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Título: Downton Abbey
Intérpretes: Hugh Bonneville, Maggie Smith, Michelle Dockery, Dan Stevens, Brendan Coyle, Siobhan Finneran, Rob James-Collier
Intérpretes: Hugh Bonneville, Maggie Smith, Michelle Dockery, Dan Stevens, Brendan Coyle, Siobhan Finneran, Rob James-Collier
Emisión: 2010- (1 temporada, emitida en España por Antena3)
Cuando Antena3 comenzó a anunciar esta serie, pensé dos cosas: una, que quería verla; dos, que dudaba mucho que tuviera éxito. Creía que la era de las series de época ya pasó con las temporadas originales de Arriba y abajo, y que por el tipo de series que emiten actualmente las cadenas españolas (y muy especialmente Antena3), Downton Abbey no llegaría a tener una gran aceptación. Afortunadamente, me equivoqué.
Downton Abbey es el nombre de la mansión y los terrenos que pertenecen al Conde de Grantham, Robert Crawley. Allí lleva una pacífica existencia con su esposa, sus tres hijas y el servicio, amén de las eventuales visitas de su madre, la Condesa Viuda. Nos hallamos en 1912 y el mundo ha empezado a cambiar. Un buen día, el conde recibe una carta en la que se le comunica la defunción en la catástrofe del Titanic de su primo, su heredero del título, y del hijo de éste. Un verdadero revuelo se cierne sobre Downton Abbey: el nuevo heredero es un sobrino lejano de Robert que ejerce como abogado, y su llegada trastocará por completo la existencia de todos los habitantes de la casa.
Por supuesto, las cuestiones sucesorias son solo el punto de partida argumental para ubicarnos en la vida de unas personas que llevaban un estilo de vida a las puertas de la extinción. Todos los personajes, absolutamente todos, desde el conde y su familia hasta cada miembro del servicio, tienen sus propias aventuras, y en los siete capítulos que dura la primera temporada hay tiempo de sobra para conocer a esos personajes y sus circunstancias, que no difieren tanto de las actuales. Además de eso, vemos cómo encaran las innovaciones en una época tan turbulenta como el principio de siglo, lleno de novedades que supusieron el fin de una era.
Downton Abbey cuenta con una ambientación de lujo, y es que cada episodio costó un millón de libras. Tanto la propia Downton Abbey (que en realidad es el Highclere Castle) como sus habitantes se ciñen a la perfección a las modas y hábitos de la época, reflejando sobre todo la forma de vida de la aristocracia inglesa, la curiosidad por las novedades y la resistencia a ellas (personificada en la magnífica Maggie Smith como Violet Crawley, Condesa Viuda de Grantham). Los actores están muy bien elegidos, y cumplen con sus papeles a la perfección. En mi opinión están especialmente acertadas Michelle Dockery y Laura Carmichael como Mary y Edith Crawley, hijas mayor y mediana respectivamente de los Condes, que reflejan de una manera increíblemente realista dos personajes típicos de la época: la hija guapa y desdeñosa y la hija fea y cargada de rencor.
Y es que gran parte del encanto de Downton Abbey se halla en los puñales verbales que vuelan todas direcciones desde el minuto uno. Con mucha educación y discreción, los distintos personajes se dicen de todo disfrazándolo de cortesía, de manera que una no puede reprimir una sonrisa en una época en que cuanto más grosero eres, más éxito tienes. Downton Abbey tiene un sabor a nostalgia de tiempos mejores que logra transmitir al espectador sin dejar por ello de ser apasionante, divertida e interesante durante sus siete episodios.
Puntuación: 9
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