martes, 5 de abril de 2011

Revisión: La ola

Imagen de impawards.com
Título: La ola (Die Welle)
Director: Dennis Gansel
Intérpretes: Jürgen Vogel, Frederick Gaul, Max Riemelt, Jennifer Ulrich
Año de estreno: 2008

Cuando se estrenó esta película, todos los paneles publicitarios de mi facultad lucieron el perturbador póster que acompaña esta crítica. La imagen de las camisas blancas y la frase publicitaria de la película ("¿Creías que no se podría repetir") me interesaron lo bastante como para lograr que viese esta magnífica película, que a pesar de adaptar un suceso real que tuvo lugar en Estados Unidos (ya plasmado en un libro antes de que se realizase la película), su adaptación en un instituto alemán dota de un nuevo significado a los acontecimientos reflejados en el desarrollo de La ola.

Rainer Wenger es el típico "profesor enrollado" en el instituto donde enseña. Tras perder frente a un colega la oportunidad de dar clases sobre la anarquía en la semana de proyectos, queda al frente de la asignatura de Autocracia. Tras un primer debate en que sus alumnos reflexionan sobre los errores cometidos por los alemanes en el pasado y la imposibilidad de que tal cosa vuelva a repetirse, Rainer convierte la asignatura en una clase práctica: instaura una disciplina, impone un uniforme (camisas blancas) y anima a los chicos a implicarse al máximo trabajando en grupo. Aunque las primeras reacciones son positivas, tanto para los alumnos como para la directora del centro, no tardan en radicalizarse, convirtiendo La ola, nombre escogido para el grupo, en toda una ideología.

Ya he comentado en más de una ocasión la fuerte autocrítica que siguen realizando los alemanes aun a setenta años del auge del nacionalsocialismo. La ola tiene como objetivo ir más allá, ya que, además de mirar al pasado, tiene un ojo puesto en el presente e incluso en el futuro. Todos sabemos que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, expresión metafórica aplicada con fuerza en esta historia, que plantea si podría repetirse la instauración de un régimen autocrático a pesar de lo que sabemos ahora. La respuesta que nos da La ola es que sí, y nos lo explica a través de ciertos personajes que desfilan como protagonistas en la clase de Autocracia: Marco, un chico que desconoce la sensación de pertenecer a una familia o equipo; Lisa, una tímida muchacha con complejo de inferioridad; Sinan, un joven de ascendencia turca que se junta con los chicos ricos y desprecia a los demás, y Tim, el típico chico con el que se meten los demás, ansioso por hacer amigos, entre otros. La oposición a La ola y todo lo que conlleva queda personificada en Karo, una chica inteligente y segura de sí misma, novia de Marco, que al principio ve con buenos ojos el proyecto en oposición a la educación sin normas que ha recibido; Mona, la primera alumna que critica el rumbo que toma la asignatura de Autocracia, y Anke, la esposa de Rainer, que se empieza a dar cuenta de la manera en que La ola afecta a la personalidad de su marido.

Como he mencionado al principio de la crítica, La ola se basa en un acontecimiento real que sucedió en 1967 en Palo Alto, California, cuando un profesor de Historia llamado Ron Jones, sintiéndose incapaz de transmitir a sus alumnos la reacción del pueblo alemán al nacionalsocialismo y el exterminio judío, decidió demostrarles de primera mano cómo funciona una autocracia. Por supuesto, las consecuencias de no fueran tan dramáticas como en la película de 2008, pero sí alcanzó cierta notoriedad, lo bastante como para que se realizase una TV movie sobre el proyecto en 1981. Ese mismo año, el escritor Todd Strasser publicó una novelización de la misma. Por supuesto, las connotaciones son muy diferentes, aunque el suceso sea el mismo. Estados Unidos, lugar donde tuvo lugar el experimento, es un país que nunca ha conocido otro régimen político que no sea la democracia, por lo que la historia adquiere un matiz puramente pedagógico imposible de concebir en Europa. Por eso la versión alemana es tan escalofriante: porque sabemos ellos lo han vivido, y si surgiese un líder con las dotes adecuadas, podríamos volver a vivirlo.

Puntuación: 9

No hay comentarios:

Publicar un comentario