Título: A kiss in time
Autor: Alex Flinn
Año de publicación: 2009
Editorial: HarperTeen
A pesar de mi irreductible afición por la narrativa juvenil, debo reconocer que mis últimas incursiones en el género han resultado bastante insatisfactorias. De hecho, me atrevería a decir que, exceptuando la saga Medianoche, sólo La bestia me ha gustado de verdad, además de contar con una extraordinaria característica, poco común en la novela juvenil actual: es un libro autoconclusivo. No forma parte de una saga. Ya era hora.
Tras la decepcionante Halo, recurrí de nuevo a Alex Flinn, esperando hallar una agradable sorpresa como fue La bestia dentro de su género. Mi conclusión es que Versátil debería plantearse seriamente traducir A kiss in time si no lo está haciendo ya. Jugando con los mismos conceptos que con la obra ya mencionada, pero remitiéndose a un cuento diferente, Flinn crea una historia de lo más entretenida.
Talia es la princesa de Euphrasia, un pequeño reino que linda con Bélgica. Desde niña ha sido prevenida acerca de los husos, ya que en su bautizo, una bruja le lanzó una maldición: cuando cumpliera dieciséis años, se pincharía el dedo con un huso y moriría. Aunque una de las hadas del país le lanzó un contraconjuro que sustituía la muerte por un profundo sueño en el que se vería sumido todo el reino y del que despertarían cuando la princesa recibiese un beso de su amor verdadero, Talia ha crecido sometida a una asfixiante superprotección que sólo cuando se ve momentáneamente levantada acaba con un pinchazo en el dedo y todo un país dormido y oculto del resto del mundo. Y así pasan trescientos años. En pleno siglo XXI hallamos a Jack, un escéptico y malhumorado adolescente norteamericano de viaje (muy a su pesar) por Europa. Después de toparse accidentalmente con Euphrasia mientras buscaba la playa, Jack besa a Talía, despertándola... pero no hay festejos ni celebraciones: sólo una monumental bronca por parte del padre de la chica, un muchacho arrojado a los calabozos y un nuevo país surgido de la nada y violentamente enfrentado al siglo XXI.
Si La bestia se caracterizaba por el marcado tono dramático de su narración, en A kiss in time (literalmente, "Un beso en el tiempo") denota una marcada comicidad y un interesante desarrollo de los personajes. Talia la clásica princesa consentida que demuestra tener más agallas de las que parece en un principio, aunque suele requerir el rescate de su príncipe. No obstante, es calculadora y posee un endiablado don para embaucar a los demás. En cuanto a Jack, en las primeras páginas aparece caracterizado como el típico adolescente que pasa de todo, pero a medida que avanza la trama y profundiza su relación con la princesa, se descubre a sí mismo, y nosotros lo hacemos con él. Como la novela anterior de la autora, A kiss in time está escrito en primera persona, pero los puntos de vista se alternan entre Talia y Jack; el inicio y el final de algunos capítulos se solapa, de manera que en momentos críticos conocemos la manera en que ambos perciben la situación. Y eso, dado que al principio no pueden ni verse, es bastante curioso. Además, tanto en La bestia como en A kiss in time se resalta el choque entre nuestro mundo real y la magia de hadas de los cuentos clásicos, demostrando el buen uso del que habrían hecho los personajes de los mismos de la tecnología moderna y lo lejos, pero también lo cerca, que están sus conceptos básicos de nuestra visión actual del mundo.
Puntuación: 8
No hay comentarios:
Publicar un comentario