lunes, 10 de agosto de 2009

Snatch, cerdos y diamantes


Título: Snatch, cerdos y diamantes (Snatch)
Director: Guy Ritchie
Intérpretes: Jason Statham, Brad Pitt, Vinnie Jones, Alan Ford
Año de estreno: 2000

Si no llamara a cada una de las entradas por el título de la película o libro que reseño en ellas, ésta se llamaría "Cómo Guy Ritchie intenta ser Tarantino". Y es que Snatch debe mucho, en mi opinión, a las dos primeras películas de Tarantino. Sangre y humor negro se mezclan en este largometraje repleto de asesinatos y negocios sucios, con otros guiños más visuales que le dan un ritmo rápido pero interesante. A través de una serie de historias cruzadas con peleas clandestinas de boxeo, diamantes robados y otros chanchullos de menor protagonismo como telón de fondo, Ritchie perfila un ágil retrato de los bajos fondos londinenses, jalonado por excéntricos personajes.

La historia se inicia con el robo de un espectacular diamante de 84 kilates por un ladrón adicto al juego y un trato entre un magnate de las apuestas amañadas en el boxeo clandestino conocido por su crueldad y el representante de un boxeador. A partir de ese instante, la trama se complica, entrando en juego un ruso medio chiflado, dos torpes hermanos criminales que regentan una tienda de empeños, el jefe del ladrón, un asesino a sueldo y un gitano boxeador que siente devoción por su madre. Sus respectivas aventuras, a cada cual más rocambolesca, en las que la suerte y la casualidad tienen mucho que ver, se entrelazan de manera imprevisible hasta el desenlace.

Debo confesar que no tenía un interés personal en esta película, pero es la preferida de una buena amiga y eso me decidió a verla. Lo cierto es que no puedo negar que me he reído bastante por lo tremendamente extraña que es, salpicada por su ritmo trepidante y esa estética que no deja de traerme a la cabeza a Tarantino. La violencia florece en todo su esplendor en el desarrollo de Snatch, pero curiosamente es de esas películas en las que "no se ve nada". Las muertes suceden, en su gran mayoría, fuera del encuadre de la cámara.

Gran parte del encanto de Snatch reside en sus personajes. Quizá el más representativo sea Mickey, el gitano al que interpreta Brad Pitt en un papel muy interesante que se aleja del héroe guaperas que solía interpretar en sus películas hasta poco antes. Sin embargo, no es el único. Personalmente, me encantan Solomon y Vincent, los dos hermanos a los que todo parece salir mal, y es que en el fondo son unos chapuzas. En comparación con los matones profesionales que desfilan por la cinta, resultan hasta tiernos y todo.

Señalaré, además, que la película cuenta con una banda sonora bastante buena que acompaña muy bien a la acción. Como curiosidad señalaré que una de las canciones que suena es Lucky star, de Madonna, que más tarde contraería matrimonio con el director. Además, la canción suena en uno de esos momentos que podrían figurar perfectamente en una película de Tarantino.

Probablemente gustará a los seguidores de este director.

Puntuación: 7

No hay comentarios:

Publicar un comentario