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Título: Donde los árboles cantan
Autor: Laura Gallego
Año de publicación: 2011
Editorial: SM
Dos años nos ha tenido Laura Gallego esperando una de sus novelas de fantasía. Desde que en 2009 alumbrara Alas negras, la secuela de Alas de fuego (2004), la prolífica autora pisó el freno en su acelerada carrera como escritora súperventas para centrarse en el proyecto de novelas infantiles Sara y las Goleadoras y en su inconclusa tesis doctoral centrada en las novelas de caballerías. Esta última ha ejercido una poderosa influencia en su nueva novela, en la que retoma la ambientación medieval que le granjeó su primer gran éxito editorial en su debut Finis Mundi (Premio Barco de Vapor 1999) y al que volvió en 2003 con Mandrágora.
Donde los árboles cantan tiene por protagonista a Viana, hija del duque Corven de Rocagrís. Viana y su prometido, Robian de Castelmar, planean casarse en verano, pero un aciago mensaje trunca sus planes: los bárbaros se disponen a cruzar las montañas y declarar la guerra a Nortia. A Viana no le queda más remedio que esperar el fin de la guerra, pero ésta no acaban como había esperado: su padre ha fallecido, su prometido se ha vendido a los bárbaros y el rey Harak la desposa con uno de sus guerreros. Sin embargo, Viana no se resigna ante su destino y huye al temido Gran Bosque, del que se cuentan centenares de leyendas plagadas de misterios.
Después de tanto tiempo sin leer nada nuevo de Laura, debo reconocer que esperaba con mucha expectación Donde los árboles cantan. Pero aunque la novela contiene los elementos ya clásicos en las obras de la autora, ha habido algo, no sé muy bien qué, que no me ha entusiasmado tanto como otros libros suyos que se encuentran entre mis predilectos, como la trilogía Memorias de Idhún y Dos velas para el diablo. Por una vez, no empecé la novela con predisposición negativa debido a la ambientación fantástico-medieval, y la prosa de Laura hizo el resto. Además, crea buenos personajes, aunque da la sensación de que no profundiza en ellos lo bastante, cosa que no sucedía en novelas anteriores. Sólo Viana recibe la atención que merece (sólo faltaría, tratándose de la protagonista), repitiendo el papel heroína intrépida que solemos ver en los personajes femeninos de la autora, pero con la novedad de que no todo le sale bien, ya que a veces, más que intrépida, es más bien temeraria.
Supongo que el motivo por el que Donde los árboles cantan no me ha fascinado tanto como sus novelas anteriores se debe a que esperaba otra cosa. O a que a lo mejor me estoy haciendo mayor...
Puntuación: 7
La verdad es que a mí también me dejó un regusto agridulce. Por una parte me gustó la historia (bueno, lo confieso, la historia de amor), pero entre lo alocada que era la prota en algunos momentos y el final, no creo que lo relea... Besitos!
ResponderEliminarEso mismo. Me gustó, no voy a negarlo, pero hubo algo que... no. Otros libros de la autora le dan cien vueltas.
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