jueves, 24 de marzo de 2011

Los Juegos del Hambre

Imagen de fnac.es
Título: Los Juegos del Hambre
Autor: Suzanne Collins
Año de publicación: 2008
Editorial: Molino

Hay que ver qué poco tiempo he podido disfrutar del "200 entradas" en mi menú de blogs, con lo que me gustan a mí los números redondos. Pero bueno, para celebrar que acabo de superar en una mis críticas en El refugio en cielo abierto, redacto ahora la de Los Juegos del Hambre, primera entrega de una trilogía que ha causado furor por allí donde ha pasado, y no sin motivo.

Nos encontramos en Panem, un país ubicado donde una vez hubo otro llamado Norteamérica (sic). El territorio está dividido en doce Distritos, cada uno de ellos destinado a un tipo de explotación y regido por el Capitolio, que es también el nombre de la capital de Panem. Los Distritos están vallados y sometidos a una serie de duras normas con las que el Capitolio se asegura de recordarles que hubo un Distrito 13 que ya no existe... Katniss Everdeen es una muchacha de dieciséis años que se caracteriza por su rudeza, su sangre fría y su sentido práctico. Es quien se encarga de obtener el sustento para su familia tras la muerte de su padre, y lo hace dedicándose a la caza furtiva. Sólo tiene una debilidad: su hermana menor, Prim. Viven en el Distrito 12, el dedicado a la extracción de carbón, y llevan una vida muy dura, sobre todo en los días próximos a la Cosecha, ya que al terminar ésta se celebran los Juegos del Hambre, una competición en un estadio en la que se mete a un chico y una chica de cada distrito para que se maten entre ellos; sólo uno puede ser el ganador. Cuando Prim resulta elegida por sorteo con la edad mínima requerida, doce años, Katniss se presenta voluntaria para ocupar su lugar.

Seguro que para los más frikis o, sencillamente, los aficionados al cine oriental actual, las palabras Battle Royale suenan en sus oídos. Los Juegos del Hambre no puede presumir de una gran originalidad, ya que la idea de un concurso en el que el superviviente es el ganador no es nada nuevo, ni lo es la sociedad en que se desarrolla: doce distritos en una situación de semi-esclavitud hacia un Capitolio donde la tecnología es avanzada y la gente parece carecer de principios, salvo en lo que respecta al hedonismo. Este tratamiento resulta un tanto forzado para que la situación de los protagonistas sea más dramática, y algo me chirría, no acaba de resultarme del todo creíble, porque la ciencia-ficción debería tener ciertos puntos que se aten un poco a la realidad. Sin embargo, la parte en que Katniss narra cómo los Tributos (participantes de los Juegos) son exhibidos en desfiles en plan Juegos Olímpicos y entrevistados en televisión antes de que los Juegos del Hambre sean retransmitidos en plan reality show otorga un punto interesante a la manera en que Panem ve la matanza de veintitrés adolescentes: como Gran Hermano, pero con sangre.

A partir de ahí, tenemos el desarrollo de los Juegos, y debo reconocer que la dinámica narración de Collins hace el resto. La novela está narrada en primera persona y en presente, desde el punto de vista de Katniss; es un tipo de narración que me gusta mucho, porque hace mucho más inmediatos los acontecimientos que se desarrollan en sus páginas. Hay acción, mucha, y las descripciones de heridas, mutilaciones, ataques y demás no llegan a un nivel de detalle apabullante, pero sorprenden en una novela de estas características, léase juvenil. No puedo decir de Los Juegos del Hambre que me haya gustado mucho-muchísimo, pero entretiene una barbaridad, eso hay que concedérselo.
Uno de los valores más interesantes de la novela es el personaje de Katniss: es dura, valiente, precavida, se defiende sola y hasta ataca; recordemos que las chicas en estas novelas están más bien esperando a que aparezca el chico de turno. De hecho, a su lado, su contrapartida masculina, Peeta Mellnark, queda un poco paquete, pero tiene como ventaja sobre Katniss que, allí donde ella es hosca y poco amigable, él tiene un increíble don de gentes con el que logra meterse a todo el mundo en el bolsillo. Juntos forman un buen equipo, aunque personalmente no veo que la pareja fluya bien, tal vez en las siguientes entregas cambie un poco la cosa; la verdad es que así lo espero.

Puntuación: 7

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