Director: Steve McQueen
Intérpretes: Michael Fassbender, Carey Mulligan, James Badge Dale, Nicole Beharie
Año de estreno: 2011
Quizá uno de los mejores momentos de la última gala de los Globos de Oro fue el que protagonizó George Clooney al recoger su galardón al Mejor Actor en la Categoría de Drama. Clooney aprovechó el momento para mencionar el comentado desnudo frontal de su rival en la misma categoría, Michael Fassbender, al que muchos tenían como favorito para ganar dicho premio por Shame. Pero esa derrota no fue sino un anuncio de la trayectoria de la cinta en Estados Unidos, donde además de recibir una calificación NC-17 en los pocos cines donde se estrenó, se le denegó a su protagonista una muy merecida nominación al Óscar por su papel, mientras que a este lado del charco le llovían los premios. Durante unos meses, Shame fue una de las películas europeas más comentadas, y la verdad es que motivos no le faltaban.
El protagonista de Shame es Brandon Sullivan, un brillante ejecutivo neoyorkino que tiene todo lo que un hombre podría desear: un apartamento de lujo, éxito en el trabajo y ligues no le faltan. Pero bajo esa fachada de perfección se oculta una angustiosa adicción al sexo con la que Brandon convive bastante bien. Sin embargo, la llegada de su hermana Sissy, una chica impulsiva y atolondrada, pone a Brandon cara a cara con su vida y sus problemas, obligándole a enfrentarse a su realidad.
Una de las virtudes de Shame es la de dar visibilidad a la adicción al sexo, un tema que no es tabú, pero casi, cuya importancia podría llegar a menospreciarse. Sin embargo, el director Steve McQueen lo enfoca como cualquier otra adicción, resaltando la soledad y el vacío de Brandon como persona, y sobre todo en comparación con Sissy, cuya conducta errática, tan opuesta a la de él, nos hace darnos cuenta de muchas cosas. El carácter de ambos personajes queda definido por algo que les sucedió durante su infancia y que no llega a decirse en la película, y su relación configura un interesante hilo conductor que, unido al relato de la adicción de Brandon, logra que Shame necesite muy poco diálogo, cautivándonos tan sólo con la crudeza de sus imágenes.
Como resulta obvio, la historia se apoya en unos personajes esenciales. Michael Fassbender aparece en cada fotograma del filme dando vida a un personaje intrigante y lleno de matices, tan real que parece ficticio a veces, y se confirma como uno de los mejores actores actuales. Frente a él, todos los demás personajes son secundarios, pero destaca por supuesto Carey Mulligan como Sissy, a la que da una curiosa frescura tratándose de ese personaje. De los demás destacaría tan solo al jefe de Brandon, un cretino llamado David, también muy realista (por desgracia), que en sus cortas apariciones demuestra que podría protagonizar su propia película, aunque sería una de ésas en las que acabas odiando al protagonista... Así que mejor no, gracias.
Puntuación: 9
No hay comentarios:
Publicar un comentario