viernes, 31 de julio de 2009

La vie en rose


Título: La vie en rose (La Môme)
Director: Oliver Dahan
Intérpretes: Marion Cotillard, Gérard Depardieu, Jean-Pierre Martins, Sylvie Testud
Año de estreno: 2007

Alguien debería proponer seriamente que La vie en rose sustituyera a La Marsellesa como himno de Francia. Se trata de una de esas canciones que todos hemos oído alguna vez y que la mayoría sería capaz de tararear. Los franceses tienen suerte de tener asociada una canción tan bonita. Ya decían en Sabrina (me refiero al remake protagonizado por Julia Ormond, que es la que he visto) que La vie en rose es una canción que sólo puede entenderse en París, pues se trata de una ciudad en la que todo parece visto a través de un cristal de color rosa. No comprendí lo cierto que eso era hasta que visité la ciudad. ¿Cómo pudo convertirse en símbolo de una de las ciudades más emblemáticas del mundo una canción interpretada por una joven surgida de los bajos fondos de la misma? La Môme nos cuenta este proceso.

El argumento de este biopic cubre toda la vida de la cantante Edith Piaf desde los tres años hasta su muerte. La narración se centra más en sus circunstancias personales que en la interpretación de sus inmortales canciones; la mayoría suenan de fondo. Asimismo, el desarrollo no es lineal, sino a saltos entre las diferentes etapas de su vida, aunque se puede apreciar cierto seguimiento de los acontecimientos en orden cronológico, algo que se apoya en los rótulos con las fechas.

Además de la imprescindible banda sonora (los franceses son el pueblo que mejor toca el acordeón) y la magnífica interpretación de Marion Cotillard, que sin duda se trata de uno de los óscars más merecidos de Hollywood, la película cuenta con una iluminación preciosa, lo cual tiene mucho mérito ya que la mayor parte del metraje se desarrolla en interiores y por tanto no se puede hacer gala de una gran fotografía de paisajes. La luz, tanto natural como artificial, crea ambientes realmente preciosos. La ambientación de las épocas y la caracterización están muy cuidadas, creando un verdadero fresco que refleja la vida de la cantante, desde los ambientes más sórdidos a los más refinados. Además, para variar, el título está bien traducido. Creo que sólo los incondicionales de Piaf, al menos fuera de Francia, sabrían a quién se refiere el título original del largometraje, La Môme (literalmente, "La Niña", primer nombre artístico de la cantante). En cambio, La vie en rose no deja lugar a dudas.

Sin embargo, también puedo encontrarle peros a esta película tan bien hecha. Parece que las películas de argumento no lineal están de moda, porque no hacen más que salir como churros. Hubo un tiempo en que resultó novedoso, pero a estas alturas ya resulta algo repetitivo. En el caso de La vie en rose, resulta en ocasiones algo confuso, pues no todos los saltos temporales van acompañados por rótulos con las fechas y a veces resulta complicado precisar qué sucede antes y qué sucede después. Otro defecto es, en mi opinión, la inestabilidad de la cámara. Todo parece filmado (y tal vez incluso lo esté) con una cámara al hombro, y eso resta, en mi opinión, belleza a encuadres que podrían ser preciosos. Y como "queja" final, destacar que la archiconocida canción La vie en rose recibe un trato indigno de su fama: tan sólo suena interpretada una vez en su versión inglesa. Lo lógico (y tal vez, incluso, demasiado esperable) sería que protagonizase una escena tan conmovedora como lo hace Non, je ne regrette rien, que por cierto a mí me encanta.

En definitiva, un delicioso biopic que hará las delicias de los amantes del cine europeo.

Puntuación: 8

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