jueves, 17 de enero de 2013

Los miserables

Imagen de Wikipedia
Título: Los miserables (Les misérables)
Director: Tom Hooper
Intérpretes: Hugh Jackman, Anne Hathaway, Amanda Seyfried, Eddie Redmayne
Año de estreno: 2012

Siento debilidad por los musicales. Tanto en teatro como en cine, son un género que me apasiona, y eso que tras el boom de Moulin Rouge!, pocos musicales cinematográficos han estado a la altura. En mi caso, mi pasión se desató al ver Cabaret representado en Madrid, algo que me hizo apreciar muchísimo más la película (que se encuentra entre mis preferidas) y logró que me interesara por las adaptaciones cinematográficas de musicales de Broadway. Aunque los resultados no siempre han sido satisfactorio (aún me gustan las canciones de Nine, pero la película me decepcionó; en el caso de Mamma mia!, aunque la película me gusta, debo reconocer que no es ninguna maravilla), cada vez que se anuncia el estreno de un musical, me emociono ante la perspectiva. El caso de Los miserables (ese musical que estuvo en cartel MESES sin que llegara a ir a verlo) no fue diferente.

Los miserables cuenta la historia de Jean Valjean, un preso que, tras diecinueve años privado de libertad, halla confianza y compasión en un obispo. Su ayuda desinteresada le inspira para convertirse en alguien mejor. Años más tarde, convertido en dueño de una fábrica y alcalde de un pueblo costero, Jean se reencuentra con el comisario Javert, un severo policía obsesionado con el prisionero que ha violado la condicional, y conoce a Fantine, una joven que se ve obligada a prostituirse para enviar dinero al matrimonio a cargo de su hija, los Thénardier. Antes de lograr huir de Javert, Valjean promete a Fantine que se hará cargo de la niña, Cosette, a la que, tras rescatar del mesonero y su mujer, dos pícaros avariciosos, se lleva a vivir a París. Nueve años después, el clima político está a punto de estallar en la Comuna, y los destinos de los personajes confluyen en París: Valjean sigue eludiendo a Javert, y planea huir a Inglaterra con Cosette, que se resiste tras enamorarse del revolucionario Marius; los Thénardier aprovechan el caos de la gran ciudad para desplumar a todo aquel que se les pone por delante y su hija, Éponine, languidece de amor no correspondido hacia Marius.

El musical Los miserables (que adapta la celebérrima novela homónima de Victor Hugo) es uno de los más longevos, exitosos y premiados de Broadway. Sus más de veinticinco años de historia sobre las tablas han hecho de él un referente en el mundo de los musicales, y una de sus canciones, I dreamed a dream, se halla entre las más conocidas (e interpretadas) de la historia del género. No es de extrañar, pues, que la adaptación de Los miserables haya supuesto un verdadero reto a nivel técnico e interpretativo, pues las expectativas eran muy altas. Analizaré por partes la película.

Empezaré por lo esencial: la música. Se debe destacar que Los miserables no es un musical al uso, en el que los personajes actúan como en cualquier otra película y en un momento dado se ponen a cantar. Los miserables es un sung-through, término que designa los musicales en los que, como en las óperas, los personajes cantan en vez de hablar. De hecho, es muy poco lo que se habla. Éste es un aspecto sobre el que es mejor ir advertido, por si se espera un musical "de los de toda la vida". El formato da a las canciones un aspecto narrativo que ralentiza algunas escenas, de manera que ciertas secuencias se alargan bastante, pero acentúan los momentos más dramáticos con una fuerza muy especial.

La interpretación de los actores merece una mención aparte, ya que todos realizan papeles extraordinarios. Me ha encantado en particular Anne Hathaway, una actriz que jamás me había llamado la atención especialmente, pero entre su Selina Kyle de El caballero oscuro: la leyenda renace y su Fantine está consiguiendo que la tenga muy en consideración. Hathaway brilla en su breve papel, convirtiendo sus escenas en las mejores de la película y regalándonos una más que conmovedora interpretación de I dreamed a dream. Un muy honorable segundo puesto va para Sacha Baron Cohen y Helena Bonham Carter como el matrimonio Thénardier, que dan la nota cómica al drama y aportan color en cada una de sus apariciones; su número musical de presentación, Master of the house, es el que más se ajusta al clásico modelo de musical de canción y coreografía espontáneos. Ambos habían trabajado en musical antes (y ambos en Sweeney Todd), y una vez más demuestran su buen hacer en el campo. Un digno tercer puesto en mi ránking personal es para Russell Crowe como el inspector Javert, tanto por su acertada interpretación como por su apabullante voz, especialmente en la canción Stars. Hugh Jackman está estupendo (no esperaba otra cosa, y por eso no le he mencionado en el ránking) y Amanda Seyfried aparece, en mi opinión, desaprovechada.

En cuanto a la ambientación, es uno de los puntos fuertes de la película. Los miserables cuenta con la espectacularidad esperada en unos gigantescos planos de vistas tanto del campo como de la ciudad; en el caso de éstas últimas, resulta evidente que se trata de fondos falsos y reconstrucciones, pero no acaba de desentonar, quizá por el origen de musical de la película, pues me recordaba a un elaborado decorado teatral. Además, esos escenarios son el marco de algunas escenas de gran fuerza visual, pensadas en muchos casos para convertirse en verdaderos tableaux-vivants. En el resto de escenas se percibe la huella de su director, Tom Hooper, con planos en los que un personaje aparece en solitario, dejando mucho espacio vacío, o encuadres más inclinados de lo habitual.

Los miserables es, en definitiva, una película espectacular que deja un excelente sabor de boca, aunque no es la típica que podría verse una y otra vez, porque cansa. Sin embargo, tiene el poder de convertirse en una experiencia desde que acaba hasta que empieza.

Puntuación: 9

2 comentarios:

  1. Me gustaría poder ir a verla antes de que la quitaran de cartel, pues los musicales son de mis géneros favoritos desde pequeña, así que no me gustaría perdérmelo. Menos mal que esta vez han dejado las canciones en inglés, porque en el fantasma de la ópera las pasaron a español y me decepcionó muchísimo. Besitos!

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  2. ¡A mí me encantó! Y después de ver la peli lamenté muchísimo habérmelo perdido en teatro. Mi hermana y yo nos hemos prometido ir a verlo a Londres en algún momento de nuestras vidas... La verdad es que Los miserables en pantalla grande es toda una experiencia que te recomiendo ;)

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