lunes, 23 de agosto de 2010

Roswell


Título: Roswell
Intérpretes: Shiri Appleby, Jason Behr, Katherine Heigl, Brendan Fehr, Majandra Delfino, William Sadler, Nick Wechsler
Emisión: 1999-2002 (3 temporadas, emitida en España por Antena3)


Debo reconocerlo: en el fondo soy una conspiranoica. No es que crea ninguna bobada al estilo David Icke, pero me encanta acuñar teorías de índole psicológico-filosófica que no interesan a nadie. Por suerte, a veces hay gente que me hace un poco de caso. Una de las más relativamente recientes, y que curiosamente se me ocurrió en la época en que veía esta serie pero no tuvo demasiado que ver, es la siguiente: los estadounidenses sienten tanto interés en los OVNIs y los alienígenas porque carecen de una mitología propia. Europa tiene sus fantasmas, hadas, vampiros y demás, y los indios tenían sus espíritus, así como los esclavos negros tenían sus zombis y su vudú, pero los colonos cortaron sus ligaduras con el Viejo Continente y se quedaron huérfanos de criaturas sobrenaturales a las que temer. Y entonces, un estadounidense vio luces en el cielo. Lo demás vino solo, como quien dice.

Tal vez el incidente relacionado con OVNIs más conocido sea el de Roswell, Nuevo México, en 1947, un caso supuestamente real de una colisión de un platillo volante que el FBI se ocupó de limpiar, amenizado por un (falso) vídeo que mostraba la disección de un extraterrestre. La serie Roswell se basa en ese famosísimo incidente para introducirnos en la vida de un grupo de adolescentes que viven en ese pueblo perdido en el desierto que vive gracias a los fans de la ufología que viajan a tan sacrosanto lugar. Liz Parker y su mejor amiga, María DeLuca, trabajan en el bar de los padres de Liz, el Crashdown, y todo transcurre con normalidad hasta un fatídico día en el que un altercado entre parroquianos acaba con un disparo en el estómago de Liz. La muchacha se encuentra al borde de la muerte hasta que interviene Max Evans, su enigmático compañero de clase, que sin dar explicaciones le impone las manos y sana la herida. Inevitablemente, Liz acaba compartiendo el secreto que guardan Max, su hermana Isabel y el amigo de ambos Michael: su origen alienígena. A partir de este punto, dos objetivos centran toda la atención del grupo: el primero es descubrir de dónde proceden y quiénes son en realidad; el segundo, ocultar su naturaleza.

Los acontecimientos de la serie (cuyo episodio piloto se basa en la trama de las novelas redactadas por una de las guionistas, Melinda Metz, llamadas Roswell High) se dividen en tres temporadas cuyos argumentos están muy bien delimitados. La primera, la más amena para mi gusto, relata cómo los personajes principales se conocen y establecen relaciones entre ellos, mientras huyen del acoso y derribo al que les somete el sheriff del pueblo, Jim Valenti, que sospecha la verdadera naturaleza de Max, Michael e Isabel. De inmediato, Roswell se granjeó un sólido grupo de fans, pero no los suficientes para que la serie obtuviese los índices de audiencia deseados. Se optó por cambiar la orientación en la seguinda temporada, para lo que se contrató a un nuevo guionista, Ronald D. Moore, autor de Star Trek: The Next Generation y Battlestar Galactica. Consecuentemente, el argumento central de la segunda temporada se aparta del drama romántico para desvelar los secretos del origen de los alienígenas protagonistas, introduciendo un nada desdeñable número de nuevos personajes e incrementando la acción. Pero no era esto lo que los fans querían, y el descenso de audiencia condujo a la cancelación de la serie en 2001. Finalmente, el estudio persuadió a otra cadena para que emitiese una temporada más, que tampoco tuvo el éxito esperado, si bien volvía a centrarse un poco más en el tono romántico y dramático de la primera temporada. Y ésa es la triste historia de Roswell.

Descubrí esta serie durante un viaje a Francia hará unos diez años. En aquella época, era furor lo que provocaba en el país vecino, y mi escaso dominio del idioma me impidió seguirla de forma regular, si bien llegué a ver algunas escenas que se me grabaron en la mente para aflorar cuando volví a verlas cuando he visionado la serie completa. No mucho más tarde, Antena3 comenzó a emitirla, pero no debió tener demasiado éxito, pues según tengo entendido, la cancelaron enseguida. Desconozco si alguna otra cadena se habrá atrevido a emitir esta serie, que con los tiempos que corren debería tener más éxito que en su momento. Me explico.

Roswell es el resultado de la mezcla entre Smallville (chico-alienígena-y-sus-amigos-llegan-a-la-ciudad) y Crepúsculo (chica-humana-se-enamora-de-chico-no-humano), sólo que llegó antes que sus dos ingredientes principales, que sorprendentemente han cosechado mucho más éxito que esta serie cuya premisa, a grandes rasgos, promete. ¿Y qué falla? Pues como siempre, todo lo demás: tópicos para parar un tren y encima mal llevados (podría enumerarlos, pero tendría que empezar a ver la serie desde el principio otra vez, y eso sí que no), personajes que no se sabe si es que son planos de por sí o es que los actores son decididamente malos, ambientación cutre (bueno, supongo que Roswell no es la meca del glamour, pero aparecen muchas otras localizaciones), efectos especiales aún más cutres y, por si fuera poco, un doblaje que parece perpetrado por criminales. Como de costumbre, sólo la música se salva: la melodía de cabecera, Here with me, de Dido, unida a los créditos de apertura, presagian algo mucho mejor de lo que llegamos a ver. La primera temporada tiene un pase, pero si al desarrollo aburrido de las otras dos se unen unos personajes que no evolucionan ni a la de tres (alguien debería haber advertido a los guionistas que desarrollar un personaje va más allá de cambiarles el corte de pelo), el resultado es, a veces, desesperante. De la segunda y la tercera temporada de Roswell se salvan únicamente unos pocos episodios, destacando quizá Verano del '47 (cuarto episodio de la segunda temporada) y Me casé con una alienígena (undécimo episodio de la tercera temporada).

Roswell ha resultado para mí, en una palabra, decepcionante. Tenía el recuerdo de ella en Francia, por lo que leía en las portadas de las revistas para adolescentes, como de una buena serie, y lo cierto es que a duras penas llega a regular. ¿Y por qué la he aguantado hasta el final? Sinceramente, no lo sé. ¿Lealtad?

Puntuación: 5

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