Título: Despedida
Autor: Claudia Gray
Año de publicación: 2010
Editorial: Montena
Por primera vez desde que abrí este blog tengo ocasión de comentar una de las entregas de la que es, actualmente, mi saga vampírica predilecta. Sí, ha llegado a superar a Crepúsculo, será porque de tanto oír hablar de los vampiros de Meyer les estoy cogiendo manía, además la imagen de los actores de las películas está intoxicando el aspecto que los personajes habían cobrado en mi imaginación. La saga que nos ocupa, Medianoche, parte de premisas muy similares a Crepúsculo, pero se va por derroteros más... ¿cómo llamarlos? tradicionales dentro del tema de los vampiros, si bien la historia adquiere tintes de lo más interesantes. Publicada en España como consecuencia del éxito masivo de Crepúsculo y con unas portadas más que pensadas para potenciar esa similitud (las portadas originales norteamericanas son radicalmente distintas), yo misma fui la primera en caer en la trampa del márketing propuesto por Montena, y lo cierto es que me alegro de haberlo hecho. Despedida es la tercera entrega de lo que será una tetralogía, es la continuación de Medianoche y Adicción, y en la página web de la autora se encuentra anunciado el título del desenlace de la saga, que verá la luz en 2011: Afterlife.
Remontémonos un poco en el tiempo para comprender mejor el argumento de Despedida: Medianoche se inicia en un lúgubre internado llamado Academia Medianoche, al que sólo pueden acudir jóvenes de familias privilegiadamente ricas. Bianca Olivier no lo es, pero puede acudir por dos razones: la primera es que sus padres dan clase en la Academia y la segunda, que es una vampira, y además hija biológica de vampiros, lo que le hace aún más especial. Y es que, sí, la Academia Medianoche no es sino un lugar donde vampiros de apariencia juvenil acuden como excusa de la escolarización para pasar desapercibidos en la sociedad. Sin embargo, ella no quiere vivir en Medianoche, por lo que trata de escapar... Y en su huida se topa con un atractivo alumno recién llegado llamado Lucas, pero él no es la clase de alumno habitual en Medianoche por dos razones: la primera es que es humano; la segunda, que odia a los vampiros... En cuanto a Adicción, su argumento nos sitúa tras la marcha de Lucas de la Academia Medianoche. Bianca no acaba de adaptarse a su ausencia, sigue sin sentirse del todo a gusto entre los vampiros porque no quiere ser una de ellos y, por si fuera poco, comienza a ser objetivo de unas criaturas sobrenaturales muy distintas: fantasmas.
No revelaré más porque ya he destripado bastante la primera entrega de la saga, de Despedida sólo diré que se desarrolla semanas más tarde del desenlace de Adicción, y su argumento se centra en la nueva vida de Bianca y Lucas, juntos de nuevo, sí, pero perseguidos por toda clase de enemigos: vampiros de Medianoche, vampiros que no son de Medianoche, una orden de cazadores de vampiros y más fantasmas... Y los preocupantes síntomas enfermizos que Bianca comienza a presentar no ayudan a mejorar la situación.
¿Poco atrayente? Es posible, depende mucho de la predisposición del lector, como casi todo, me atrevería a decir. En su momento, la similitud de la portada española de Medianoche con las de la saga Crepúsculo me hizo recelar, pero lo cierto es que los devaneos de Bianca, Lucas y los demás personajes enganchan bastante. El giro final de Despedida, si bien me recordó poderosamente a Dos velas para el diablo, me dejó completamente absorta. No dejo de preguntarme cómo continuará Afterlife y, sobre todo, cómo traducirá Montena el título de esta cuarta novela.
Y es que a los traductores de títulos de Montena deberían colgarles por los pulgares, no sólo por los de esta saga, sino por los de toda la colección Ellas. Si bien reconozco que los títulos de la saga Medianoche son difíciles de traducir, sobre todo si se desea dejar el título en español en una sola palabra, como lo es el original (y como en la saga Crepúsculo, hum, qué sospechoso...), la verdad es que los títulos en castellano son un poco random. Así, Evernight se convierte en Medianoche (algo que tiene su lógica pues el título original es una palabra inventada que significaría algo así como "Noche eterna"); Stargazer, en Adicción (sin duda el más random de todos, pues sólo al leer el libro descubrimos que "La astrónoma", traducción literal del original, tiene mucho más sentido que su versión española) y Hourglass, en Despedida (sucede lo mismo que con Stargazer: al leer la novela comprendemos el poderoso significado de "El reloj de arena" en su desarrollo). Miedo me da lo que hagan con Afterlife, ya que su traducción literal es "La vida después de la muerte" y, en mi opinión, la opción ideal como título en castellano sería Ultratumba o Resurrección (depende de lo que suceda en su desarrollo), pero dudo mucho que me llamen para preguntarme lo que opino.
Puntuación: 9
Autor: Claudia Gray
Año de publicación: 2010
Editorial: Montena
Por primera vez desde que abrí este blog tengo ocasión de comentar una de las entregas de la que es, actualmente, mi saga vampírica predilecta. Sí, ha llegado a superar a Crepúsculo, será porque de tanto oír hablar de los vampiros de Meyer les estoy cogiendo manía, además la imagen de los actores de las películas está intoxicando el aspecto que los personajes habían cobrado en mi imaginación. La saga que nos ocupa, Medianoche, parte de premisas muy similares a Crepúsculo, pero se va por derroteros más... ¿cómo llamarlos? tradicionales dentro del tema de los vampiros, si bien la historia adquiere tintes de lo más interesantes. Publicada en España como consecuencia del éxito masivo de Crepúsculo y con unas portadas más que pensadas para potenciar esa similitud (las portadas originales norteamericanas son radicalmente distintas), yo misma fui la primera en caer en la trampa del márketing propuesto por Montena, y lo cierto es que me alegro de haberlo hecho. Despedida es la tercera entrega de lo que será una tetralogía, es la continuación de Medianoche y Adicción, y en la página web de la autora se encuentra anunciado el título del desenlace de la saga, que verá la luz en 2011: Afterlife.
Remontémonos un poco en el tiempo para comprender mejor el argumento de Despedida: Medianoche se inicia en un lúgubre internado llamado Academia Medianoche, al que sólo pueden acudir jóvenes de familias privilegiadamente ricas. Bianca Olivier no lo es, pero puede acudir por dos razones: la primera es que sus padres dan clase en la Academia y la segunda, que es una vampira, y además hija biológica de vampiros, lo que le hace aún más especial. Y es que, sí, la Academia Medianoche no es sino un lugar donde vampiros de apariencia juvenil acuden como excusa de la escolarización para pasar desapercibidos en la sociedad. Sin embargo, ella no quiere vivir en Medianoche, por lo que trata de escapar... Y en su huida se topa con un atractivo alumno recién llegado llamado Lucas, pero él no es la clase de alumno habitual en Medianoche por dos razones: la primera es que es humano; la segunda, que odia a los vampiros... En cuanto a Adicción, su argumento nos sitúa tras la marcha de Lucas de la Academia Medianoche. Bianca no acaba de adaptarse a su ausencia, sigue sin sentirse del todo a gusto entre los vampiros porque no quiere ser una de ellos y, por si fuera poco, comienza a ser objetivo de unas criaturas sobrenaturales muy distintas: fantasmas.
No revelaré más porque ya he destripado bastante la primera entrega de la saga, de Despedida sólo diré que se desarrolla semanas más tarde del desenlace de Adicción, y su argumento se centra en la nueva vida de Bianca y Lucas, juntos de nuevo, sí, pero perseguidos por toda clase de enemigos: vampiros de Medianoche, vampiros que no son de Medianoche, una orden de cazadores de vampiros y más fantasmas... Y los preocupantes síntomas enfermizos que Bianca comienza a presentar no ayudan a mejorar la situación.
¿Poco atrayente? Es posible, depende mucho de la predisposición del lector, como casi todo, me atrevería a decir. En su momento, la similitud de la portada española de Medianoche con las de la saga Crepúsculo me hizo recelar, pero lo cierto es que los devaneos de Bianca, Lucas y los demás personajes enganchan bastante. El giro final de Despedida, si bien me recordó poderosamente a Dos velas para el diablo, me dejó completamente absorta. No dejo de preguntarme cómo continuará Afterlife y, sobre todo, cómo traducirá Montena el título de esta cuarta novela.
Y es que a los traductores de títulos de Montena deberían colgarles por los pulgares, no sólo por los de esta saga, sino por los de toda la colección Ellas. Si bien reconozco que los títulos de la saga Medianoche son difíciles de traducir, sobre todo si se desea dejar el título en español en una sola palabra, como lo es el original (y como en la saga Crepúsculo, hum, qué sospechoso...), la verdad es que los títulos en castellano son un poco random. Así, Evernight se convierte en Medianoche (algo que tiene su lógica pues el título original es una palabra inventada que significaría algo así como "Noche eterna"); Stargazer, en Adicción (sin duda el más random de todos, pues sólo al leer el libro descubrimos que "La astrónoma", traducción literal del original, tiene mucho más sentido que su versión española) y Hourglass, en Despedida (sucede lo mismo que con Stargazer: al leer la novela comprendemos el poderoso significado de "El reloj de arena" en su desarrollo). Miedo me da lo que hagan con Afterlife, ya que su traducción literal es "La vida después de la muerte" y, en mi opinión, la opción ideal como título en castellano sería Ultratumba o Resurrección (depende de lo que suceda en su desarrollo), pero dudo mucho que me llamen para preguntarme lo que opino.
Puntuación: 9
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