi opinión, porque obliga a toda una nación a enfrentarse a los horrores de su pasado, pero muestra a todos los demás que no se puede culpar a todo un pueblo por los errores de sus dirigentes. En mi opinión, El hundimiento habla por sí misma de lo que sucedió en el seno de Alemania durante el período más negro de su Historia.
Puntuación: 9
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