Título: Oscar Wilde y una muerte sin importancia
Autor: Gyles Brandreth
Año de publicación: 2007
Editorial: Plata
¿Quién no ha leído alguna vez una o dos de los múltiples aforismos con los que el dramaturgo Oscar Wilde perló sus diferentes obras? Tan sólo en este blog tengo uno a modo de filosofía de vida, pero como ése podría haber escogido una docena más. Todos resultan igualmente inspiradores.
Comencé a interesarme por la literatura de Wilde hace un año, cuando leí dos volúmenes de sus cuentos de hadas. Me fascinaron tanto que me sentí animada a leer El retrato de Dorian Gray; se convirtió en una de mis novelas preferidas. Mi próximo objetivo es dar buena cuenta de todas sus obras de teatro, mientras espero a que la última adaptación de la única novela de Wilde vea la luz en cines a finales de año.
No obstante, existe algo aún más fascinante que la lectura de Oscar Wilde, y es su propia persona. Educado e irreverente, genial e incomprendido, esta víctima de la doble moral victoriana posee tanto apasionados seguidores como feroces detractores, al igual que en su momento estuvo rodeado de amigos y enemigos. En esta joven saga de novelas, formada de momento por dos únicas entregas, el dramaturgo se ve transformado, además, en un sagaz detective.
Corre el año 1889 y Oscar Wilde está en la cima de su éxito, disfruta de una vida conyugal feliz y goza de la compañía de buenos amigos como Arthur Conan Doyle o Robert Sherard, que se dedica a dar testimonio de los hechos. Éstos son los siguientes: Oscar descubre el cadáver de un muchacho en unas habitaciones de alquiler, y éste desaparece poco después. El objetivo no es otro que encontrar al asesino, destapar el móvil del crimen y, ante todo, encontrar el cuerpo.
Una trama poco original en la que vemos, una vez más, cómo los personajes la salvan y la convierten en una excelente novela. El personaje de Oscar Wilde brilla en todo su esplendor gracias al profundo estudio acerca de su persona realizado por el autor, presentándonos a un Wilde absolutamente creíble y genial, que deja caer inocentemente algunas de sus frases más memorables. El resultado es una novela adictiva en la más clásica tradición de la novela negra, en la que el protagonista eclipsa con su carisma al resto de personajes, incluido al propio narrador. Todos se rinden al encanto de Oscar.
Puntuación: 10
Título: Oscar Wilde y el Club de la Muerte
Autor: Gyles Brandreth
Año de publicación: 2008
Editorial: Plata
Siguiendo la tónica de la novela inaugural de la saga, este segundo volumen recupera las líneas generales que le reportaron el éxito a su predecesora, corrigiéndolas y aumentándolas: más figuras literarias del siglo XIX implicadas, mayor diversidad de ambientes implicados, más excentricidades y sórdidos secretos y, ante todo, más Oscar Wilde en estado puro.
Oscar Wilde y el Club de la Muerte se desarrolla en 1892, poco después del arrollador éxito del estreno de El abanico de Lady Windermere. Un Oscar ebrio de triunfo y rodeado de amigos (y no tan amigos) organiza una sesión de su Club Sócrates en la que propone un juego llamado "Asesinato". En el mismo, cada uno de los asistentes debe escribir en una papeleta, de forma anónima, a quién le gustaría matar, para que más tarde los demás averigüen quién se esconde detrás de cada víctima y por qué desea hacerlo. El juego comienza a tornarse macabro cuando esas hipotéticas víctimas comienzan a morir una tras otra.
A pesar de una mayor originalidad de la trama y un incremento en la complejidad de su desarrollo, esta segunda entrega no se encuentra, en mi opinión, a la altura de la primera. Carece, en parte, de su agilidad y frescura, lo cual no quiere decir que sea mala, sin más. Sencillamente, no alcanza el listón que Oscar Wilde y una muerte sin importancia logró colocar bien alto. Espero que la tercera entrega, ya anunciada en la página web del autor bajo el título Oscar Wilde and the Dead Man's Smile, supere a Oscar Wilde y el Club de la Muerte y, ¿por qué no? También a Oscar Wilde y una muerte sin importancia.
Puntuación: 8
Autor: Gyles Brandreth
Año de publicación: 2007
Editorial: Plata
¿Quién no ha leído alguna vez una o dos de los múltiples aforismos con los que el dramaturgo Oscar Wilde perló sus diferentes obras? Tan sólo en este blog tengo uno a modo de filosofía de vida, pero como ése podría haber escogido una docena más. Todos resultan igualmente inspiradores.
Comencé a interesarme por la literatura de Wilde hace un año, cuando leí dos volúmenes de sus cuentos de hadas. Me fascinaron tanto que me sentí animada a leer El retrato de Dorian Gray; se convirtió en una de mis novelas preferidas. Mi próximo objetivo es dar buena cuenta de todas sus obras de teatro, mientras espero a que la última adaptación de la única novela de Wilde vea la luz en cines a finales de año.
No obstante, existe algo aún más fascinante que la lectura de Oscar Wilde, y es su propia persona. Educado e irreverente, genial e incomprendido, esta víctima de la doble moral victoriana posee tanto apasionados seguidores como feroces detractores, al igual que en su momento estuvo rodeado de amigos y enemigos. En esta joven saga de novelas, formada de momento por dos únicas entregas, el dramaturgo se ve transformado, además, en un sagaz detective.
Corre el año 1889 y Oscar Wilde está en la cima de su éxito, disfruta de una vida conyugal feliz y goza de la compañía de buenos amigos como Arthur Conan Doyle o Robert Sherard, que se dedica a dar testimonio de los hechos. Éstos son los siguientes: Oscar descubre el cadáver de un muchacho en unas habitaciones de alquiler, y éste desaparece poco después. El objetivo no es otro que encontrar al asesino, destapar el móvil del crimen y, ante todo, encontrar el cuerpo.
Una trama poco original en la que vemos, una vez más, cómo los personajes la salvan y la convierten en una excelente novela. El personaje de Oscar Wilde brilla en todo su esplendor gracias al profundo estudio acerca de su persona realizado por el autor, presentándonos a un Wilde absolutamente creíble y genial, que deja caer inocentemente algunas de sus frases más memorables. El resultado es una novela adictiva en la más clásica tradición de la novela negra, en la que el protagonista eclipsa con su carisma al resto de personajes, incluido al propio narrador. Todos se rinden al encanto de Oscar.
Puntuación: 10
Título: Oscar Wilde y el Club de la Muerte
Autor: Gyles Brandreth
Año de publicación: 2008
Editorial: Plata
Siguiendo la tónica de la novela inaugural de la saga, este segundo volumen recupera las líneas generales que le reportaron el éxito a su predecesora, corrigiéndolas y aumentándolas: más figuras literarias del siglo XIX implicadas, mayor diversidad de ambientes implicados, más excentricidades y sórdidos secretos y, ante todo, más Oscar Wilde en estado puro.
Oscar Wilde y el Club de la Muerte se desarrolla en 1892, poco después del arrollador éxito del estreno de El abanico de Lady Windermere. Un Oscar ebrio de triunfo y rodeado de amigos (y no tan amigos) organiza una sesión de su Club Sócrates en la que propone un juego llamado "Asesinato". En el mismo, cada uno de los asistentes debe escribir en una papeleta, de forma anónima, a quién le gustaría matar, para que más tarde los demás averigüen quién se esconde detrás de cada víctima y por qué desea hacerlo. El juego comienza a tornarse macabro cuando esas hipotéticas víctimas comienzan a morir una tras otra.
A pesar de una mayor originalidad de la trama y un incremento en la complejidad de su desarrollo, esta segunda entrega no se encuentra, en mi opinión, a la altura de la primera. Carece, en parte, de su agilidad y frescura, lo cual no quiere decir que sea mala, sin más. Sencillamente, no alcanza el listón que Oscar Wilde y una muerte sin importancia logró colocar bien alto. Espero que la tercera entrega, ya anunciada en la página web del autor bajo el título Oscar Wilde and the Dead Man's Smile, supere a Oscar Wilde y el Club de la Muerte y, ¿por qué no? También a Oscar Wilde y una muerte sin importancia.
Puntuación: 8
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