lunes, 21 de enero de 2013

El cielo sobre Berlín

Título: El cielo sobre Berlín (Der Himmel über Berlin)
Director: Wim Wenders
Intérpretes: Bruno Ganz, Otto Sander, Solveig Dommartin, Peter Falk
Año de estreno: 1987

Últimamente tengo la sensación de que ya no veo cine "culto" ni películas de gran calado como lo hacía durante mis años de Universidad. En general veo menos películas, a pesar de mi reducido horario laboral, y me siento en deuda conmigo misma cuando se trata de películas de géneros que excluyan la acción y la comedia. Fue eso, en parte, lo que me inspiró para hincarle el diente a una película de culto en Alemania, de las últimas que se rodaron en la RFA y que tenía pendiente desde que oí hablar sobre ella este verano en Berlín.

Damiel y Cassiel son dos ángeles incorpóreos y eternos que vagan por Berlín observando a sus habitantes, visibles únicamente para los niños. Durante sus reuniones diarias, ambos reflexionan acerca de lo que significa ser mortal y experimentar vivencias que a ellos les están vedadas; de los dos, Damiel es el que más se plantea estas cuestiones, sobre todo tras enamorarse de una solitaria trapecista llamada Marion.

La trama de El cielo sobre Berlín se cuenta rápidamente, ya que la mayor parte de la película es contemplativa, y vemos a los ángeles caminar entre los humanos escuchando sus pensamientos; a lo largo de la película, en distintas secuencias, la voz en off de Damiel recita un largo poema de Peter Handke que versa sobre la diferencia entre la infancia y la edad adulta. Así, gran parte de las dos horas de metraje son largas secuencias en las que los dos ángeles observan, sin juzgar, a los habitantes de la ciudad; Wenders realiza al mismo tiempo una reflexión acerca del pasado y el presente de Berlín, que en aquella época vivía sus últimos meses como ciudad dividida, aunque entonces nadie lo sabía.

La película se recrea en planos de la ciudad filmados en un delicado blanco y negro que muestra el punto de vista de los ángeles; el delicado aspecto visual es el resultado del filtro que empleó el anciano director de fotografía Henri Alekan: una media de seda que perteneció a su abuela. Ciertas secuencias, rodadas en color, muestran el mundo tal y como es en realidad, cuando los ángeles no están presentes. El resultado es de un gran lirismo y gran belleza poética, un verdadero testigo de una ciudad en un momento muy determinado.

La historia de El cielo sobre Berlín concluye en la secuela, ¡Tan lejos, tan cerca!, que estoy deseando ver.

Puntuación: 9

2 comentarios:

  1. Está en mi lista de pendientes, y después de tu reseña aún tengo más ganas de verla. Mi problema es que no me gusta verlas en el ordenador, así que a ver si a los de cinemateka o tcm autor les da por ponerla... Besitos!

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  2. Es un poco lenta, pero preciosa. Recomendada 100%

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