martes, 9 de noviembre de 2010

Seducción


Título: Seducción (Sarangboda arumdaun yuhok)
Autor: Lee Hyeon-Sook
Género: Shoujo (o su equivalente coreano)
Editorial coreana: Daiwon C. I.
Editorial española: Panini
Número de volúmenes: 5

A decir verdad, el manhwa no me tira mucho. He leído algunas series completas y otras las he dejado a medias, entre ellas la muy popular The one. Me atrevería a decir que, hasta que decidí darle una oportunidad a Seducción, sólo Tarot Café y Goong me gustaban de verdad. Los manhwa del género equivalente al shoujo japonés (sé que tiene un nombre, pero lo desconozco) que he leído se caracterizan por poseer una serie de características comunes, tanto en la trama (la marcada tendencia de los personajes a hablar en sentido figurado, las actitudes ambiguas, los finales muy abiertos (aún más que en el manga, que ya es decir)...) como en el dibujo (personajes muy estilizados, de proporciones muy alargadas, labios muy delineados, metáforas visuales...). ¿Y qué fue lo que me interesó entonces de Seducción? Pues nada menos que la trama.

Da-Un es profesora sustituta en un instituto de bachillerato. Poco después de que uno de sus compañeros de la facultad, Hyeon-U, entre a trabajar en el mismo centro, Da-Un se percata de que uno de los alumnos más guapos del instituto, el enigmático Ryumin, le tira los tejos descaradamente. La profesora trata de evitarle a medida que sucumbe a la incesante seducción del muchacho, hasta el punto que ésta acaba haciéndose cada vez más evidente para quienes les rodean: Hayeon, novia de Ryumin; Hyeon-U, que siempre ha estado enamorado de Da-Un, y Gyeo-Un, hermano menor de Da-Un, que guarda un terrible secreto en el que Ryumin está involucrado...

El argumento no se sale de las premisas clásicas del cómic romántico japonés y coreano, pero es el desarrollo de la historia lo que engancha. Los personajes forman entre ellos una red de relaciones paralela a la que tiende Ryumin en torno a Da-Un con el propósito de seducirla, y el lector puede apreciar, página a página, como ella se va enredando más y más para deleite del siempre apático y muy ambiguo Ryumin. El final resulta, como viene siendo habitual en los manhwa, desconcertante, y sin embargo, al igual que sucede con otros cómics que no tienen el clásico final feliz (entre ellos Paradise Kiss), el tono general de los acontecimientos lo hacen muy apropiado.

La autora hace gala de un dibujo precioso desde el primer tomo, aunque los personajes resultan un tanto parecidos entre ellos (cuando Gyeo-Un se quita las gafas, me cuesta distinguirle de Hyeon-U). Las portadillas de los capítulos son los dibujos más interesantes, pues poseen un aspecto etéreo e irreal, casi metafórico. Los tópicos del manhwa que he citado antes se suceden uno tras otro en esta obra, que ha sido publicada en un buen número de países con éxito. Por algo será.

Puntuación: 9

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