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Director: Guy Ritchie
Intérpretes: Robert Downey Jr., Jude Law, Jared Harris, Noomi Rapace
Año de estreno: 2011
Hace ya varios años que se viene diciendo que la industria cinematográfica va escasa de ideas, y de ahí las numerosas secuelas, precuelas y remakes que se han venido estrenando en la última década, más o menos. El enorme éxito de Sherlock Holmes, la segunda franquicia que ha vuelto a elevar a Robert Downey Jr. a los altares de la fama (la primera sería Iron Man) propició una secuela ya anunciada en las últimas escenas de su predecesora, y en ella Guy Ritchie se limitó a repetir los novedosos elementos que introdujo en aquélla, de manera que la respuesta de los críticos fue mucho menos entusiasta que en 2009. Por eso me enfrenté a Juego de Sombras con cierto escepticismo.
Corre el año 1891. El doctor Watson tiene un pie en el altar y cuenta con la presencia de su excéntrico amigo Sherlock Holmes en su boda, pero éste parece enredado en una macabra persecución con James Moriarty, un siniestro profesor de Matemáticas que se divierte poniendo a prueba el ingenio de Holmes mientras siembre en Europa las semillas de una gran guerra. La acción se dispara para nuestro detective al dar con Madame Simza Heron, una gitana francesa cuyo hermano René trabaja para Moriarty. Con el objetivo de ayudar a Simza a encontrar a René, junto al cual se encontrará sin duda Moriarty, Sherlock Holmes se embarca en una aventura en Francia junto a su inseparable John Watson en la que, espera, sea su última aventura juntos.
Efectivamente, como mucho se criticó, Guy Ritchie recurre a los mismos recursos narrativos y visuales que en la primera entrega de su saga sobre Sherlock Holmes, apoyándose en la dicotomía entre su extraña personalidad y hábitos y sus extraordinarias observación y capacidad de deducción junto al choque con el pragmatismo de Watson, sin que el personaje femenino aporte gran cosa. El lado positivo es que, como su predecesora, es entretenida y visualmente interesante, además de contar con una banda sonora adictiva y, por supuesto, con el carisma de sus dos actores principales.
Así que sí: Sherlock Holmes: Juego de Sombras es prácticamente igual a Sherlock Holmes. Es una película entretenida sin más pretensiones, pero no añade ninguna novedad a la propuesta de su predecesora. ¿La hace eso peor? Por supuesto que no.
Puntuación: 8
Efectivamente, como mucho se criticó, Guy Ritchie recurre a los mismos recursos narrativos y visuales que en la primera entrega de su saga sobre Sherlock Holmes, apoyándose en la dicotomía entre su extraña personalidad y hábitos y sus extraordinarias observación y capacidad de deducción junto al choque con el pragmatismo de Watson, sin que el personaje femenino aporte gran cosa. El lado positivo es que, como su predecesora, es entretenida y visualmente interesante, además de contar con una banda sonora adictiva y, por supuesto, con el carisma de sus dos actores principales.
Así que sí: Sherlock Holmes: Juego de Sombras es prácticamente igual a Sherlock Holmes. Es una película entretenida sin más pretensiones, pero no añade ninguna novedad a la propuesta de su predecesora. ¿La hace eso peor? Por supuesto que no.
Puntuación: 8
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