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Director: Keiichi Sugiyama
Intérpretes (voces): Ryô Katsuji, Aoi Miyazaki, Kenichi Endô, Yûko Kotegawa
Año de estreno: 2006
Aunque ahora estoy menos al día de lo que sucede en el mundo del manganime, hubo un tiempo en que no se me escapaba una novedad. Por eso al comprobar la fecha de salida de esta película, estrenada precisamente en esa época, me sorprendió no haber sabido de su existencia. Pero más vale tarde que nunca, y gracias a unos amigos que me la regalaron en DVD he tenido la oportunidad de acercarme a esta historia inédita en España.
La historia se desarrolla en un futuro post-apocalíptico en que un proyecto científico en proceso de experimentación para propiciar el desarrollo de vegetación ha provocado que los bosques inunden la Tierra, amenazando el modo de vida de los seres humanos. Los habitantes de Neutral City intentan convivir con la floresta de manera pacífica, habiendo construido sus hogares en las ruinas de una antigua urbe. Agito es el hijo de uno de los líderes del pueblo, uno de los tres poseedores de un poder especial procedente de los espíritus del bosque y sueña con llegar a ser un gran hombre, como él. Durante una expedición furtiva a la fuente de la riqueza del pueblo, el manantial, Agito descubre una nave con cápsulas procedente del pasado en el que duerme una muchacha llamada Toola. La joven trata de adaptarse a un futuro demasiado ajeno con ayuda de Agito, pero la llegada de Shunack, procedente del pasado como ella y aliado de Ragna, una nación que combate el bosque destruyéndolo, pone ante los ojos de Toola una tentadora posibilidad: la de conseguir que la Tierra vuelva a ser la que era antes de la forestación masiva.
Viendo Gin-iro no kami no Agito (literalmente, "Agito, el de cabellos plateados"), las fuentes de inspiración de su argumento y muchos de sus elementos visuales son claras: el Studio Ghibli por un lado (concretamente, me recordó mucho a El castillo en el cielo y Nausicaä del Valle del Viento) y los clásicos mangas shônen de peleas en los que su protagonista es capaz de realizar las mayores proezas físicas con una explicación más o menos razonable (que suele ser menos). El argumento se ciñe a esas producciones post-apocalípticas que tanto gustan a los nipones, en que se opone ciencia y tecnología a naturaleza, aunque en este caso contamos con el (interesante) giro de que la naturaleza es la mala, aunque eso no convierte a la ciencia en buena. Ese mensaje y los impresionantes escenarios son lo mejor, sin duda alguna, de la película, lastrada por su insoportable protagonista. Y es que Gin-iro no kami no Agito es una de esas pelis con el Síndrome del Protagonista Insufrible, algo bastante desagradable cuando se está viendo una película. Toola, por su parte, tiene potencial, pero quizá debido a la influencia del shônen su papel es menos importante de lo que podía haber sido, o menos relevante.
En cualquier caso, sólo por su aspecto visual y sun animación, la película merece un visionado. El segundo lo merece su historia.
Puntuación: 7
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