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Título: El Imperio del Sol (Empire of the Sun)
Director: Steven Spielberg
Intérpretes: Christian Bale, John Malkovich, Miranda Richardson, Nigel Havers
Año de estreno: 1987Cuando una va al cine a ver una película de Steven Spielberg, sabe que puede esperar un nivel elevado de calidad tanto en el tratamiento de la historia como en los aspectos técnicos de la película. Ha tenido sus patinazos (véase La guerra de los mundos), pero sería difícil no mencionar al menos un título de su filmografía como director que no marcara un antes y un después en la vida de mi generación. La trilogía de Indiana Jones, E. T., Parque Jurásico... El Imperio del Sol no es precisamente una película de las que fascinan a los niños, pese a narrar un tema tan universal y conectado en cierto modo con la infancia como es el paso de la misma a la edad adulta.
Nos encontramos en China, a finales de la II Guerra Sino-Japonesa. Jamie Graham es un muchacho inglés malcriado que vive con sus padres, una familia acomodada, en Shanghai. Al declararse la II Guerra Mundial, Jamie, apasionado de la aviación, es separado de sus padres y, tras pasar diversas penurias, acaba por caer en manos de Basie, un marinero americano de procedimientos ambiguos. Ambos son enviados al campo de internamiento de Suzhou Creek. Allí Jamie, más conocido por el sobrenombre que Basie le dio, Jim, logra llevar una vida relativamente feliz ayudando a muchos internos bajo la tutela de Basie y del doctor Rawlins, que le enseña latín a cambio de su ayuda en el hospital del campo. Cuando unos aviones norteamericanos atacan el campo de internamiento, las autoridades japonesas deciden evacuar a los prisioneros, iniciando una angustiosa marcha por las llanuras de China.
El Imperio del Sol me ha sorprendido por su crudeza sin que se vea nada especialmente cruento, aunque de sobra es sabido que los soldados japoneses eran especialmente desalmados con sus prisioneros de guerra. El tema de la infancia en la guerra es un tema habitual en el cine, ya que permite a los directores hacer hincapié en temas como la pérdida de la inocencia, el miedo, la soledad y el desamparo, entre muchos otros. Spielberg no se recrea tanto en estas emociones del niño protagonista, sino que fija su interés en el crecimiento emocional de Jamie, que cambia por completo desde los primeros minutos de metraje hasta la escena final, sin hacer de él un héroe infantil: refleja desoladores momentos de humanidad y fragilidad que completan al personaje para hacerlo completamente redondo.
Además de este interesante argumento, El Imperio del Sol cuenta con algunas escenas de gran belleza desde el principio de la película, ya que una de mis preferidas (cuando Jamie entra en el arrasado dormitorio de sus padres por primera vez tras separarse de éstos en Shanghai) suceden mucho antes del clímax. Asimismo, no se cae en tópicos bélicos de americanos-buenos y japoneses-malos, sino que se muestra el lado humano de ambos bandos, algo especialmente reseñable en la fugaz relación de amistad entre Jamie y un muchacho japonés en el campo de internamiento.
Puntuación: 9
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