Título: Aquellos maravillosos 70 (That 70s show)
Intérpretes: Topher Grace, Laura Prepon, Ashton Kutcher, Mila Kunis, Danny Masterson, Wilder Valderrama, Debra Jo Rupp, Kurtwood Smith
Emisión: 1998-2006 (8 temporadas, emitida en España por Paramount y Antena.Neox)
Hoy en día, gran parte de la gente ve series. Hasta hace cosa de un año, yo era de las pocas que aún no habían caído bajo el influjo de las series norteamericanas, a pesar de la invasión que supusieron Sexo en Nueva York, Perdidos o Prison Break en mi entorno más cotidiano. Desde mis primeros años de adolescente, cuando estuve enganchada a varias series españolas, no había seguido nada regularmente en televisión; si acaso, El Informal. Sin embargo, el verano pasado me sentí atraída por una serie ambientada en la segunda mitad de los años 70 que se emitía en Antena.Neox. Se trataba, obviamente, de Aquellos maravillosos 70.
El argumento, que se desarrolla entre 1976 y 1979, gira en torno a un chico llamado Eric Forman, su familia (formada por su severo padre Red, su alocada madre Kitty y su ligera de cascos hermana mayor Laurie) y sus amigos: Donna Pinciotti, Michael Kelso, Jackie Burkhart, Steven Hyde y Fez. A medida que avanza la serie les van sucediendo multitud de aventuras y desventuras de talante cómico, con los convulsos años 70 como fondo, a menudo dando un toque muy especial a los acontecimientos, además de a cosas que nos resultan más lejanas, como la moda, los aparatos electrónicos antediluvianos o los modelos de coches, por citar algunas. La ambientación se extiende al empleo de recursos propios de las series de televisión de la época, como la pantalla partida, las ensoñaciones o el círculo (cámara girando en 360º centrándose en los personajes). Dicha ambientación se prolonga en los nombres que se da a los capítulos en las cuatro últimas temporadas: los episodios de la quinta temporada corresponden a títulos de canciones de Led Zeppelin; los de la sexta, a The Who; los de la séptima, a los Rolling Stones; los de la octava, a Queen.
La serie consta de ocho temporadas cuyo número de episodios oscila entre los veintiuno y los veinticinco, y no llegan a la media hora de duración. Dado que la serie tuvo al principio poca audiencia y los productores pensaron que no llegarían a pasar de un par de temporadas, el tiempo transcurre muy rápido; el año 1979 es el que más episodios ocupa. A través de ellos vemos cambiar a los personajes, tanto físicamente como emocionalmente: maduran, se enamoran, se desenamoran, estudian, buscan trabajo... Se les llega a coger cariño. Todos ellos poseen, al comienzo, personalidades arquetípicas, que más tarde van adquiriendo matices que los llenan de originalidad. Eric, que en principio no es más que un tirillas subyugado por la autoridad paterna, desarrolla una tendencia friki hacia Star Wars y los muñecos G.I. Joe que da lugar a muchos chistes. Donna, por su parte, es una chica independiente y de carácter fuerte que se revela absolutamente débil ante Eric. Kelso es probablemente el personaje más característico de la serie: es el guaperas inmaduro que hace todas las burradas que se le pasan por la cabeza sólo para pasárselo bien. Jackie es la niña pija que lanza veneno en cada comentario y que siempre tiene una crítica a punto, además se situarse a sí misma en primer lugar en todas las ocasiones. Hyde (mi personaje preferido) es el fruto de unos padres alcohólicos y presidiarios que reniega de todo orden social y que reparte sarcasmo (y marihuana) por doquier. Por último, Fez es el estudiante de intercambio de un país nunca mencionado que combina su deseo por acostarse con chicas con su amor a los dulces y su dificultad para hacerse entender. Junto a todos ellos aparecer multitud de personajes secundarios que dan color a la serie y provocan situaciones hilarantes aunque su presencia no sea (en muchas ocasiones) demasiado destacada. Además, Aquellos maravillosos 70 ha visto los cameos de Estella Warren, Bruce Willis o Alice Cooper, entre muchos otros.
Como suele pasar en las series tan largas, Aquellos maravillosos 70 tiene altibajos en la calidad del desarrollo de la historia, al menos en mi opinión. La mejor temporada es, sin duda, la primera; las temporadas segunda y tercera son algo más flojas y repetitivas, recuperándose el ritmo en la cuarta gracias a un interesante giro argumental que se extiende durante ésta y la quinta. La sexta y la séptima no aportan grandes novedades pero resultan muy divertidas. Quizá la peor parte se la lleve la octava, pues la ausencia de dos importantes personajes, Eric y Kelso, resta mucha chispa a los acontecimientos; el interés cae gradualmente a medida que se avanza en su visionado. Sin embargo, se trata de una serie muy entretenida cuyas situaciones hilarantes hacen reír de lo lindo.
Y, vale, es cierto: le tengo un cariño especial.
Puntuación: 10
El argumento, que se desarrolla entre 1976 y 1979, gira en torno a un chico llamado Eric Forman, su familia (formada por su severo padre Red, su alocada madre Kitty y su ligera de cascos hermana mayor Laurie) y sus amigos: Donna Pinciotti, Michael Kelso, Jackie Burkhart, Steven Hyde y Fez. A medida que avanza la serie les van sucediendo multitud de aventuras y desventuras de talante cómico, con los convulsos años 70 como fondo, a menudo dando un toque muy especial a los acontecimientos, además de a cosas que nos resultan más lejanas, como la moda, los aparatos electrónicos antediluvianos o los modelos de coches, por citar algunas. La ambientación se extiende al empleo de recursos propios de las series de televisión de la época, como la pantalla partida, las ensoñaciones o el círculo (cámara girando en 360º centrándose en los personajes). Dicha ambientación se prolonga en los nombres que se da a los capítulos en las cuatro últimas temporadas: los episodios de la quinta temporada corresponden a títulos de canciones de Led Zeppelin; los de la sexta, a The Who; los de la séptima, a los Rolling Stones; los de la octava, a Queen.
La serie consta de ocho temporadas cuyo número de episodios oscila entre los veintiuno y los veinticinco, y no llegan a la media hora de duración. Dado que la serie tuvo al principio poca audiencia y los productores pensaron que no llegarían a pasar de un par de temporadas, el tiempo transcurre muy rápido; el año 1979 es el que más episodios ocupa. A través de ellos vemos cambiar a los personajes, tanto físicamente como emocionalmente: maduran, se enamoran, se desenamoran, estudian, buscan trabajo... Se les llega a coger cariño. Todos ellos poseen, al comienzo, personalidades arquetípicas, que más tarde van adquiriendo matices que los llenan de originalidad. Eric, que en principio no es más que un tirillas subyugado por la autoridad paterna, desarrolla una tendencia friki hacia Star Wars y los muñecos G.I. Joe que da lugar a muchos chistes. Donna, por su parte, es una chica independiente y de carácter fuerte que se revela absolutamente débil ante Eric. Kelso es probablemente el personaje más característico de la serie: es el guaperas inmaduro que hace todas las burradas que se le pasan por la cabeza sólo para pasárselo bien. Jackie es la niña pija que lanza veneno en cada comentario y que siempre tiene una crítica a punto, además se situarse a sí misma en primer lugar en todas las ocasiones. Hyde (mi personaje preferido) es el fruto de unos padres alcohólicos y presidiarios que reniega de todo orden social y que reparte sarcasmo (y marihuana) por doquier. Por último, Fez es el estudiante de intercambio de un país nunca mencionado que combina su deseo por acostarse con chicas con su amor a los dulces y su dificultad para hacerse entender. Junto a todos ellos aparecer multitud de personajes secundarios que dan color a la serie y provocan situaciones hilarantes aunque su presencia no sea (en muchas ocasiones) demasiado destacada. Además, Aquellos maravillosos 70 ha visto los cameos de Estella Warren, Bruce Willis o Alice Cooper, entre muchos otros.
Como suele pasar en las series tan largas, Aquellos maravillosos 70 tiene altibajos en la calidad del desarrollo de la historia, al menos en mi opinión. La mejor temporada es, sin duda, la primera; las temporadas segunda y tercera son algo más flojas y repetitivas, recuperándose el ritmo en la cuarta gracias a un interesante giro argumental que se extiende durante ésta y la quinta. La sexta y la séptima no aportan grandes novedades pero resultan muy divertidas. Quizá la peor parte se la lleve la octava, pues la ausencia de dos importantes personajes, Eric y Kelso, resta mucha chispa a los acontecimientos; el interés cae gradualmente a medida que se avanza en su visionado. Sin embargo, se trata de una serie muy entretenida cuyas situaciones hilarantes hacen reír de lo lindo.
Y, vale, es cierto: le tengo un cariño especial.
Puntuación: 10
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