Título: Luz que agoniza (Gaslight)
Director: George Cukor
Intérpretes: Ingrid Bergman, Charles Boyer, Joseph Cotten, Angela Lansbury
Año de estreno: 1944
Con las cadenas de televisión peleándose por los estrenos de las películas más taquilleras cada año, hace mucho, muchísimo tiempo ya que el cine en blanco y negro, el cine clásico, ha quedado relegado a las televisiones de pago y a las autonómicas. No deja de resultar irónico que las grandes cadenas prefieran emitir aquella cutre TV movie que dirigió ese director que acaba de estrenar en cines un taquillazo a esa obra maestra de los años cincuenta que siempre cita como su mayor inspiración. Comprendo que el blanco y negro puede costar un poco al principio, pero lo más gracioso es que luego a todo el mundo le encanta en fotografía. Será que la gente etiqueta desde el principio al cine de épocas pretéritas como precario sólo por el hecho de que es en blanco y negro. ¡Error! Y el gigantesco número de remakes que se vienen haciendo estos últimos años me dan la razón. Pero bueno, al menos existen programas concretos en los que se sigue apreciando el cine de verdad.
Luz que agoniza comienza en Londres, donde una famosa soprano llamada Alicia Alquist ha sido asesinada. Su sobrina, llamada Paula, es llevada a Italia para olvidar la tragedia y para prepararse como cantante de ópera a su vez. Años más tarde, ya adulta, conoce a un atractivo pianista llamado Gregory Anton, del que se enamora perdidamente. Una vez casados, la pareja se instala en el 9 de Thornton Square, la casa en la que Alicia fue asesinada, y que le corresponde a Paula por herencia. No obstante, al poco tiempo de llegar, Paula comienza a verse atormentada por misterosos ruidos y variaciones en la luz de gas que ilumina la casa, además de verse aquejada por constantes pérdidas de memoria y lo que parecen accesos de cleptomanía. Su marido no tarda en anunciarle que, a la vista de los síntomas, se está volviendo loca. Poco a poco, tiende en torno a ella una red que le impide salir de la casa, y sólo un policía, Brian Cameron, gran admirador de su tía, sospecha que algo no marcha bien en la residencia del matrimonio Anton.
No sé si en su año de estreno existiría ya un género conocido como thriller psicológico, que es al que se adscribe Luz que agoniza. Con una correcta ambientación en la Inglaterra victoriana, los recargados interiores y los brumosos exteriores no hacen sino acenturar la opresora atmósfera que rodea a Paula, víctima a todas luces durante todo el metraje de unos temores muy propios de una película de miedo. Los actores realizan de forma magistral sus papeles, especialmente Charles Boyer como el siniestro Gregory Anton, cuyo papel otorga un punto de terror a la vida de la pareja de cara a la galería, siempre tan normales. Incluso la muy sosa Ingrid Bergman (que me perdonen los amantes de Casablanca, pero cuando la he visto en otras películas, su manera de actuar me ha aburrido soberanamente) hace un papel extraordinario como la pusilánime protagonista, Paula Anton. Destaca también la presencia de una juvenil Angela Lansbury (tenía dieciocho años) como la doncella Nancy, llena de desparpajo, cuyas pequeñas apariciones son sin duda muy interesantes.
Puntuación: 8
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