Director: Fernando Fernán Gómez
Intérpretes: Amparo Soler Leal, Carmen Roldán, Manuel Galiana
Año de estreno: 1977
Mi madre me había hablado largo y tendido de esta película, que ella vio en el cine el año de su estreno. La trágica historia narrada en el largometraje, basada además en un hecho real (antes de que esa frase se empleara como reclamo publicitario) la impactó mucho. También a mí me han impresionado ciertas escenas, y de hecho la propia historia es lo bastante sorprendente como para no dejarnos indiferentes. Para que luego pensemos que este tipo de cosas pasan sólo en los Estados Unidos...
Mi hija Hildegart relata, como ya he dicho, una historia real, sucedida en Madrid en 1933, novelada en Aurora de sangre, de Eduardo Guzmán, libro utilizado para documentar el suceso. La protagonista, una mujer llamada Aurora, concibe la idea de tener una hija que, con su talento puesto al servicio de los ideales socialistas, encabezará la liberación de la mujer. Con ese objetivo alumbra a Hildegart, que en alemán significa "Jardín de Sabiduría", a la que dirige desde muy joven al estudio y a la divulgación de sus ensayos. Sin embargo, los problemas comienzan cuando la brillante Hildegart comienza a distanciarse de su madre, a mostrar simpatía por un hombre y a buscar cierta independencia. En ese instante, Aurora toma la resolución de destruir su obra.
La película se inicia con Aurora entregándose a la policía, confesando el asesinato de su hija Hildegart. A lo largo de todo el metraje, la mujer va relatando todo lo sucedido desde la concepción de Hildegart con un sacerdote de la Marina hasta la muerte de la joven a todos aquellos dispuestos a escucharla: su abogado, un periodista, los psiquiatras de la cárcel, otras presas... Tratando de hacerles comprender hasta qué punto Hildegart era "su obra", todo aquello que ella no era.
Como buena película de la Transición y del destape, Mi hija Hildegart adolece de la aparición de desnudos injustificados. No es que yo sea una mojigata, es que me parece absurda, pura explotación, la aparición de la desnudez sin venir a cuento, como por ejemplo al final, cuando Hildegart se ha quedado dormida en su cama mientras trabaja, y por alguna razón está desnuda. La película posee además, escenas de una gran fuerza, como por ejemplo en la que Aurora "firma" sobre Hildegart, diciéndole que si al volver de su cita con Villena sus firmas están borradas, "sabrá que es una perdida". Destaca la interpretación de Ampara Soler Leal, que aporta una gran credibilidad al personaje de Aurora, mostrando un registro muy amplio y realista. Una de las cosas que eché en falta a lo largo de la película fue la aparición de música de fondo. Sólo suenan melodías diegéticas, salvo en la escena que muestra la proclamación de la II República, en la que una canción de la época acompaña a lo que creo son imágenes de archivo.
En definitiva, no es una película que derroche una gran fotografía o estética, pero resulta muy interesante en su argumento; como documento histórico de un suceso anterior a la Guerra Civil, me parece valiosa, pues en este país no valoramos lo que tenemos. Mucha gente prefiere echar la mirada a historias similares en otros países europeos antes que mirar lo que tenemos aquí, y eso se extiende a casi todo. Por esa razón, creo que Mi hija Hildegart es una película que debe verse.
Puntuación: 7
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